Capítulo 16 (escena+18)

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La Amante

-William Albert Ardlay llegaba de un viaje de negocio a su Pent House, ajeno a todo lo ocurrido durante ese día con Eliza; la familia trataba de localizarlo pero su celular lo había apagado.

Cuando abrió la puerta del lujoso departamento, se quitó la corbata y se quitó el saco y lo aventó al sillón de la sala, y se fue a la habitación y vio entre abierta la puerta del baño en el área de la ducha y escuchó unos suaves gemidos, creyó delirar al oír voz, y su corazón acelerarse pues sonaba tan conocidos, y lentamente abrió un poco la puerta y ella estaba sentada en la tina, con sus ojos cerrados acariciándose y masturbándose repitiendo una y otra vez su nombre con ferviente necesidad, Albert creyó estar soñando ante su hermosa mujer que lo tenía hecho un loco y rápidamente se quitó la ropa y empezó a tocarse y a masturbarse delante de ella, sus hormonas y testosterona volaron al escuchar que lo llamaba desesperadamente, él por su parte no pudo más y lanzó un par de gruñidos de desesperación y deseo por tomar lo que le pertenecía, que hizo que la rubia hechicera abriera sus enormes ojos verdes de par en par, mientras Alberto con sus ojos llenos de deseo, lujuria y pasión le decía a Candy que no parará , que siguiera adelante, mientras se miraban al llegar juntos al tan ansiado orgasmo.

Después de verse nuevamente se abrazaron y juntos una vez más se entregaron nuevamente al amor más de 4 veces durante toda la noche cómo tanto les gustaba, y fue cuando descubrieron qué nunca hubo nadie más, realmente descubrieron cuánto se habían extrañado, Albert quería hablar con ella y ella lo callaba dandole un beso apasionado en los labios, diciendo que ya lo sabía todo, y regresaba por él, por lo que le pertenecua, regresaba para luchar por su amor.

Al día siguiente Albert, prendía el teléfono y le pedía a Candy qué contestará los mensajes por él, cómo siempre lo hacía, y Candy lo puso al tanto de todos los mensajes,de lo ocurrido desde el nacimiento del bebé qué no se encontraba bien, hasta la fuga de Eliza Reagans del nosocomio, minutos después Albert le pidió encarecidamente qué lo escuchará y le contó lo ocurrido, y cómo desde que se casó con Eliza ella vivía en la casona de Afuera de Nueva York custodiada por empleados, mientras el seguía habitando el Pent House, le dijo cuánto la habia extrañado, pero se sentía sucio y sabía qué le había fallado por eso no se había acercado a hablar con ella y arreglar la situación.

Después de ducharse y desayunar juntos, ambos tomados de la manos y abrazados decidieron ya no esconderse y mostrarles al mundo que lo de ellos era amor, a pesar de las trampas, de juegos de poder, ellos mostrarian que el verdadero amor siempre triunfaba; así que ambos fueron al hospital a ver al bebé, y Candy notó qué la niña había nacido con problemas severos de salud y le pidió realizar pruebas y exámenes para descartar Disautonomia.

Mientras Eliza Reagans, tras huir llegaba al departamento de Charlie su ex Amante, para pedirle su ayuda y juntos acabar con el Patriarca de los Ardlay.

Mientras Albert pedía a su equipo de seguridad buscarán a Eliza en todos los rincones del País, pues en 5 meses tendría que firmar el divorcio y así poderse casar con Candy su verdadero amor.

Mientras el tiempo pasaba, Candy y Albert, registraron a la niña bajó sus apellidos, y ayudándole a recibir tratamiento a la bebé quién tenía pronóstico reservado, Eliza después de 2 meses, se aparecía y demandaba ante las Autoridades de Miami, a Albert, por lo que ella exponía cómo Maltrato físico y sicológico, por infidelidad, pues según ella él la estaba engañando con su amante; lo qué no sabía era qué El Patriarca ya tenía preparada su defensa, y las Autoridades en Nueva York, estaban listos para detenerla en cualquier momento por asesinato a una trabajadora de la salud.

Candy, a pesar de muchos de los señalamientos de distintos medios por ser La Amante, la otra, ella sabía que lugar ocupaba en el corazón de Albert y de la familia Ardlay, ella era la Matriarca, no necesitaba un papel para saber qué sólo ella mandaba en el corazón de su Príncipe de la Colina.

Continuará

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