Decima trampa: Más Allá de las Telarañas

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No sé cuántas veces he pasado por la enfermería esta semana. Últimamente, creo que hasta se ha vuelto mi segunda casa. Es lo que suelo pensar, dado que, con la doctora Henry, nos hemos vuelto un poco cercanos con el tiempo.

Henry: ¿De verdad, Qawha? A punto de salir a una misión y vienes a lastimarte la misma mano otra vez. ¿Qué pasa contigo?

Su tono era una mezcla de exasperación y preocupación

Qawha: Pido perdón, tuve la mala suerte de encontrarme con Eloísa de malas.

Henry: Ella siempre está de malas.

Mencionaba con una risa sutil mientras revisaba con atención mi mano, ya herida anteriormente.

Qawha: Por cierto, ¿sabes por qué ella es así?

Henry: No lo sé. Desde que llegué, ella siempre ha sido así.

Qawha: Me gustaría que no fuera siempre así. Mi cuerpo se lo agradecería, jeje.

Henry: Si quieres dejar de venir a verme, solo dilo, jaja.

Qawha: Jaja, siempre podríamos tomarnos un café, ¿no?

Henry se quedó callada por un momento mientras me examinaba. Ese silencio me hizo darme cuenta del peso que tenía esa frase. Quería morirme de la vergüenza en ese momento.

Henry: ... No suena mal un café de vez en cuando, si eso hace que te cuides más.

Qawha: Me esforzaré, jaja.

Seth: ¡Hey, Doc.! ¿El muchacho está listo?

Henry: Mientras no fuerce esta mano, no debería tener problemas.

Seth: Perfecto. Te esperamos en el lugar de siempre, muchacho, y espero mucho antiinflamatorio para luego, Doc. Hay un nido de arañas en un edificio abandonado.

Expresó Seth mientras salía apuradamente de la enfermería.

Henry: No puedo hacer más que una curación y cambio de vendaje, espero te ayude.

Qawha: Muchísimas gracias, creo que debo irme antes de que empiecen sin mí, jaja.

Henry: Espero ese café, Qawha. No mueras, ¿bueno?

Qawha: Es imposible morir siendo parte de la Hermandad.

Le expresé con una cara graciosa.

Henry: Ya hasta hablas como ellos, jaja. ¡Hey, espera, no corras por los pasillos!

Salí corriendo de la enfermería, haciendo oídos sordos para llegar al punto correspondiente. No es la primera vez que los muchachos y yo nos enfrentamos a estas criaturas, pero era la primera vez que lo hacíamos en un lugar tan cerrado. Estaba tan ansioso por no llegar tarde que, sin querer, me choqué con Eloísa, haciendo que esta cayera al suelo. Estuve súper cerca de mearme en los pantalones; creo que esta vez pasaré la noche en la enfermería, incluso antes de salir a mi misión.

Qawha: E-Eloísa, perdona, yo no te vi, y tengo una misión, y yo...

Aquella bella mujer se paraba lentamente sin producir sonido alguno. Esta vez no sentí la aura agresiva que solía emitir. Lo único que pensé fue que a lo mejor le falté el respeto tan feo que esta vez no me lastimaría, sino que me asesinaría. Luego de verla hacerme cosas feas por menos que esto, era hasta lo más lógico imaginar. Lo que nunca imaginé fue que, al verla directamente a la cara, vi sus ojos bastante rojos y su expresión, a diferencia de su ceño fruncido al cual estoy acostumbrado, mostraba un rostro melancólico.

Entre Sombras y CazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora