Entre las experiencias más raras de su vida, definitivamente una de las que encabezaba la lista era la vez que conoció a sus suegros.
Sus padres habían acordado una reunión antes de la boda, para que ambos chicos se conocieran y no fuera todo tan extraño durante la ceremonia. Si bien Max no estaba muy contento con la idea, no le quedaba de otra más que aceptar, solo esperaba que no fuera una cena como las que luego tenía con los líderes de la mafia donde los viejos sólo se la pasaban bebiendo alcohol con mujeres o donceles encima y jugando con sus armas, odiaba ir a esas reuniones.
Aunque seguramente no sería así ya que hasta donde tenía entendio, la familia de su prometido se dedicaba al comercio, no tenían nada que ver con las mafias. Lo cual en un inicio le había parecido sumamente extraño pues esperaba ser comprometido con el hijo de un mafioso, no con el de un empresario común.
-Antonio nos hizo un favor hace años pero ahora su empresa está quebrando así que decidimos devolverle el favor.- Su padre le había explicado. -Te casarás con su hijo menor.-
Había visto al muchacho solo en una foto que su papá le había enseñado y no lo iba a negar, el doncel era precioso, solo esperaba que no fuera un mimado exigente o en su defecto un sumiso sin remedio, porque eso joderia por completo el flechazo que había tenido con el chico.
México le había parecido, raro... surrealista, él esperaba un país más "normal" si es que pudiera llamarlo así, pero la gente era extrañamente afectiva, los trataban como si los conocieran de toda la vida lo cual le parecía incómodo en cierta forma. Y es que por Dios, el chófer que los señores Pérez habían mandado por ellos, se refería a sus padres como "tíos" y al propio Max como "primo". Definitivamente ese lugar era extraño.
-Bueno tíos, ha sido un placer, pero aquí se rompió una taza y cada quien para su casa.- Los tres extranjeros se le quedaron viendo raro. -¡Oh pues! Que ya llegamos.- Dijo un poco exasperado.
Les ayudo a bajar sus cosas e ingresaron a una hacienda, era rústica aunque familiar, Max pudo divisar varias habitaciones, establos, una piscina e incluso una capilla dentro de la construcción. No pasaron ni cinco minutos cuando dos personas se acercaron a saludarlos y de inmediato supo que esos eran los señores Pérez, sus ¿suegros? El señor era bajito, de contextura gruesa, un poco calvo, vestía con una bermuda casual, mientras que la señora era aún más bajita y delgada ella llevaba un vestido suave de color beige además de un sombrero algo grande.
-¡Christian, Toto! Pero que gusto verlos cabrones.- El señor les dijo con una enorme sonrisa, mientras se acercaba a saludarlos con un abrazo, gesto que su esposa repitió. -Supongo que tu eres Max ¿no?- Le dijo.
-Así es señor, soy yo.- No esperaba que después del apretón de manos siguiera un abrazo igual de amistoso que el que le dio a sus padres.
-Bienvenido a la familia hijo, es todo un placer tenerte aquí aunque...- Antonio hizo una pausa mirándolo dramáticamente. -Estamos en confianza, no chingues ¡Hace un putero de calor y tu en traje! Eso guárdalo para la boda, no se como soportas eso yo siento que me estoy cocinando en mi propia manteca.- Sus padres soltaron una carcajada.
-¡Toño no seas grosero!- Para su sorpresa la mujer lo reprendió. -Mucho gusto Max, soy Marilú, ignora las burlas de mi esposo, ya no tiene remedio. Pero no es necesario que seas tan formal.-
Silenciosamente Max agradeció eso porque en serio que el traje lo estaba matando, odiaba el calor, toda la ropa se le pegaba y tenía que estar colocándose perfume cada cinco minutos para disimular el olor a sudor.
Fueron acomodados en dos habitaciones, la que le había tocado a Max estaba cerca de la piscina, era grande y espaciosa, tenía una cama cómoda además de que en la mesa habían dejado una pequeña canasta con fruta de la cual tomó una manzana para comerla a modo de colación.
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Bɑხƴ ᥉ɑıᑯ
FanfictionMax Verstappen es el dueño del mundo, es el jefe de una de las mafias más poderosas, lo controla todo, es rey, el amo y señor, tiene a todos a sus pies... -¡Emilian, levanta tus pinches calzones del piso!- Bueno quizá sea el dueño del mundo pero has...