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-¡Ya me voy...!- dijo el rubio ya cansado.
Tsukishima Kei aun recordaba la manera en la que el se esforzaba, tanto que le mintió en su cara para no quitarle la ilusión. Ese día fue a ver un partido del Karasuno junto con su amigo el pecoso, su hermano iba a jugar ya que el era el Ace...
Un chico de su clase alardeó no conocer a alguien con el apellido Tsukishima en el equipo, así para darle una lección fueron para comprobarlo, sus ojos puestos en los jugadores lo hicieron darse cuenta.. El no estaba, ni en los titulares mucho menos en la banca. Una voz conocida lo hizo levantar la cabeza.
-¡Haz un buen servicio!- gritó.
Ahí estaba su hermano, junto a los animadores, tenia unos conos en las manos que lo hacían ver más patético, cuando sus miradas se cruzaron, no hubo más que decepción en el aire.
El pequeño Kei mantenía su boca entreabierta mientras lo observaba, sentía su garganta arder, rápidamente la cerro y dio media vuela, aun con la mirada de su hermano sobre el.
-Que patético...- murmuró.
Rápidamente salió del lugar seguido de Yamaguchi, no quería llorar a pesar del nudo que traía, sus lentes nublaron su vista, escuchaba la voz de su amigo llamándolo pero no le importaba, quería salir de ahí.
No estaba pensando claro, cuando apresuro el paso, un hombro choco junto al suyo haciéndolo tambalear, no vio quien era, este era igual o más alto que el... pudo oír voces alejándose.
-Sasuke-kun, eso fue grosero..-
-¡Teme discúlpate con el chico!-exclamo.
- ¡Hmp! El estaba en mi camino..-
Así que corrió lo más rápido que pudo hasta llegar a su hogar.
Kei caminaba tranquilo después de entrenar, en su memoria seguía ese tonto recuerdo con su hermano mayor.
"Solo era un club, pero mi hermano pensaba que lo era todo para el... Al final, termino contando mentiras innecesarias." pensó.
-¡Tsukki!- gritó.
Yamaguchi llego corriendo hacia el. -¿Que?- pregunto el rubio.
-Tsukki, siempre lo haces todo luciendo genial- jadeo. -Y siempre me diste envidia
-¿Y que?- El pecoso abrió los ojos ante su respuesta.