Amores Que Matan

Capitulo 27

Dedicatoria a JuGiraldo
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NERISSA
Van dos semanas desde que Alexander me dio la noticia de que nos mudaremos. Tengo que admitir que al menos una vez al día, Sarah y yo llorábamos porque nos vamos a extrañar. Alexander nos llevó hace cuatro días a las dos a ver nuestro nuevo hogar. En verdad que no tenía palabras para describirla, era la casa perfecta, pequeña pero acogedora, justo como siempre me lo imagine. Dentro de una semana y media podremos comenzar la mudanza, así que hemos estado ocupados comprando cosas básicas.

Pero ahora mismo lo que nos tiene emocionados es nuestra graduación, la cual es mañana, al fin.  Me alegra saber que Alexander ha conseguido trabajo tan rápido, aunque lo voy a extrañar, pero bueno es inevitable. Por mi lado, siempre me ha gustado la investigación, y ahora con mi bachillerato en biología he recibido algunas ofertas de investigaciones y algunas constan de analizar datos desde casa, así que por el momento creo que me inclinaré a esas ofertas.

- Hola, ¿todo listo para la graduación? —la voz de Cristina me hace volver a la realidad.

- Cristina, no sabía que vendrías — me levanto de la cama para abrazarla.

- Sarah, me ha dicho que estabas aquí arriba — dice correspondiendo el abrazo.

- No claro, no hay problema, iba a preparar todo para mañana ¿Me ayudas? —comento mientras busco mi traje

- Claro, ¿Alexander no está en la casa? — pregunta mirando a mi armario

- No, ha salido a buscar su ropa a la tintorería y a comprarme unos antojos — una pequeña risa se escapa de mis labios.

- ¿De cuantas semanas ya estas? —pregunta mirándome

- Ya entré a la décima semana, de hecho en la última cita, Alexander y yo pudimos ver una ecografía bastante clara — los ojos se me llenan de lágrimas. -Se que tengo una foto por ahí especialmente para ti, la buscaré y te la daré —le digo mientras sigo organizando mis cosas.

- Sí, por favor, necesito verla —dice, pero un dolor de cabeza me obliga a sentarme en la cama.

- ¿Estás bien? Necesitas algo — dice mientras se sienta al frente mío

- Tranquila, es solo un dolor de cabeza, debe ser el estrés de la graduación — comento mientras cierro los ojos intentando que se me pase. 

- Pobrecita, dame un momento, tengo en el carro unas pastillas que me recomendaron perfecto para esto, vengo ahora — dice Cristina mientras se desaparece de la habitación.

Vuelvo a escuchar los pasos de Cristina luego de siete minutos. Solo espero que las pastillas esas funcionen porque la cabeza no deja de darme vueltas.

- Las encontré, aquí están, me indicaron que deben ponerse debajo de la lengua y esperar a que se disuelva, trata de tomarte una por hora— dice mientras me da bolsitas con las pastillas.

- Cristina creo que con unas pastillas genéricas para el dolor de cabeza bastaban— comento riendo, ya que esto suena a mucho trabajo.

- Confía, te ayudaran, mi doctora me las recomendo y ha sido de lo mejor, tomatelas como te he comentado— dice Cristina

- ¿Pero no las necesitas Cristi? — pregunto ya que se nota que son pastillas de receta.

- Tranquila, tengo bastante en casa, ya que las he estado usando para los exámenes finales — dice riendo. - De todas formas te las iba a traer ya que sé que padeces de ansiedad.

- Ay pues muchas gracias en verdad, me las tomo enseguida entonces

- Bueno me voy marchando, que tengo que terminar varias cosas para la graduación – dice mientras se despide con un beso.