Novena confesión: Sombras en el Pasillo

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Han pasado unas semanas desde el día en que me lastimé la mano. Desde entonces, Seth y sus hombres me han hecho hacer ejercicios insufribles, aunque, por lo menos, hacer lagartijas con una mano se está volviendo mi especialidad. Los hombres de Seth, a pesar de verse como unos brutos que solo exudan testosterona, resultan ser, al igual que su jefe, personas muy amables. Willson, por ejemplo, es el más entusiasta cuando se trata de ir al frente. Cualquiera diría que no existe nada que pueda perturbarlo, ya que en estas semanas lo he visto acribillar lagartos, reventar arañas y hasta desmembrar cucarachas. Lo que yo no contaba es que está enamoradísimo de Emelly, una de las chicas que trabaja en el área administrativa.

Willson: Hey, ¿Cómo estás? Qué coincidencia encontrarnos aquí, ¿no?

Emelly: Hola, Willson, ¿Cómo va tu día? Sí, seguro que es una coincidencia vernos todos los días a la misma hora en el mismo pasillo, ¿no?

Yo y Seth estábamos escuchando a escondidas para ver cómo le iba a quien nosotros de bromas bautizamos como "nuestro soldado del amor".

Qahwa: Te dije que no era nada sutil estar en el mismo lugar todo el tiempo.

Seth: No percibo ningún sarcasmo en ella, ¿sabes?

Qahwa: Claro, señor, usted es un experto en distinguir esas cosas.

Le repliqué con un tono de ironía.

Seth: Gracias por el cumplido, pero baja la voz, maldita sea.

Qahwa: ...

Willson: Ah, sí, resulta que todos los días a estas horas me preparo para, bueno, ya sabes, ejercitarme antes de salir a las misiones nocturnas.

Emelly: Me gusta tu dedicación; para alguien que comienza a las 8 de la noche, estar aquí desde las 9 AM me hace pensar que estás muy comprometido con esto.

Willson: Sí, bueno... sabes, en las mañanas es cuando es mucho mejor entrenar y hmm...

Pude notar que nuestro agradable amigo estaba en un apuro. Quedarme sin temas de conversación en medio de una charla era mi especialidad, y sabía mejor que nadie lo incómodo que podía volverse el ambiente cuando eso pasaba.

Qahwa: Jefe, creo que debemos intervenir.

Seth: Espera...

Willson: Ejem, tú.

Qahwa: Señor, ¡peligro, peligro!

Seth: Espera...

Emelly: El distrito 11 es tan horrible como dicen? Siempre he escuchado que por esos lugares comen gente o cosas así.

Willson: ¿Qué? No, claro que no. Estábamos muy ocupados en las guerras por el control como para recurrir a eso.

Emelly: ¿Toda tu vida has estado en guerras?

Willson: Oh sí, jaja. Desde que recuerdo, he estado en ello. Desde que Marco contaminó el agua de mi pueblo, no nos quedó otra que movernos, y comencé mi carrera como niño soldado para conseguir suministros suficientes para seguir viviendo y esas cosas, jaja.

No pude creer que lo dijera con tanta normalidad. Pude ver que, mientras más iba detallando, la expresión de aquella pobre chica se volvía cada vez más sombría. Y lo peor, el tarado de Willson lo decía con orgullo. Llevo suficiente tiempo con ellos para entender que el mayor orgullo de estos es la cantidad de batallas que han superado. Encuentro que es algo genial usar sus tragedias como combustible para seguir avanzando y eso, sé que todos ellos lo ven como "Yo lo hago para que mi descendencia no tenga que hacerlo". Pero es algo que no puedes contar con tanta normalidad sobre un distrito tan pequeño y, especialmente, en el área administrativa.

Entre Sombras y CazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora