11- Una crisis cada vez.

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Lucifer se dirigía hacia la puerta principal, ansioso por volver a ver a Aurora. Había sido un día lento, sobre todo de agotador papeleo que, al parecer, era "necesario" antes de que pudieran volver a las andadas.

Y aunque echaba de menos sus días de resolución de crímenes, no podía evitar pensar continuamente en Aurora. Ella ni siquiera tenía que estar en el mismo edificio para dictar sus acciones.

Ah, bueno. Es lo que hay.

Lucifer abrió la puerta principal con una amplia sonrisa. "Cariño, estoy ho...". Sus ojos se abrieron de par en par y cerró la puerta cuando una hoja voló por el aire directamente hacia él.

Al cabo de un momento la abrió y examinó los daños, viendo que la hoja se había incrustado justo donde habría estado su entrepierna.

Lucifer parpadeó ante un Maze furioso, que estaba de pie a unos metros de él y temblaba de furia. "¡HIJO DE PUTA!" Gritó antes de lanzarle otra cuchilla, ésta dirigida al medio.

Lucifer volvió a cerrar la puerta y se ocultó tras ella. "¡Mazikeen!" Exclamó desconcertado. "Éste no es el saludo que esperaba". Aunque se había enfrentado a saludos peores en el pasado.

"¡BASTARDO!" Continuó gritando desde el otro lado de la puerta. Luego intentó abrirla violentamente, pero Lucifer se aferró al picaporte con todas sus fuerzas. "¡IMBÉCIL!"

"Creía que ya habíamos establecido todo esto antes". Lucifer no pudo evitar bromear.

"¡¿QUÉ TE HA DADO EL PUTO DERECHO?!" exigió Maze al otro lado de la puerta.

"¿DERECHO PARA QUÉ?"

"¡PARA ALEJAR A LILITH DE MÍ!"

Desde luego, esto no era lo que Lucifer esperaba. "¿Qué? Preguntó mientras se apoderaba de él la sorpresa. Se soltó de la puerta, permitiendo accidentalmente que Maze la abriera.

Lo primero que hizo fue darle un puñetazo en el ojo izquierdo.

Lucifer soltó un gruñido de dolor y se tambaleó hacia atrás. Maze levantó el brazo para darle otro puñetazo, pero Lucifer se apartó de un salto.

Extendió los brazos en señal de aplacamiento y retrocedió varios pasos. "Maze, ¿de qué estás hablando?

Si las miradas mataran, Lucifer no sería más que un pozo de cenizas humeantes. "Lo sé, Lucifer. Sé lo del anillo de Lilith. Sé que renunció a su inmortalidad para vivir en la Tierra. Y sé que tú lo sabías y nunca me lo dijiste".

Lucifer se quedó boquiabierto un instante. "¿Cómo...? fue lo único que se le ocurrió preguntar. "¿Cómo lo sabes?"

Su rostro se retorció de dolor durante una fracción de segundo después de que él se lo confirmara, pero luego pintó ira sobre el dolor. "No importa. Lo sé, y eres un puto gilipollas". Maze pareció tentada de darle otro puñetazo, pero decidió no hacerlo sacudiendo la cabeza.

En lugar de eso, se fue dando pisotones hacia su apartamento y cerró la puerta con tanta fuerza que tembló sobre sus goznes.

Lucifer bajó las manos y resopló con incredulidad. Definitivamente, no era lo que esperaba encontrarse al volver a casa.

Eve entró por la puerta principal con expresión inexpresiva. Caminó hacia él. "Rory está en su columpio ahora mismo, y acabo de darle de comer hace unos minutos".

Lucifer asintió y esbozó una sonrisa tensa. "Gracias, Eve. I-"

Eve lo interrumpió dándole una bofetada en la mejilla.

Lucifer se apartó bruscamente de ella y parpadeó, conmocionado. "¡Maldita sea! ¿Todo el mundo me está pegando esta noche?".

Eva lo fulminó con la mirada. "No contarle a Maze lo de su madre fue una mierda". Sin darle oportunidad de responder, se dirigió hacia su apartamento y cerró la puerta tras de sí.

Lucifer - Mi pequeña Estrella II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora