8. Viejas cenizas

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Elisa tiene razón. Dijo Alexa después de que Marián le contara lo que había hablado con Elisa.

Al llegar a la posada luego de hacer los pendientes que tenía por hacer, en cuanto Marián le confirmó con un movimiento de cabeza que ya sabía lo que sucedía, buscó las mil y una formas para quedarse a solas con Marián y que le pudiera contar. Sin embargo, las peripecias sirvieron solo para que Elisa se riera, pues se había dado cuenta de todo y cuando ya se había divertido suficiente, se ofreció a hacer las tareas con Valentina en su cuarto, así que sin más dilación, las dejó solas para que pudieran hablar.

¿En qué tiene razón? Le preguntó Marián, pues no entendía a qué se refería.

No hubo engaño, ni falsas promesas... Elisa sabía exactamente lo que sucedería.

¿Estás loca? Dijo sin poderlo creer y abriendo mucho los ojos.

Estaban en su habitación sentadas en la cama frente a frente. Al ver la reacción de Marián, Alexa levantó las manos para calmarla.

Amor, no estoy justificando a Carlota, solo estoy diciendo que Elisa tiene razón al decir que no es del todo su culpa. Oigase bien, no es del todo su culpa ¿Qué también es responsable de este desastre? Sí, por supuesto que sí, pero Elisa también.

No digo que no Alex pero...

Déjame terminar cariño. Le pidió tomándola de las manos. De todas nosotras, Elisa es quién conoce los secretos más oscuros de Carlota. Sus miedos y temores... más que cualquiera y aún así, se lanzó a esa aventura con ella. Hizo una pequeña pausa. Nunca pensó que se iba a enamorar y por eso dejó que todo avanzara, el detalle es que el corazón no sabe distinguir aunque la razón te diga que es el camino equivocado, y aquí está ella, enamorada de su mejor amiga que además, le huye al amor... yo más que nadie la entiende Marián, pero no puedo quitarle responsabilidad en todo esto y simplemente señalar a Carlota como la mala del cuento. ¿Qué es una cabezota? Sí, y de marca mayor, pero así como Elisa se enamoró sin querer, no podemos culpar a Carlota por no corresponderle... Tú estuviste es su posición.

Pero yo nunca te dí alas Alex. Dijo un poco dolida por ello.

Amor... Se acercó más a ella al ver esa sombra de dolor en sus ojos. Eso es un tema superado y lo sabes. La miró a los ojos antes de acercarse para darle un suave beso en los labios, antes de continuar hablando. Si lo menciono es porque hasta cierto punto, tiene similitud con lo que pasamos en un principio tú y yo. Yo me enamoré sin querer y tú me veías solo como tu amiga, entonces en ese momento, fue imposible que abrieras tu corazón a lo que yo te ofrecía. Pasaron muchísimas cosas antes de que tan siquiera pensaras en abrirla y aún así, te costó verlo. Marián asintió ligeramente, pues tenía razón en lo que le decía, por lo que Alex continuó. A lo que voy es que tal vez... Carlota no está lista para abrir esa puerta con Elisa vida, aún y cuando sea la persona que más la conoce en el mundo y a la que más quiere. Quizás pensó que precisamente por conocerse tan bien, podrían manejar la situación sin complicarse, pero se les fue de las manos a las dos. Jugaron con fuego y se quemaron.

Marián bajo la mirada pensando en lo que Alexa le acababa de decir. Estaba molesta con Carlota, pero porque no dejaba de lado ese miedo estúpido al amor y se estaba llevando por el medio a Elisa. Sin embargo, ella había hecho lo mismo con Alexa en su momento y no tenía cómo refutar. Las condiciones y las edades habían sido muy distintas, pero en esencia, era lo mismo, así que ¿Cómo juzgarla?

¿Entonces qué? ¿No hacemos nada? Dijo con impotencia.

Hacer lo que ellas hicieron con nosotras amor, dejar que resuelvan el problema sin dejar de apoyarlas por igual.

Marián se levantó de la cama y caminó un par de veces de un lado a otro. Su mente era un revoltijo de ideas, pero al final, debía admitir que lo que decía Alexa, era lo más sensato.

Insospechado amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora