Muchos traumas me atormentaban día y noche, producto de sucesos traumáticos que habían afectado mi corta vida. Una vez fui aprovechada en un callejón, sufrí bullying a diario en la escuela y, más significativamente, la muerte de mi padre, que quedó grabada en mi mente como tinta indeleble. Aún recordaba todo como si fuera ayer, en ese día especial.
—Papá, ¡Papá! —estaba tan alegre—No crearás lo que hice para ti hoy en la escuela...
Al entrar en la casa, me sorprendió el silencio total, la ausencia de cualquier sonido o persona. Era extraño, ya que solía encontrar a mi padre escuchando música y pintando cuadros cuando llegaba de la escuela. Sin embargo, comencé a percibir el eco de un sonido perturbador: quejidos ahogados que provenían de la sala. Me dirigí hacia allí y vi que en el ventilador estaba atada una soga que rodeaba el cuello de mi padre, y en el suelo había una silla tirada. Sus pies se movían con insistencia mientras sus manos sostenían la soga en su cuello, hasta que finalmente se dejó caer y quedó completamente inmóvil.
No lograba comprender lo que estaba sucediendo. Mi mente se llenó de preguntas: "¿Por qué mi padre está colgado? ¿Qué le pasa? ¿Por qué no baja de allí?" Tan solo era una niña. Incluso llegué a pensar que tal vez estaba jugando alguna especie de broma; a él le gustaba hacer ese tipo de cosas para luego decir "¡Te atrapé!". Pero en esta ocasión no era así. No se trataba de una broma, aunque me forzaba a creer que lo era.
Me acerqué a su cuerpo y, con mi pequeña mano, tomé su dedo, sacudiéndolo con insistencia.
—¡Papá! ¡Papá! Ya baja de allí.
Un profundo miedo invadió mi ser y pronto descubrí que estaba temblando. Las lágrimas comenzaron a caer, la desesperación me había atrapado y no podía dejar de llorar y temblar. Incluso llegué a creer que todo era un sueño, una pesadilla demasiado real.
—¡Baja de allí por favor! ¡Baja de allí! ¡Déjame enseñarte la carta que hice para ti! ¡Quiero que veas la carta que hice para ti! ¡Es tu cumpleaños!
Abrace sus piernas y lloré, lloré y lloré. No quería soltarlo, no quería aceptarlo. El no podía estar muerto. No era cierto.
—Es tu cumpleaños...
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Alguien tocaba la puerta de mi casa con insistencia, tan fuerte que podía oírlo hasta mi habitación.
—¿Hay alguien? —preguntó una desconocida voz—¿Alguien en casa?
No era mi madre obviamente, y ella tampoco se encontraba en casa porque aún no había atendido al llamado.
Me levanté de mi cama y salí de mi habitación tambaleándome, con los ojos entreabiertos. Me dirigí hacia la puerta de mi casa, que aún temblaba por los fuertes golpes contra ella.
—¡Ya voy! —advertí estirando mi cuerpo y espantando el sueño.
Abrí la puerta y me encontré con dos policías en el umbral. Me sorprendió mucho verlos parados frente a mi casa; no era algo común tener a agentes uniformados allí.
—Buenos días ¿qué sucede? ¿En que los puedo ayudar?—pregunté.
Un policía alto y flacucho le hecho un ojo a un papel que llevaba en manos.
—Es usted ¿Lilith May Alcott? —preguntó levantando la mirada.
—Así es.
—Estuvimos llamando al teléfono de la casa.
—Está descompuesto—me excusé—¿qué sucede?
El otro policía, un poco más bajo pero corpulento, dio un paso adelante y me observó con lastima y pena.
—Lamento infórmale que su madre, Vanessa May Alcott, sufrió un accidente hace dos días. En estos momentos se encuentra en coma.
Mi corazón se detuvo por un segundo. Estuve a punto de desmayarme, pero me mordí los labios tan fuerte que se rompieron, lo que me devolvió a la conciencia.
—¿P-perdón? —balbuceé a punto de romper en llanto—¿está hablando en serio? ¿No se habrá equivocado?
—Me temo que no, señorita. Su madre ahora mismo se encuentra en el hospital del centro.
Actué impulsivamente. Tomé mi chaqueta, que estaba justo a mi lado colgada en la pared, y empujé a los policías para salir corriendo hacia afuera. Por las lágrimas que comenzaban a brotar de mis ojos, mi vista se nubló y estaba sorda a cualquier llamado, porque en mi mente solo repetía una y otra vez: "No es cierto, no es cierto, no es cierto". No me importó dejarlos allí parados, solo quería verla. Ella no podía dejarme sola; papá lo hizo, ella no lo haría.
El hospital no estaba tan lejos; solo tenía que correr hacia la avenida y tomar un taxi para llegar lo más pronto posible. Me detuve frente a un paso peatonal, y justo cuando llegué, el semáforo cambió a rojo. No tenía tiempo que perder, así que crucé la calle sin pensarlo dos veces ni mirar atrás.
—¡Niña!
Alguien había gritado, no estaba segura si me hablaba a mí, pero esa persona indicó que mirara al frente y lo hice. Un auto que venía a gran velocidad se acercaba hacia mí. Sus luces me encandilaron los ojos y me obligué a cerrarlos. En ese momento lo supe. Estaba a punto de ser atropellada y ya era demasiado tarde para mí. Solo recuerdo haber escuchado un fuerte chirrido.
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Las voces irritantes volvieron a atormentarme, pero esta vez se hacían cada vez menos rápidas y más audibles. Finalmente, después de un momento, pude entender lo que decían: "arriba es abajo, abajo es arriba... arriba es abajo, abajo es arriba". ¿Qué significaba eso? No lo sabía.
Abrí los ojos y aspiré una bocanada de aire; todo estaba oscuro.
—¿Hola? ¿Hay alguien aquí?
No sentía mi cuerpo de ninguna manera. ¡Qué miedo me dio! ¿Por qué no sentía nada? Solamente veía una infinita oscuridad.
"Arriba es abajo, abajo es arriba... arriba es abajo, abajo es arriba" susurraban las voces.
—¿Qué significa eso?
Miré hacia arriba y un océano de estrellas parecía acercarse hacia mí, o tal vez yo iba hacia allí. No lo sabía, pero se estaba aproximando. La adrenalina que experimenté en ese momento me hizo volver a sentir mi cuerpo; comencé a llorar y a temblar. Estaba seguro de que iba a tener un ataque cardíaco, ¡iba a morir! Eso fue lo que pensé hasta que una gran luz apareció ante mí, seguida de la visión de un paraíso. Simplemente era... ¡Hermoso! Un impactante paisaje natural con árboles de colores, un mar que ¡brillaba! y montañas heladas que resplandecían como si estuvieran hechas de miles de pequeñas estrellas... ¡SE ESTABA ACERCANDO!
Caí.
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Don't be cry
FantasyLilith vive atrapada en la desdicha hasta que un día, un accidente inesperado la transporta a un mundo excéntrico y bizarro. Envuelta en sucesos frenéticos, busca ayuda para escapar y conoce a un enigmático humano que guarda los secretos de este ext...