El brote desde el inicio

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Al salir de la residencia, Amelia tiene el rostro completamente en shock sin tener alguna palabra que expresar. Su hermano acude an ella y la abraza llamando a la atencion a Kevin, Jeremias y Alicia justo en el momento que Amelia empieza a marearse y sin poder caminar. Bernardo le da una mano ayudandola a caminar hacia las carpas donde iban a descansar.

-Oye mija. Que paso?! Te hizo algo, el?- dijo Alicia con preocupacion tomando sus manos en su rostros revisandole los ojos y pulso en su cuello estando sentanda


-No nada, solo dejanme dormir. Mañana les explico- dijo Amelia con un rostro en shock experimentado una pequeña ansiedad


-Tranquila. Solo descansa- dijo Jeremias


-Extraño a mama-


-Lo se- Bernardo se acerca hacia ella apoyando su brazo derecha sobre su hombro para consolarla por lo que le paso a ella pero ella en un instante.


Ella cierra sus ojos con tristeza dandole entender a el que le entraron nuevamente los oscuros recuerdos del inicio del brote ya que ella tiene esa misma expresión de trauma que tuvo cuando huían para sobrevivir haciéndolos regresar en el tiempo cuando empezó todo.

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En el día que el brote empezó, ellos estaban disfrazados para Halloween, el reloj de una de las iglesias marcaba cerca de las 7:00pm teniendo en sus manos canastas repletas de dulces caminando con su madre por el centro histórico caminando por la iglesia San Agustin entre la multitud de familias llevando a sus hijos a pedir dulces como tradición americana. Entre la multitud de gente vendiendo productos del hogar con sus rostros maquillados por ese dia, otros promocionaban restaurantes para que la gente aproveche esa noche encantada a cenar de una manera divertida.


-A ver hermanita, si lleno el mío yo seré el que gane el curso de disfraces de la noche-


-No! yo seré la ganadora de esta noche, esos dulces las llenare yo. Hasta tengo el mejor disfraz del mundo. No mami?-


-Asi es hija mía, ustedes tienen los mejores disfraces no hay de que preocuparse si es que tengas que huir por los zombies- dice la madre dejando unas carcajadas cuando son interrumpidos por sirenas de policias, gritos de hombres y mujeres que cargaban a sus hijos huyendo hacia el norte y una explosion sonaba el horizonte y la madre empieza a agarrar de la mano a sus hijos corriendo lo mas pronto posible del caos que estaba sucediendo alli sin saber que estaba pasando.


Por algun momento del destino, una buseta amarilla vacía pitaba su claxon llamando a aquellos que deseaban entrar para salir de ese lugar. La madre ve al conductor y sin pensarlo dos veces, entran a la buseta inmediatamente la cual atrae la atencion de ciertos civiles que tambien tratan de huir y llenan por completo tanto la parte trasera como delantera del conductor. El conductor alza las manos tratando de impedir que mas gente entre a su vehículo y pisa el pedal con sus fuerzas a toda velocidad evitando obstáculos para no atropellar a nadie.


La ansiedad y desesperación se acumula en el interior de la buseta, habian voces de mujeres, hombres y menores de edad llorando y otros se abrazaban con los ojos cerrados sin querer ver lo que estaba sucediendo afuera. Las ventanas y puertas del vehiculo estaban con seguro y algunos de los pasajeros se abrocha el cinturon de seguridad


-Que esta pasando, mama?!- pregunta Amelia preocupada


-No lo se, hija. No lo se, algo esta pasando- responde su mama


-Yo si se que esta pasando! Estaba por el Recreo cuando esa gente se puso como loca mordiendo a la gente, saltando de un lado para el otro. Algo tiene que ver con ese virus- responde el conductor teniendo el volante con sus manos apretadas


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