Llego a casa de Alexander y lo primero que veo es a su hermano esperándome en el balcón, algo desesperado.
- Hasta que al fin llegas, te dije esta mañana que te necesitaba antes de tiempo – dice algo malhumorado, pero sin gritarme
- Lo siento, se me paso el tiempo – digo sin demostrar ningún tipo de emoción en mi tono de voz
- Bueno esta bien, te deje sus medicamentos en la cocina, nos vemos en la mañana – y se marcha sin más, dejándome sola
Me dirijo a abrir la puerta y luego asegurarme de trancar bien. Entro y la casa esta en total silencio lo cual me resulta totalmente extraño. Me adentro con sumo cuidado por la cocina buscando sus medicamentos y tomando la nota que me dejo su hermano
- Nessa que haces ahí – su voz me asusta al punto de hacerme tumbar los envases de medicamentos, cuando lo veo con muletas parado en el marco de la puerta. Como llego hasta aquí sin darme cuenta
- Maldita sea Alexander no vuelvas a asustarme – digo a punto de un colapso nervioso. Para los que no saben soy una persona bien asustadiza
Alexander no se mueve de donde esta, se queda recostado en el marco de la puerta, mientras yo me doblo para poder recoger todo lo que tire al piso. Cuando levanto la cabeza, lo veo mirándome
- Se te ofrece algo – digo incomodada por su mirada
- Te excita mi presencia Nessa – dice con una sonrisa pícara, lo cual me pone más nerviosa, pero a la misma vez me confunde su comentario
- Para nada Alexander, porque lo habría de estar – digo con un tono de voz lleno de confianza
Alexander no dice nada, simplemente se limita a sonreír mientras señala hacia mi top blanco, cuando me percibo que esta totalmente transparente debido a mi pelo mojado y mis pezones están erectos. TRAGAME TIERRA. La vergüenza es tanta que siento mis mejillas arder, me volteo rápidamente dándole la espalda a Alexander
- Tendrás un abrigo que me prestes – digo con un hilo de voz, con cierto nerviosismo en mi voz. Oigo sus pasos alejarse, en eso me tumbo al piso y me recuesto sobre las gavetas mientras me tapo la cara con mis manos. Pensando que esto no esta pasando y es solo una pesadilla. Sin embargo, siento como alguien se tumba al piso al lado mío. ES REAL.
- Nessa no quería incomodarte, yo lo siento – sus palabras me hacen dar de cuenta que estoy llorando. Por Dios no puedo ser más patética. Me seco las lagrimas rápidamente.
- No me incomodas es solo que tuve un mal día – digo para no parecer estúpida, mientras me coloco el abrigo que me acaba de entregar. – Gracias por el abrigo – digo levantándome del piso, cuando noto que el se queda en el mismo sitio – No piensas pararte es
- Nerissa por si no te acuerdas, déjame refrescarte la memoria, se supone que este en mi cama debido a un accidente que me dejo casi paralitico, así que no, no pienso pararme porque no puedo – dice sarcásticamente, haciéndome sentir como la peor al haber olvidado de dicho suceso por completo, por algo lo estoy cuidando por el amor de los ángeles
- Yo no te mande a que te movieras de tu cama – digo devolviéndole el sarcasmo
- Me tenias preocupado mujer, entraste y no se escuchaba nada pensé que te habías muerto o algo – dice exasperado, haciéndolo ver sexy y tierno a vez, provocándome que se me formé una sonrisa a media – No es gracioso, así que quita es cara y ayúdame a parar de aquí ahora – dice con autoridad en su voz, mientras sus ojos se ven mas oscuros que nunca
Sin decir nada me dirijo hacia donde se encuentra y me agacho para tomarlo por los brazos, cuando levanto la vista, nuestros ojos se conectan intensificando nuestras miradas cuando siento sus manos en mi cintura, provocando que caiga sentada entre sus piernas, mientras ahora sus manos viajan hacia mi trasero sujetándolo con cierta fuerza, cuando me percato que nuestros labios se están rozando, provocando que mis caderas se muevan hacia adelante, cuando escucho cierto tipo de gruñido salir de sus labios, pero lo dejo de escuchar cuando nuestros labios se unen con cierto desespero, como si toda una vida hubiéramos estado esperando este momento. Ahora una de sus manos comienza a deslizarse por dentro del abrigo acariciando cada centímetro de mi piel, como si conociera mi cuerpo como la palma de su mano, haciéndome estremecer ante su tacto y cercanía, comienza a subir su mano, provocándome que me moje por completo, mientras comienzo a sentirlo sumamente duro debajo de mí. Mi cuerpo comienza gritarme que lo desea, pero mi cabeza me aleja de ese pensamiento diciéndome que no esta correcto. Como una señal del cielo, su teléfono comienza a sonar, provocando que me aleje de él inmediatamente.
- Puede esperar – dice algo molesto cuando el teléfono vuelve a sonar
- Parece que es de urgencia, total no creo que sea correcto como quiera – digo algo incomoda recordando lo que acaba de pasar con Alexander
- Entiendo, eres de las que le gusta calentar y después marcharse. OK- dice molesto
- No era mi intención, además tu fuiste el que empezó – digo frustrada
- Olvídalo quieres, esta bien, ahora levántame de verdad esta vez – dice otra vez con su sarcasmo, poniéndome como un tomate ante tal comentario
Me dirijo esta vez a donde el y lo levanto sin tener que hacer tanta fuerza, pero si noto como retuerce sus labios, como si se estuviera desgarrando por dentro, lo cual hace que se toque el estomago con fuerza, cuando lo miro de nuevo veo como su mano comienza a llenarse de sangre
- ¡Oh por Dios Alexander! Te estas desangrando – digo presa del pánico mientras me quito el abrigo sin importarme nada, para poner presión en la herida, dándome cuenta que se desgarro los puntos de la herida de su estómago.
- Tranquila mujer, no es nada, solo un poco de sangre – dice mientras se sujeta de mis hombros para poder acostarlo en su cama
Mis nervios están por el piso, haciendo que mis manos no dejen de temblar, mientras intento parar el sangrado. Pero sus manos sujetan con fuerzas las mías
- Nessa mírame a los ojos – dice, mientras levanto mi rostro para encontrarme con su mirada, mientras mis ojos están a punto de derramar un mar de lágrimas – Ve al botiquín y busca las bandas, las gazas, el alcohol y el hilo con la aguja – dice con tanta naturalidad que me hace mirarlo con duda
- Acaso te vas a coser tú mismo, estás loco idiota, lo puedes hacer mal o agarrar una infección – digo petrificada
- No Nessa, no me voy a coser, lo vas a hacer tú, para eso te tengo – acaso perdió la cabeza este animal
- Como pretendes que yo lo haga, acaso no ves como estoy – digo mirándolo con terror en mis ojos
- Ve y busca las cosas, yo te voy a decir o lo que vas a hacer, confía en mí, ahora ve – dice con toda autoridad, y no me queda de otra que aceptar e ir a buscar las cosas.
Busco todo y me encargo de desinfectar la aguja obviamente y me dirijo a su cuarto de nuevo, y me relajo al ver que al menos el sangrado a parado, pero puedo notar en su cara que el dolor lo esta matando, así que busco las pastillas que decían en la nota y se las doy con un vaso de agua, el cual me acepta rápidamente y se la toma.
- Gracias, no iba a soportar mucho más, ahora siéntate en la cama y vas a seguir cada paso como yo te lo diga, entendido – dice serio y dominante a la vez. Me limito a decir que si con un gesto con mi cabeza. Siguiendo cada instrucción que me da, y me sorprende el que sepa tanto de esto. No más de veinte minutos y había terminado y todo parecía ser un éxito.
- Ves, no era tan difícil, de ahora en adelante serás mi enfermera personal – dice guiñándome un ojo, lo cual provoca que me ría, y el termina riéndose conmigo. Su risa me enamora más. Pero de un momento a otro se queda serio mirándome – Yo si creo que es correcto – dice serio
- ¿Disculpa? Qué crees que es correcto– digo confundida
- Nosotros – dice mirándome fijamente a los ojos y siento mi pulso a mil, y no se que decir
- Creo que el medicamento ya se te subió a la cabeza – digo recogiendo todo, para que note mis mejillas ruborizadas
- Como digas, pero tarde o temprano te darás cuenta – dice negando con la cabeza, mientras se acomoda con cuidado en la cama – ¿Duermes conmigo esta noche?
- No, no creo que sea lo más prudente después de lo de hoy, creo que es mejor que duerma en el mueble – digo con un hilo de voz
- Como te sientas mas cómoda, buenas noches... gracias – dice quedándose dormido
- De nada... - digo en un susurro mientras veo como se queda dormido
Mientras tanto yo me dirijo a la sala para acostarme en el sofá, mientras recuerdo cada detalle que acabo de vivir con Alexander.
Este capítulo es un poco distinto a los otros, espero que lo disfruten de igual manera.
Dejen sus comentarios si les está gustando la historia o algo que no les guste, o su voto, se los agradeceria de corazón ❤️

ESTÁS LEYENDO
Amores Que Matan
Storie d'amoreNerissa y Alexander fueron inseparables durante su infancia, unidos por una amistad que parecía inquebrantable. Sin embargo, seis años de distancia y silencio los separaron, hasta que el destino los reúne una vez más. Nerissa, quien siempre guardó e...