Octava Familia: El Lamento del Protector

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Oscuridad. Eso fue todo lo que vi de un momento a otro. En ese instante supe que había perdido. Me siento abrumado por lo que pasará de ahora en adelante. ¿Qué les diré a mi familia? No puedo irme y dejarlas atrás. Hay tanto que quiero hacer con ellas. ¿Por qué más lucharía si no fuera por ellas? Quiero vivir en el campo, rodeado de animales, en un lugar apacible para que mi esposa pueda al fin dormir sin temor a ser asaltada. Quiero ver a mi hija crecer como lo hacen los niños de los distritos inferiores; mataría por verla ir a la escuela, con ropa limpia, y que su única preocupación sean sus notas y penas de amores. ¡¿Por qué?! Estuve tan cerca de comenzar a forjar esa linda meta. ¡¿Por qué tuve que fallar ahora?!

Matón A: ¿Señor, está despierto?

Matón B: Si estuviera despierto, no estaría aún en la cama, imbécil.

Matón A: Pero a lo mejor solo...

Matón C: ¡Tarados, ya paren! ¿No ven que está despertando?

Seth: ¿Qué mierda están balbuceando?

Matón A: ¡Santa vaca, el jefe despertó! Iré a avisarle al resto.

Eloísa: Qué buenos portavoces tienes.

Seth: Cuando pensé que no podría empeorar mi situación... ¿Qué carajos haces aquí?

Eloísa: Me aseguro de que cumplirás con tu parte mientras Noir se encarga de tu familia.

Seth: ¿Él... qué?

Eloísa: Sabíamos que sería problemático hacer que dejes este mugroso lugar si tienes familia, así que Noir, un conocido suyo, y un par de tus hombres fueron hacia tu escondite... o más bien, tu hogar.

Dejé de escuchar las palabras de Eloísa, incluso a mis hombres. Lo único que tenía en mente era llegar a mi casa, y nadie iba a detenerme.

Seth: Muchachos...

Todos: ¡Sí!

Seth: Eviten que la bastarda aquí presente intente escapar. Iré a casa.

Eloísa: Me temo que no puedo permitir eso.

Eloísa apuntó su arma a uno de mis hombres. Imaginé que intentaba ganar tiempo o algo así, pero esta vez no tenía paciencia para artimañas como esa. Me abalancé hacia ella, le quité la escopeta sin ningún problema y le di una bofetada tan fuerte que escupió sangre.

Seth: No importa qué tan bien adiestrada te tenga ese demonio. Eres una mujer, y por mucho que te esfuerces, jamás podrías competir contra gente como yo. La razón por la que me quiere a mí y me pone en la misma jerarquía que la tuya es porque tú jamás serás suficiente para protegerle. Solo me bastó un golpe leve para dejarte aturdida. Tan débil y frágil... perra patética.

Eloísa únicamente me escupió en la cara. Pude notar la frustración en su mirada; pensé que mencionar a su familia muerta la descontrolaba. Me equivoqué.

Seth: Desármenla mientras la tengo inmovilizada, y luego llévenla a los calabozos.

Matón C: A la orden, jefe.

Eloísa: ¡Voy a matarte!

Su grito fue tan fuerte que estoy seguro de que hasta Noir pudo escucharla. No paró de maldecirme después de eso. Llegó a jurar por todos los dioses que me mataría. Incluso momentos más tarde, luego de dejarla en el calabozo, no paró de gritar y maldecir mi nombre.

Matón A: ¿Cuáles son sus siguientes órdenes?

Seth: Vigílenla. Si se le mueve hasta un vello púbico, quiero saberlo. Iré a ver a mi familia.

Entre Sombras y CazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora