𔘓ᅠ── 𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑶𝑵𝑪𝑬

26 5 1
                                    

╰ैེ་ A un grito de la muerte

Mientras tanto, aquellas llamas verdes seguían rodeando el cuerpo del joven rubio que yacia en el suelo, los espasmos musculares no tardaron en atormentar su inmovilidad, había estado al borde de la muerte y podía sentir el fuego intentando entrar a su cuerpo, en su mente se atravesó la idea de que tal vez estaba cayendo al infierno, pero no podía saberlo, no veía nada.

Por su parte, Inti intentaba buscar una conexión con el humano, pero este se resistía, porque estaba acostumbrado a que el fuego quemara, no que sanará y por eso, no comprendía las intenciones de Inti, las llamas se avivaron con mayor intensidad, como si leña hubiera sido puesta sobre ellas, el viento comenzó a soplar con fuerza, arremolinandose a su alrededor, todo lo que estaba cerca y era lo suficientemente liviano comenzó a danzar con el viento, las llamas vivas parecían batallar por entrar en él, pero de alguna forma, en la inconsciencia, él se resistía.

Pasaron minutos así, en una constante lucha por un cuerpo que ya no le pertenecía a ninguno, hasta que el alma del chico se rindió, se dejó caer, como su fuera arrastrado a lo profundo del mar y luego, luego todo se apagó.

Inti tomó el control de su cuerpo y consiguió entrar totalmente, el viento paró y las llamas poco a poco se apagaron o eso parecía pues enrealidad estaban entrando por los poros del cuerpo hasta que los ojos se le abrieron. Eran verdes, un color totalmente distinto al que Kate había visto en esa mirada desolada antes de atacarlo, el verde intenso como el fuego que yacia dentro de su cuerpo. Inti observó las manos ajenas, tenía varías cicatrices que desaparecieron en un par de segundos.

—Esta bien Sam, cuidaré tu cuerpo hasta que esto acabé. —Anunció con calma, se dio la vuelta y centró su mirada en un punto fijo, la chispa de Stiles aún brillaba lo suficiente para guiarlo hacía él.

Comenzó a correr en su dirección.

Lydia y Luz estaban en shock, tanta muerte rodeandolas era escalofriante, pero gracias al huésped en el cuerpo de Lydia, ambas podían ver la sombra de la muerte moviéndose, se abría paso entre los morks, iba a paso calmado, como si supiera que no había forma de salvar a Stiles, como si estuviera segura de que ya tenia su alma entre la bolsa.

—No... no... Stiles no puede morir... por favor, no. —Lydia estaba de rodillas, doblegada ante la presión, sostenía su cabeza con ambas manos, apretaba los labios y los dientes para no gritar, no quería hacerlo. —Luz... debes hacer algo.

Por fuera, el pálido rostro de Lydia reflejaba la preocupación de Luz, no sabía que hacer, observó a Devi de reojo, totalmente ida en el suelo con Kobu consolandola, tenia la mirada perdida mientras acariciaba el cabello del can y se mecia de adelante hacía atrás, susurrando palabras en idiomas inentendibles para los seres humanos. La muerte de una chispa tenía el mismo efecto que la muerte de una estrella en un sistema solar. Y por eso es que no podían permitirlo, no debía suceder.

Luz comprendió que la muerte ansiaba el alma de Stiles, pero que él tenía que ceder. ¿Cómo llegarían para convencerlo? Ella no podía, pero había alguien que si.

—Lydia... debes tomar el control. —Anunció en su interior.

—No... Si... si lo hago gritaré y Stiles... él... —Mordió su labio inferior con fuerza.

—No, Lydia, aún no lo entiendes, el grito de la Banshee no solo sirve para anunciar la muerte, puedes hacer más que eso, tienes que hacerlo. —Suplicó Luz cerrando los ojos.

Pronto Lydia tuvo control de su cuerpo y todo solo empeoró. Las voces, incitandola a gritar el nombre de Stiles comenzaron a lastimar sus oidos, se sujeto la cabeza con ambas manos y se puso de rodillas. Apretó los dientes con fuerza, intentando apagar su voz, pero los chillidos salían de su boca sin interrupción alguna.

—Lydia... grita. —Comandó Luz en su interior, en un susurró melódico.

La muerte se arrastraba por el aire, el paso frío de su presencia hacía que los Morks se arremolinaran a su alrededor, como una jauría hambrienta, siguiendo a quien los alimentaria.

Melissa había llegado junto a Deaton y Breaden quienes ya estaban al lado de Stiles o al menos su cuerpo, intentaban hacer que las convulsiones se detuvieran, movían su cuerpo, intentaban despertarlo, pero nada funcionaba.

La cara de Stiles estaba palida, más de lo normal, sus pómulos se marcaban, como si estuviera extremadamente delgado y es que parecía eso, que estaba adelgazando a una velocidad tan inhumana que pronto sería solo huesos, sus brazos no dejaban de moverse, intentando aferrarse sin fuerza a algo y su espalda se curvaba por el dolor, pero, había dejado de gritar, había dejado de luchar, no había caso en hacerlo y su desesperanza había sido tan fuerte, que la muerte en persona había ido por su alma, podía verla, pero era como estar en coma, observaba ese ser flotante abrirse paso a través de la pared, solo la atravesó sin ninguna explicación, ni efectos geniales como en las películas, pero si había algo que no había visto en ninguna película, el sentimiento que la presencia de la muerte provocaba era algo que no podía explicar con palabras, porque no podía siquiera intentar entenderlo.

Pero Stiles no fue el único que logró ver aquella sombría figura. Parrish prestó atención unos instantes antes de alejarse de Deaton, sus ojos se encendieron en fuego y las llamas del infierno llenaron su cuerpo desde adentró, gruñó en dirección a la muerte y esta en respuesta se envolvió en sombras y, la figura de un lobo apareció, no uno normal, ni sobrenatural. Este no era más que sombra formando una criatura, tan oscura como la noche y lo único que se observaba bien era su dentadura, filosa y retorcida en una macabra sonrisa, ansiosa por saborear el último aliento de Stiles.

Parrish se posiciono delante de todos y gruñó en dirección al lobo, quien respondió dando un par de zarpazos al suelo, el sabueso infernal se abalanzo hacía adelante para atacar al lobo, pero a pocos metros de él, su cuerpo cayó inerte en el suelo, aún transformado.

—¿Qué diablos sucede? —Preguntó Chris, observando el punto a donde Parrish había estado observando todo el tiempo.

—¿Esta...? ¿Esta muerto? —Preguntó Melissa mientras introducia una corbata doblada en la boca de Stiles, para que no mordiera su propia lengua.

Pero Chris, no lo sabía.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 15 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐀𝐋𝐈𝐕𝐄: 𝑆𝑡𝑒𝑟𝑒𝑘 𝑠𝑡𝑜𝑟𝑦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora