Capítulo 2

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La Amante

Si yo soy su amante pero antes de que me juzgues quiero contarte un poco de mi historia.

Yo Candy White, me enamoré de Albert, desde que era una niña, era mi Príncipe Azul, recuerdo cuando lo conocí en aquella colina del Hogar de Ponny, al lado del enorme padre árbol, y cómo el seco mis lágrimas y me consoló con el sonido de la gaita, me dejó tan impresionada, y cómo al correr detras de las hojas de la carta de despedida de Annie el perdio su luckenboth y decidida a todo queria buscarlo para devolverselo, llevándolo colgado de mi cuello en una cadena.

Años más tarde, fuí a buscar trabajo a una de esas mansiones cerca del Hogar de Ponny, encontrando e a un joven muy parecido a mí príncipe, con la diferencia que el no me recordaba, su nombre Anthony, en la casa que me contrataron, un par de jóvenes me hacían la vida imposible y el joven Anthony y yo nos enamoramos, fue mi primer amor de juventud, sólo que el un día de verano se despidió de mí pues sus padres partirian a Italia, también para ese entonces habia conocido a sus primos Archie y Stair quienes me defendian a toda costa de Eliza y Neal, una tarde lluviosa de verano, ellos se fueron a Europa con el gin de realizar sus estudios en el viejo continente.

Al llegar al hogar de Ponny con el poco de dinero que me habían pagado, apareció una pareja mayor quienes estaban esperando por mí y en cuánto me vieron dijieron que me habían adoptado, partiendo de aquel lugar donde vivi grandes aventuras, dejando atrás a mis hermanos prometiendo regresar.

Durante el trayecto observé como en un viejo bus mis hermanos Tom, Jimmy y Jhon juntos mis hermanas Clarisa, Sussie y Flammy se despedían de mí.

Cuando llegue a la casa de mis Padres adoptivos observé una casa de ensueño con un jardín enorme, me mostraron mi habitación, y ahí recordé todo lo que había pasado para llegar hasta ahí y me jure a mi misma hacer todo para ser digna de ese lugar, atrás deje todas las tristezas, humillaciones, malos tratos de la señora Sarah y sus hijos, pensaba lo afortunada que era, mientras años atrás dormía en el cuarto de servicio de una mansión acostada en una colchoneta, y como la señora, me descontaba de mi sueldo la comida, el uniforme, y cada cosa que rompían sus hijos.

La señora María desde que me vió me observo y abrazó con tanto cariño, y me dijo que no le tuviera miedo, que descansará, por que al otro día iríamos a comprar ropa e inscribirme a una escuela.

Los años pasaron mis padres adoptaron a dos de mis hermanos a Jhon y a Flammy quienes crecimos con todo el amor que nuestros padres nos pudieron dar, y debido a nuestras calificaciones y aprovechamiento nos msndaton a estudiar a Europa y ahi en rl colegio San Pablo volvi a ver a Annie, a Archie Stair, Anthony, Elisa, Neil, Trisha y tambuen conoci a grandes amigas Susana, Patricia y a mi amigo Terry y volvi a ver a Albert, quién trabajaba en el zoologico y unas oficinas comerciales.

Siempre he pensado que la vida tiene formas curiosas de unir dos corazones a través del hilo rojo.

Continuará

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