Poco a poco mis párpados van cediendo a la luz que entra desde la ventana de la oficina de los curanderos. Me viene un dejavú cuando me doy cuenta que Zack está sentado al lado del colchón donde yo estaba durmiendo hace pocos minutos. Observo el estado de mi cuerpo rápidamente. No pareciese que tengo heridas, huesos rotos ni nada fuera de lo común. Pero entonces, ¿qué hago en la oficina de curanderos? -Por fin despiertas- Me dice Zack. -¿Qué me pasó?- Le pregunto. Lo último que recuerdo es desmayarme sin razón. -Al parecer, alguien te drogó. Lo que quería era matarte. La oficina de seguridad de Aglasiag ya se está encargando de eso, pero aún así, cuídate. Bien debes saber que no toman medidas fuertes contra ese tipo de candidatos.- Me responde Zack en un tono neutro. La verdad, no se me hace fuera de lo común. Muchos candidatos a la guerra que no se han vinculado, están dispuestos a matar a otros para no estar vulnerables en la guerra. Lo hacen ya que tienen posibilidades de vincularse con tu animal si tú mueres y/o tu animal de vínculo solo buscaba un dueño pasajero. Ya que, estés vinculado o no, estás obligado a ir a la guerra. Asiento ante la respuesta de Zack. Se levanta y me ofrece un vaso de agua -Estuviste un día entero dormida, lo mínimo es que tengas sed- Me dice. Acepto el vaso y me lo tomo de un sorbo. -Más, por favor- Le pido. Él asiente y sirve más agua en el vasito. Voltea a verme tomar agua y pestañea. Ahora que lo veo bien, tiene unas pestañas muy envidiables. Se levanta del asiento y se dirige a la puerta -Te traeré algo de comer. Y le avisaré a Ikari y Akira que ya despertaste.- Me dice. Asiento y él sale de la oficina. Pocos minutos después Ikari entra a la oficina volando con sus alas marrones.
Sonríe y se detiene al lado mío -Estás mejor?-
Asiento y le sonrío. Henry viene caminando detrás, fijándose en las paredes y buscando algo con la mirada. Ikari se agacha a mi altura y deja un plato de comida en la bandeja blanca que está al lado mío. Observo la oficina más a fondo, y en eso veo a Henry viendo a Ikari desde atrás. Quien sabe hace cuanto.
Ikari me sonríe y se da la vuelta. También le sonríe a Henry, el cual solo pestañea.
Ikari se voltea hacia mí y me habla -Zuki, perdón pero tenemos que irnos. Iremos a entrenar- Asiento en respuesta y pronto los dos se van juntos de la habitación. La habitación está bastante silenciosa y tranquila. Me gustaría seguir acostada, pero debería ir a entrenar ya. Me levanto lentamente y me dirijo a la ventana. Estoy a portas de salir cuando escucho una voz detrás mío -Te recomiendo seguir descansando- Salto por el susto que me dio la voz, haciendo que por enésima vez en la semana me caiga de la ventana. Estoy a punto de agarrarme a un árbol hasta que caigo encima de un bulto de arena suave y blanquecina. Levanto la vista y veo a Zack parado en la ventana con un brazo levemente levantado. Cierra la mano y la arena desaparece lentamente, lo que me da tiempo a bajarme y terminar en el césped.
-Igualmente no lo ibas a hacer- Me dice. Refiriéndose a seguir descansando.
-Gracias- Le digo acompañado de una sonrisa leve.
Él asiente y sonríe por un segundo, pero la sonrisa se va tan rápido como apareció. Luego, se da la vuelta y desaparece de mi vista. Suspiro y me doy la vuelta para ir a entrenar, pero me da un escalofrío cuando vuelvo a ver a Henry viendo a Ikari fijamente. Esto ya es enfermizo.
Levanto un poco el brazo y formo una cuerda de fuego (por cierto, este en específico no quema, ya que puedo manejar su nivel de daño) y atraigo a Henry. Rápidamente deshago la cuerda y me cruzo de brazos. Él pestañea sin entender y haciéndome una pregunta sin habla. -Me imagino que te das cuenta de lo obvio que eres.- Se guarda las manos en los bolsillos y niega
-No sé de qué hablas- Bien sabe de qué. Es el más inteligente de nosotros y probablemente de nuestro año.
-De cómo ves a Ikari.- Le digo con los ojos entrecerrados. Él ve hacia atrás, vuelve la vista hacia al frente y niega una vez más. No me quedaré con la boca cerrada si eso es lo que piensa
-De verdad, me ves cara de estúpida?- Lo digo en un tono neutro para que no parezca que estoy irritada. Porque en verdad no lo estoy, solo lo hago por Ikari y para saciar mi curiosidad
-Bueno, en verdad...- Responde
-Oye!- Bufé y rodé los ojos.
-Lo dejaré pasar porque no es el punto. Pero de verdad, se te nota a kilómetros que, por lo menos, te atrae- El suspira y finge indiferencia, pero ya he tratado con estos casos y tengo experiencia. Creo una pequeña silla de fuego y me siento. Él hace una de tierra con su poder y se sienta.
-Dale mucha atención- Él pestañea.
-¿A qui-...?-
-Por lo que he visto, es más fácil conquistarla así. No le gustaría que fueras indiferente, aunque pareciera que le gustan así, no te dejes engañar- Lo interrumpo, pues es más que obvio que sabe de quién hablo.
-Gracias, pero no te pedí con-...-
-Te digo todo esto ya que me parece que tú podrías cuidar de ella y soportar sus momentos revolucionarios- Lo interrumpo una vez más. Bufa y cruza los brazos.
-Bien, lo tomaré.- Dice, otra vez, indiferente a todo. Asiento y me despido con un saludo tosco, para luego impulsarme con el fuego y desaparecer de la vista de cualquiera que esté en el campo principal.
Seguiré con mi vida normal y monótona hasta que escucho una conversación en los pasillos. Me detengo para escuchar entre las paredes porque sí, la curiosidad mató al gato y yo tengo suerte de no ser uno.
Por ahora.
-Era un labor tan fácil, ¿cómo mier-...-
-¿¡Y por qué no lo hiciste tú!?
Me sobresalto por el grito, pero eso no me detiene a seguir escuchando, más bien lo contrario.
-¡Lávate bien los oídos repletos de mierda que tienes antes de escuchar esto, no trabajaré para ti otra vez!
Pestañeo y me pego a la pared, mezclándome con el color.
Escucho un ruido chispeante, lo cual me imagino es una cachetada
-¿Te escuchas? He hecho todo por ti, y así me agradeces?
Doy un paso hacia atrás por inercia, y pego mis palmas a el muro que me separa de las voces.
-Tú hacer algo por mí? No te debo nada, no volveré a hacer nada más por ti. Nunca más. Si no hubiera llegado ese tipo de primer año, ¿qué hubieras hecho tú con esa niña? Quedarte con su poder y matarla.Oye, esta conversación empieza a volverse familiar para mí. Pestañeo.
-Eso a ti qué te importa? Te conviene y lo sabes. Haz lo que se te de la puta gana, puedo trabajar solo. Cuando tomé el poder de esa leona, te vas a arrepentir de haber dado un paso atrás.Mi sangre se congela y mis palmas no se separan del muro. Todo encaja.
Quien sea que hable desde el otro lado del muro, es la persona que me dejó en la oficina de curanderos por 2 días. Suspiro y me obligo a despertar mi cuerpo. Debería llamar a alguien, pero me faltan neuronas para hacerlo, así que opto por la opción de romper el muro con el fuego y tirarme encima de ellos.
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uyyyy...
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Garra de Fuego
Teen FictionZuki cumplió sus 18 años, por lo que tendrá que elegir entre seguir con su vida normal o unirse a La Academia de Aglasiag, academia de guerra en donde estará cada segundo arriesgando su vida contra todo pronóstico. Desesperación, tristeza, nostalgia...