Capitulo 5

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La marioneta me condujo por el largo pasillo de los camerinos. Era espacioso y silencioso, con un suelo rojo y puertas doradas alineadas, cada una con su respectivo letrero. Finalmente, nos detuvimos frente a una puerta en particular que tenía un letrero que decía "Shinyuu". Él golpeó la puerta con su mano y luego inclinó la cabeza hacia ella.

—¿Podemos pasar dulce Shinyuu?

Pasaron unos segundos, y una voz suave y débil respondió: "Sí".

La marioneta abrió la puerta y entramos a la habitación. El piso era de cuadros negros y blancos y no había nada más que máscaras, muchas máscaras regadas por todas partes. En el centro, una niña estaba en el suelo rodeada de máscaras con diversas expresiones. Ella era muy pálida, con el cabello rosado atado en una enorme coleta que caía sobre sus hombros, y un flequillo que casi ocultaba sus ojos rojos. Su rostro era pequeño y redondeado, delicado y grácil, pero carecía de expresión. Vestía un esponjoso y hermoso vestido crema.

—¡Shinyuu! Te traje a una nihila, no sabemos qué hacer con ella—explicó la marioneta empujándome al frente—. ¡Bueno me voy!

—¡No! ¡Espera un momento! —Exclamé, girándome para mirar atrás, pero cuando me di cuenta, él ya había desaparecido por la puerta. Suspiré y volví a mirar al frente—Hola...

La niña alzó la mirada con una expresión neutral y seria. Levantó su mano y tomó una bocanada de un narguile, luego exhaló todo el humo en mi cara. Sacudí la mano y tosí. Fue extraño ver a una niña fumando.

—No sabes que hacer ¿no? —murmuró con una voz baja y dulce, fue casi un susurro—. Presiento que estás llenas de inseguridades y traumas.

—¿Qué dices?... como sabes eso.

—A puesto a qué puedo explotar tus emociones. Ellos te dirán la verdad.

La niña hablaba de manera incongruente, con palabras difíciles de entender para mi mente.

La niña bajó la cabeza y tomó una máscara triste y se la colocó en la cara, la cual se fusionó instantáneamente con su rostro. Ahora su expresión facial reflejaba tristeza.

—Es triste.

La niña sollozó y fumó, lanzándome nuevamente humo en la cara. El humo que llenaba el ambiente dificultaba mi visión, y por más que intentaba sacudirlo con la mano, parecía expandirse aún más ¡era inquietante!

—Cuando pensamos en algo especial, lo reaccionamos con emociones... entonces sentimos. Nacen sentimientos.

De repente, su presencia desapareció ante mis ojos, y el denso humo que llenaba la habitación tomó la forma de máscaras animadas con expresiones tristes, todas ellas parecían estar llorando. Me quedé atónita ante aquel espectáculo surrealista. ¿Qué tipo de magia estaba ocurriendo?

—Premisa mayor: no puedo controlar mis pensamientos.

El humo se transformó ante mis ojos en la vívida imagen de mi padre, pero esta vez aparecía colgado, como en aquella escena que tanto temía recordar. A pesar de mi deseo de no verlo, su imagen aparecía por todas partes, como si me persiguiera. ¿Qué mierda estaba pasando? Quería que se detuviera, no soportaba ver esa imagen una vez más.

—Premisa menor: mis sentimientos provienen de mis pensamientos.

La escena se repetía una y otra vez, cada vez más horrorosa y escalofriante. ¿Por qué no podía detenerse? Era una tortura para mí, como si mi mente estuviera atrapada en un bucle interminable. Repetía una y otra vez: "¡Detente! ¡No quiero verlo! ¡Por favor, detente!" Era como si suplicara al universo que cesara esa terrible pesadilla. El no me escuchó.

Don't be cryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora