Capítulo 28

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*Este capítulo puede contener material delicado para algunas personas*

ALEXANDER

Todo pasa en un abrir y cerrar de ojos, la ambulancia llegando, yo dentro de la ambulancia con ella, suplicando que no me dejara, los paramédicos bajando la camilla, la enfermera deteniéndome, mientras alejaban a Nerissa de mi llevándola a sala de urgencias.

Mi cuerpo entró en estado de shock, solo sentía las lágrimas rodar por mi rostro, las piernas debilitándose. El simple hecho de pensar que podría perderla hace que el pecho se me comprima de tal manera que el oxígeno no lograba entrar a mis pulmones. No puedo perderla de nuevo.


- Alexander! — escucho que gritan mi nombre, pero no logro voltearme para ver de quién se trata; cuando siento que unos brazos me envuelven en un fuerte abrazo. Mi cuerpo se relaja al sentir el cuerpo de mi madre reconfortandome. - Tranquilo, todo estará bien.— sus palabras se repiten, en un intento de consolarme. Siento como sus palabras se van desvaneciendo poco a poco, hasta el punto que solo escucho los latidos de mi corazón, como si quisiera salirse de mi pecho.

Han pasado como dos horas y sigo sin saber nada de ella. La sala de espera se encuentra casi vacía; mi madre me acompaña y al fondo de la sala se encuentra una chica en sus 20 con su bebé que no deja de llorar. El verla hace que mi pecho arda. La idea de que Nerissa haya perdido al bebé es una que me niego a aceptar.


El doctor se sitúa de frente sacándome de mi trance. Su expresión no me convence.


- ¿Cómo está ella y el bebé? – digo con un hilo de voz.

- La logramos estabilizar ya, pueden pasar a verla, aunque está dormida aún. – dice lentamente y sé que algo no está bien.

- ¿Y el bebé? –mi madre es la que lo interrumpe ahora. La mirada del doctor hace que mi respiración comience a entrecortarse.

- Lo lamento, la señorita Rinaldi ha perdido al bebé, debido a un aborto. — sus palabras resuenan en mi mente.

- Cómo es posible, ella no se ha dado ningún golpe, la hemos estado cuidando al máximo. –mi madre se derrumba en la silla mientras balbucea las palabras.

- Pensamos que la paciente ingirió las pastillas abortivas, pero no es nada seguro, sin pruebas.

- Lo siento doctor, creo que se equivoca, ella quería ser madre, ella no tomó nada para abortarlo. –sigue balbuceando las palabras mi madre, mientras dentro de mi estado de shock, recuerdo algo que ingirió Nerissa.

- De hecho, ella si tomo algo distinto a lo normal, unas pastillas para dolor de cabeza, si las traigo, ¿podrán identificarlas? — digo a lo cual mi madre me mira atónita.

- No aseguramos nada, pero en la farmacéutica le podrán indicar el tipo de medicación que ingirió la paciente. – el doctor no ha terminado de hablar cuando ya me encuentro cruzando las puertas de la salida.

- Alexander! No piensas verla primero– grita mi madre, pero decido ignorarla mientras intento llegar a casa lo más rápido posible, a buscar los medicamentos.


Estaciono frente a la casa de mi madre y me apresuro a subir a nuestra habitación. Tal y como recordaba veo en la mesita de noche las pastillas que se tomó Nessa en una bolsita plástica pequeña. Noto que mi teléfono no ha parado de sonar. Reviso rápidamente y es mi madre. Envio un mensaje de texto dejándole saber que voy de camino. Agarro la bolsita con las pastillas y me dirijo a toda velocidad hacia el hospital nuevamente.


Ya en la entrada del hospital para mi suerte me encuentro con el doctor que nos atendió y le doy las pastillas. A lo cual me dice que tan pronto logren identificarlas me dejará saber.


Me dirijo al cuarto de Nerissa, encontrándome con mi madre al lado de la camilla en un sillón.

- No ha despertado aún– comenta sollozando mi madre, mientras acaricia la mano de Nessa. -¿Conseguiste lo que buscabas Alexander? – dirige la mirada hacia mi.

- Sí. Lo he conseguido. – digo mientras tomo asiento al lado de ella.

- Porque ella tomaría esas pastillas no lo entiendo. – comenta confusa.

- Su amiga Cristina se las dio, supuestamente para el dolor de cabeza. Nunca he confiado en esa rubia. Se lo he dicho más de mil veces, que no confiara en ella. Pero son amigas desde niñas, supuestamente.– le comento a mi madre mientras dejo caer mi rostro en mis manos. Si Cristina es culpable de esto, haré lo imposible para que la metan presa.

- He visto a la chica Alexander, se ve buena persona, dudo que haya sido ella, solo estas doliendo, por lo que pasó. Nadie tiene la culpa de esto. Ella te va a necesitar más que nunca, así que no lo eches a perder Alex, por favor. – las palabras de mi madre hacen que me enoje, pero logro canalizar mis emociones, intentando no alterarla más de la cuenta.


Al rato tocan la puerta de la habitación, mientras el doctor se deja ver. Recobro rápidamente mi postura, esperando las palabras del doctor.

- Lamento tanto la insistencia, pero están seguro que la señorita Rinaldi no buscaba abortar al bebé – pregunta mientras nos observa a ambos.

- Doctor ya le dijimos que no, de hecho ha estado comprando ropa para el bebé, estaba de lo más ilusionada de tenerlo. –comenta mi madre entre sollozos.

- ¿Qué fue lo que encontró? – digo en un tono serio.

- Las pastillas que me entrego resultaron ser misoprostol.

- ¿Y eso significa? – comento confundido.

- Las pastillas que ha ingerido su novia son píldoras abortivas, en especial el misoprostol, se encarga de vaciar el útero, resultando en el sangrado excesivo, expulsando al feto. —siento como mi corazón comienza a acelerarse.

- Esto no puede ser posible. –mi madre se derrumba en el sillón.

- Necesito tener una conversación privada con la paciente tan pronto se levante, para que me indique si fue voluntariamente la ingesta de los medicamentos. –indica el doctor.

- Por supuesto. –mi madre es la que habla ahora.

- Ahora si me disculpan tengo que atender a otros pacientes, por favor, presionen el botón, tan pronto ella despierte y vendré enseguida. – dice mientras desaparece en los pasillos del hospital. Tanto mi madre como yo nos quedamos observándonos en el marco de la puerta, cuando un ruido nos saca del trance.

- ¿Qué es lo que sucede? –es la voz de Nessa, la que nos estremece. 



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Hola! Lamento que he estado desaparecida, pero he vuelto con este capitulo, espero que les guste. Poco a poco nos vamos acercando al final de esta historia. Espero contar con sus votos y comentarios, los aprecio. 

Amores Que MatanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora