Capítulo 134: Vanidad

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Zona desértica a las afueras de la ciudad S.

Una enorme ciudad amurallada cubre todo su campo de visión y la brisa del viento sopla más fuerte que nunca a su alrededor.

Mukahi Aori finalmente ve en este vasto desierto algún indicio de vida humana.

Lo que vio con sus propios ojos era uno de los principales objetos de su fe en Dios.

La ciudad donde la deidad de la Compasión descendió a la tierra hace miles de años para traer consigo esperanza y amor al mundo.

Habría querido venir a este lugar desde ya hace tiempo, pero por diversas razones no había tenido la oportunidad para hacerlo.

Ahora que no tenía a donde ir pensó que esta ciudad sería un buen lugar para poder tomarse unas pequeñas vacaciones en lo que resolvía el asunto de la ciudad M.

Mukahi asintió por dentro a esta idea y continuó con su andar hacia esta mística ciudad.

Una de sus prioridades era visitar a su querida abuela quien tenía una casa en esta ciudad. Dato sin relevancia.

Llegó un punto en que Mukahi Aori pudo ver como varias personas estaban paradas en lo alto de las murallas de esta ciudad y lo saludaban desde lejos.

Eso llenó de gran dicha su corazón y rápidamente se apresuró a ir ahí con su bicicleta lo más pronto posible para poder corresponder al saludo de la buena gente de este mundo.

Bajando así la guardia a lo que estaba a punto de suceder.

Justo cuando iba dar un paso hacia la entrada de este místico lugar, recibió un disparo a matar de un francotirador que lo asechaba bajo las sombras.

El cuerpo de Mukahi Aori no duró mucho después de eso y cayó tendido moribundo en el suelo junto a su bicicleta.

Cualquier esperanza de sobrevivir de su parte murió después de recibir diez disparos más desde varias direcciones. Pero antes de morir alcanzó a preguntarse si Park Moon y Lee Shion se la estarían pasando bien ahora mismo.

Las personas en lo alto de las murallas dejaron de saludar al cadáver moribundo de Mukahi Aori y regresaron a sus respectivos puestos de combate.

Mas tarde un miembro de la Elite de la cuarta división mandó a un soldado de bajo rango a recoger el cuerpo muerto de Mukahi Aori y llevarlo a donde estaban los demás que mataron a sangre fría solo por acercarse demasiado a una zona de cuarentena secreta.

Todo por un próspero futuro para esta enorme Nación.

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Base militar a las afueras de Demon City. (Asignación general: Ryuo Makide)

Otro día de malas noticias para el general de la cuarta división militar.

Aparte de recibir varios informes de su segundo al mando sobre la situación en la ciudad S, que solo iba de mal a peor, también tenía que lidiar con lo desalentador que era la búsqueda de la legendaria celda de energía roja (Transmisor de Elite).

Normalmente podría lidiar con tranquilidad con eso último, pero ahora con todo el estrés acumulado por tratar de descifrar la identidad de ese misterioso equipo de especialistas que trabajó en la ciudad S, de a poco está perdiendo las esperanzas de encontrar esa valiosa pieza de tecnología del pasado.

En efecto, esa misteriosa celda de energía roja era una pieza de tecnología desarrollada por la cuarta división militar hace más de cien años.

Solo los directivos de más alto rango de la cuarta división militar y unos pocos amigos saben esto.

El general de la cuarta división golpea con fuerza la carpeta en su escritorio donde se encontraba los detalles de la verdad detrás de la legendaria celda de energía roja.

En ella había una foto en blanco y negro de un joven militar muy atractivo junto a un pelotón de varios miembros de otras divisiones militares desde la primera división hasta la cuarta división.

Este joven saludaba a la cámara sosteniendo en sus manos lo que parecía una especie de teléfono de última generación que tenía grabado una estrella roja en el borde.

El escenario detrás de estas personas era una ciudad postapocalíptica desconocida.

El general de la cuarta división observa detenidamente la foto de aquella persona que decía pertenecer a la elite del mundo y que creó con sus propias manos un elemento futurista con más de 1000 años de adelanto a su época.

Su desaparición al igual que el origen de esta foto fue algo que su padre el anterior general de la cuarta división trató de descifrar hasta el último de sus días.

Ahora parece que se encontraba en la misma situación que él. Sin tener alguna pista alguna de donde pudo haber ido o dejado atrás esa valiosa pieza de tecnología.

Es desalentador cuanto más lo piensa. Los planos de este misterioso artefacto, la pieza original y la persona que lo creó, todos se desvanecieron de la faz de la tierra de un día para otro.

A este punto cree que solo Dios sabría qué fue lo que realmente sucedió con esa persona y su pequeña maravilla tecnológica.

Transmigración al mundo de Zombie Land Return. Versión ReDonde viven las historias. Descúbrelo ahora