La luz lastima mis ojos, por lo cual los cubro con mis manos.
Hola
Una voz familiar me habla, pero aún sigo cegada por la luz, ¿Dónde diablos estoy?, digo en voz baja, mi garganta arde y tengo los labios totalmente secos, trato de incorporarme, pero un dolor en el estómago hace que gima del dolor.
No te levantes.
La misma voz dulce vuelve a hablarme, ¿Quien carajos eres?, algo sonaba familiar en aquella voz, pero no podía desifrarlo.
¿Yo?, Andrea, ¿Por qué preguntas eso?, me conoces.
Mis ojos al fin se adaptan a luz de la habitación y volteo a ver a aquel hombre aún lado de mi.
No me mires como si no me conocieras.
Me quedó callada, veo sus insignias y encuentro la de la Task Force, ¿Somos compañeros?, jamás lo había visto por la base, pienso, nuevo recluta, pero, ¿Cómo conoces mi nombre?.
Andrea.
El soldado me mira extrañado, me quedó mirándolo, su rostro me parece agradable y dentro de mi siento calidez, muevo la cabeza tratando de concentrarme.
¡Mamá, al fin despertaste!.
Un joven pelirrojo se abalanza hacia mi, el dolor en el estómago se hace presente, y de una lo alejo de mi.
¡¿Quien carajos te crees?!, miro al joven en el suelo, pienso que debería comportarme, si Price se entera de mi posición estará completamente enfurecido.
Didier.
Miro al soldado ayudar al joven, por lo menos se su nombre Didier, lo miro, trae una bata de hospital, al igual que yo.
¿Que pasa?, dice Didier mientras toma la mano del Soldado y se levanta con dolor.
No nos recuerda, eso pasa.
Los miro ambos, bajo la mirada y veo mis manos, son diferentes a ayer, ayer apenas y estaba en su oficina de Price, ¿Acaso me molio a golpes?, debe ser eso, por eso estoy aquí, las preguntas invadían mi cabeza, la cual comienza a dolor, pongo mis manos sobre mi cabeza y comienzo a gritar.
¡¿Que carajos pasa?!, ¡¿Quienes son ustedes?!, ¡¿Dónde está Price?!, ¡¿Porque traes insignias de la Taskt Force si jamás te e visto?, ¡Responde carajo!.
Ambos me miran extrañados, de golpe entra un doctor junto con grupo de enfermeros, me toman y todo se vuelve negro.
Despierto de nuevo en la habitación, la cabeza no duele, trato de incorporarme y me miró el vendaje, las lágrimas ruedan de mis mejillas.
Me veo interrumpida por un doctor.
Buenos tardes, Señorita Anderson, en resumidas ocasiones solemos tener lagunas mentales, ¿Sabe porque sucede?.
No, digo mirándolo desconcertada.
Cuando estemos expuestos a situaciones de mayor estrés la mente suele olvidar ciertos fragmentos de nuestra memoria.
Pero, yo.
El doctor me interrumpe ye entrega un sobre.
Léelo, solo perdiste unos años de tu memoria, le pedí a tu hijo.
¿Hijo?.
Si, señorita Anderson.
Tomo el sobre, el cual tiene unas letras en color azul escritas en el, "Recupérate mamá, te amo Didier", ahí caigo en cuenta de que es mi hijo, sonrió un poco.
Bien, por el momento no recibirás visitas, te cedamos unos días para que descansaras, por ahora estás en un centro de rehabilitación, hay más personas como tú, tu herida está bien, puedes salir de la habitación cuando desees.
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Simon "GOSTH" Riley
ActionEres una sargento encargada de la unidad de víctimas especiales de Nueva York, un día les llega un caso de varías chicas violadas y encerradas en una habitación. ¿Máscara de Calavera?, Eso te suena ridículo para ti.