𔘓ᅠ── 𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑫𝑰𝑬𝒁

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╰ैེ་ La llama verde de la vida.

Stiles estaba debíl, al borde del delirio y el único nombre que pudo recordar en ese momento fue ese. "Derek" se repetía una y otra vez en su mente mientras sentía como su cuerpo se retorcía bruscamente, podía sentir con claridad como sus músculos se contraian con fuerza, provocando calambres que lo hacían querer gritar, pero no podía hacerlo, su voz se había ido. Una muerte tortuosa y siliente era lo que le esperaba ante los ojos de un abrumado Jordan Parrish, no sabía que hacer, había llamado a la ambulancia, había salido a gritar que alguien le ayudará, pero casi no había oficiales en la estacion, los pocos que había no podían hacer mucho y temía que si no hacia algo, pronto Stiles se encontraría partiendo con su padre.

—¿Qué hacemos? —Preguntó Devi, estaba de pie a un lado de luz, no podia ni siquiera ver fijamente la estación sin sentir que su cabeza dolía.

Tenía los puños apretados, la respiración entrecortada y el ceño fruncido, la impotencia estaba llenando su corazón.

Luz no respondió, estaba intentando pensar en un plan, algo que pudiera ayudarlas. De pronto, el sonido de dos autos llegando a toda velocidad los sacó de su ensoñación. Observaron el auto de Chris Argent estacionarse y de él bajar a Melissa y Deaton. Ambos con prisa.

Pasaron a un lado de ellos y en inercia, Devi detuvo a Melissa sujetando su mano, los dos hombres que la acompañaban la observaron, Deaton con mayor detenimiento.

—Tengan cuidado, las dagas oxidadas y viejas dañan más que las nuevas y afiladas. —Le dijo con la vista fija en ella, ida de sus cinco sentidos mientras apretaba su mano y luego la soltaba. Cerró los ojos y la gravedad empujó todo su cuerpo hacía atras.

Cayó al suelo, a penas y soltó un jadeo, con la garganta seca sonó áspero.

—¿Qué? ¿Qué es lo que significa? —Preguntó Melissa y volteó a ver a Luz/Lydia, esperando una explicación.

—Stiles esta muriendo. —Dijo ella con suavidad, mientras observaba el interior de la comisaria. 

—No puede ser. —La voz de Breaden llamó la atención de todos, voltearon a ver al grupo que acababa de llegar y ella volvió a hablar. —¿Qué esperan? ¿A que la Banshee grite para comenzar el funeral doble?

Y sin más, se adentro con rapidez a la estación, siendo seguida por Melissa y Chris. Los demás permanecieron afuera. Scott y Derek se negaban a entrar aún sabiendo que Stiles estaba muriendo, dicho por la misma portadora de la muerte. Malia tenia la vista fija en Kobu y Deaton en Luz. Todos estaban en un incómodo silencio.

—No... él no se puede ir. —La voz de Lydia resonó en el interior de su propio cuerpo, Luz cerró los ojos.

Físicamente ambas estaban sintiendo lo mismo, pero sus seres podian sentir cosas distintas. Lydia sentía a la muerte abrazándola, un consuelo frío que no queria, nadie quiere el consuelo de la muerte, porque cuando sucede, es porque una parte de ti se ha ido con alguien importante. Y Luz, ella sentía a la muerte asechando, la oscuridad ganando y su chispa menguando.

—Creo que es momento de ir. —Declaró Inti, aquel ser de forma llamenante y verdosa que observaba todo desde la torre.

—¿Llegarás tan pronto? —Preguntó Ambar, con inseguridad en la voz.

—Tengo que... si Devi y Luz logran salvarlo, solo le quedará poco tiempo de vida, soy el único que puede sanarlo. —Aclaró a las dos figuras que estaban frente a él. Ninguna dijo nada, ni a favor ni en contra de su decisión.

En un callejón de Beacon Hills, donde la policía no pasa, había un cuerpo tirado, tenía una herida en el pecho, grande en forma de zarpaso. El animal que había hecho eso debío ser enorme, tanto como un jaguar. El hilo de sangre que salía de su pecho y manchó el suelo en toda su caminata, marcaba al agresor. Kate Argent estaba a varios metros del cuerpo, lista para comer.

Ella se acercó, los pasos lentos y determinados, sabiendo que su presa había caído y no hacía falta más nada para acabar con su trabajo.

La última vez había escapado de la manada de Scott por un pelo, pero había vuelto, con ganas de venganza y un plan perfecto para ello. Su cuerpo estaba totalmente teñido de una especie de color azulado mientras se acercaba al pobre chico que pronto sería poco más que su comida.

Los pasos fueron lentos hasta estar frente al inerte cuerpo, sus garras crecieron en sus manos, listas para desgarrar la carne del cuerpo, pero antes de que pudiera tan siquiera agacharse a intentarlo, un rayo la sacó volando por los aires, varios metros hacía atrás.

Se levantó, en un abrir y cerrar de ojos y se posiciono de forma defensiva, con las manos extendidas, las rodillas flexionadas y los colmillos de fuera. Pero se sorprendió al ver que ella no era el objetivo del rayo, era el cuerpo en el suelo. Más que una descarga eléctrica, parecía fuego, de un color verde vivo como las esmeraldas, era un fuego que trazaba una larga línea recta en el cielo, no podía ver de donde venía, pero no estaba quemando el cuerpo, parecía estarlo cubriendo y Kate no era tan idiota para quedarse a descubrir que era esa cosa así que se dio la vuelta y salió corriendo en dirección a las profundidades del bosque, a los pocos metros de haberse adentrado terminó a cuatro patas para poder alejarse más rápido de lo que fuera esa cosa.

Desde que había fallado en su intento de destruir a la manada de Scott McCall se había convertido en una forajida, no era bienvenida en ningún lugar y tampoco quería serlo, odiaba su existencia y maldecía el día en el que había caído en las garras de Peter. Un rugido fuerte se escuchó por toda la maleza, las aves se alzaron en vuelo para preveer el peligro.

𝐀𝐋𝐈𝐕𝐄: 𝑆𝑡𝑒𝑟𝑒𝑘 𝑠𝑡𝑜𝑟𝑦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora