Cuarta pena: Cicatrices del Pasado (parte 1)

32 2 0
                                    

Han pasado unas horas desde el incidente con Eloísa. Conocí a la doctora Henri, quien fue muy amable con todos nosotros. Al parecer, Seth y sus hombres eran los que más frecuentaban estas instalaciones. Esta funcionaria, después de tratar mi herida, me mencionó que para que este corte (si lo puedo llamar así) se sanara por completo en un plazo de 12 semanas.

Tipo A: Vamos, hombre, no estés mal. A menos que te masturbes, dudo que uses esa mano para algo útil.

Seth: Esa perra lunática va a pagar.

Era lo único que Seth murmuraba. Si no fuera por sus hombres, definitivamente estaría buscando a Eloísa. Ella es una persona muy reservada, por lo que me han mencionado. Dicen que fue la primera en encontrarse con Noir, no habla con nadie que no sea él y mucho menos obedece a nadie que no sea él.

Qhawa: Disculpa, Seth, una pregunta.

Seth: Si es sobre Eloísa, te ahorraré las palabras. Es una perra que, al parecer, tiene un complejo de parásito. Siempre está alrededor de Noir y no me cae bien.

Qhawa: Iba a preguntar por qué no se llevan bien.

Seth: No lo sé, muchacho. Desde la primera vez que me vio fue hostil conmigo y con el pasar del tiempo no ha mejorado la relación. No para de tirar mierda y con lo que acaba de hacerte ahora es otra cosa más en la lista. Maldita sea, 12 semanas sin usar bien tu mano, hombre, es una mierda.

Seth se paró de manera abrupta y salió violentamente de la enfermería.

Tipo 3: Eso no va a terminar bien.

Qhawa: ¿No deberíamos detenerlo?

Tipo 6: Nah, más importante, muchacho. Es tiempo de conocernos.

Qhawa: ¿Eh?

Me quedé de piedra por un momento. Siempre me ha costado socializar con la gente y ver cómo estos hombres se me acercaban poco a poco con una pregunta tras otra me hizo sentir agobiado. Al ver que Seth no estaba cerca, solo me quedó asumir mi incómodo destino.

Seth: Esa zorra pagará. Intentar matarme, dañar al pequeño recluta. Tres meses con una mano debilitada...

Iba de manera violenta hacia el despacho de su sombrío jefe, mientras murmuraba furiosamente con amargura lo que había pasado. Como siempre, entró de golpe para exclamarle:

Seth: ¿Dónde está? ¿Dónde la escondes?

???: Ni siquiera estando en un distrito tan básico como este has aprendido modales, colega.

Seth: Genial, cuando pensé que no podía molestarme más este día, apareces tú, maldito asesino de cuarta.

Noir: Seth, ¿puedes esperar afuera por un momento? Marco y yo estábamos haciendo un pequeño acuerdo en estos momentos.

Seth: ¿Acaso quieres más dinero? Solo en eso piensas, asquerosa rata. Bueno, eso o en ti mismo.

Marco: Ahora mismo me siento altruista. Estoy negociando con Noir para tomar la tutela del recluta nuevo, ya que con una mano lastimada es completamente inútil para tu escuadrón.

Seth: Oh no, claro que no, no voy a dejar que lo contamines. El muchacho se queda conmigo.

Noir: Conozco tu manera de hacer las cosas, Seth. Es en su mayoría física. Que ese niño trabaje contigo en esas circunstancias es un suicidio para él.

Seth: No todo en mi escuadrón es físico. Dije que lo iba a preparar y así será.

Marco: Vamos, ¿Quién está pensando en sí mismo ahora?

Seth: ¡Ja! Tú lo abandonarías a la primera complicación y la perra loca lo mataría antes de que él hiciera algo.

Noir: ¿Y qué hay de Stev?

Seth: Noir, cualquiera menos Stev. Ningún compañero sobrevive a Stev.

Marco: ¿Estás diciendo que tú eres el único que no lo mataría? ¿Eso es una manera de decir que eres débil acaso?

Decía esto mientras sacaba una risa burlona. Seth apretaba sus manos con fuerza para no hacer alguna estupidez. De todas las personas que Seth odia, probablemente Marco esté en el primer lugar.

Seth: Solo digo que gente como tú no debería tener siquiera el beneficio de interactuar con gente.

Marco: Eres peor que un niño. El pasado es pasado, hombre. Ya no estamos en el distrito 10 siquiera.

Seth: Mataste a miles de inocentes.

Marco: Y tú mataste a miles de mis hombres también.

Noir: Podría quedarme en silencio y escuchar todo esto, pero en lo personal no me gusta perder mi tiempo, así que lo haremos más rápido. Marco me está ofreciendo trabajar más horas para darle a Qhawa una introducción mucho más intensiva. ¿Qué vas a darme tú, Seth?

Seth sabía que no podía competir contra Marco cuando se trataba de negocios. En su tierra natal estuvo una década en guerra con él. Sabía perfectamente hasta dónde podría llegar para obtener lo que quiere. Pero gracias a ese conocimiento, sabe que aquel hombre jamás dejaría ciertas cosas.

Seth: Si dejas a Qhawa a mi tutela, olvidaré lo que la pe... Olvidaré lo que Eloísa hizo hoy, no buscaré un ajuste de cuentas por esto.

Marco: No hablas en serio, ¿verdad? ¿En serio vas a competir con eso? Si estás harto del muchacho, solo dilo y ya.

Noir: Acepto.

La sonrisa de Marco se borró de golpe al escuchar lo que Noir dijo.

Marco: Noir, ¿no estarás hablando en serio, verdad? ¡Va a matarlo en su estado actual! ¿Y en serio crees que olvidará la mierda que hizo Eloísa?

Noir: Eloísa, por favor pasa.

Como si hablando del diablo se tratase, la puerta se abrió y Eloísa, poco a poco, caminó hasta estar frente al escritorio de Noir.

Noir: Y bien, Seth, ¿hay algo que tengas que decir?

Seth: ...Olvidaré todo lo que pasó hoy.

Eloísa: No me importa si lo olvidas o no, eventualmente lo que pasa, pasará.

Marco: Dios mío, no sé cuál es más imbécil entre estos dos.

Seth: Concuerdo, lo que pase tendrá que pasar. Pero no será por esto que explote.

Eloísa: Bien, asegúrate de pulir a la pulga esa. Porque yo seré la siguiente.

Marco: ¿Cómo que tú?

Noir: Ella lo pidió luego.

Mientras Marco reclamaba sobre esta decisión y Eloísa comenzaba a discutir con él, Seth solo se dignó a mirar a los ojos a Noir. Este a su vez lo miró con una calma que solo Seth podía sentir. Eso lo llevó a salir del lugar y fue directo a su oficina propia para reflexionar sobre lo que había sucedido esta noche. Si hubiese estado más alerta, la mano del muchacho no tendría que estar como está ahora. Se culpa por su ineptitud, se culpa por sentir confianza por estar en un distrito menor. Sabe que el peligro no distingue números. Mientras estaba sentado reflexionando, vio que en su cajón había un sobre.

Seth: Así que por esto Noir me miraba así, ¿eh?

Se decía a sí mismo mientras abría aquel sobre. Dentro de su interior había fotos de una niña de alrededor de unos 14 años y una mujer que claramente era su madre. Por cada imagen que iba pasando, lágrimas silenciosas comenzaron a salir de aquel hombre.

Seth: Fue lo correcto... Joder, lo sé...

Susurraba esto mientras sacaba una botella de tequila y bebía hasta quedarse dormido.

Los recuerdos inundaron su cabeza y por primera vez en meses, este hombre al fin pudo dormir correctamente. 

???: Amor, despierta.

Seth: Lucy... ¿Dónde está Iris?

Entre Sombras y CazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora