Eleven.

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La platica del señor Tsunoda con Pierre fue un total secreto, ellos solo observaron al menor salir con una sonrisa, pero ninguno dijo nada y creyeron que lo mejor sería preguntarle después al francés.

-Yuki, mi niño.- El anciano llamó a su nieto. -Ven, necesito hablar contigo.-

El infante se iba a sentar en el pequeño sillón para las visitas, pero el mayor le hizo la seña de que se subiera a la camilla, así que Max no tardó en ayudarlo a subir, una vez ahí, el señor abrazo al pequeño, dejando un beso en su frente antes de comenzar a hablarle.

-Necesito que te portes bien.- Le pidió en tono serio. -Te vas a quedar con Checo y Max, pero necesito que seas un buen niño, que te comportes, por favor. Ellos te van a cuidar, pero tu debes ser bueno ¿Si? Tu abuelito y yo te enseñamos a ser un buen niño.-

-¿Tu también me vas a dejar?- Preguntó con miedo el niño, haciendo llorar al adulto.

-Si fuera por mí no te dejaría nunca, pero debo alcanzar a tu abuelito, tengo que ir con él. Aunque siempre estaré cerca de ti, solo que no podrás verme.- Le explicó con calma. -Yo siempre voy a estar ahí, es más, te prometo que cuando seas un gran chef o tengas algún logro, yo voy a estar presente. Puede que no me veas, pero yo estaré a tu lado y buscaré la forma de hacerte saber que ahí estoy.-

-¿No te puedes quedar más tiempo?-

-No, mi vida. Es lo mejor, no quiero que los últimos recuerdos que tengas sobre mí sean demasiado tristes, quiero que me recuerdes como el hombre que soy...-

-...Fuerte como un roble.- Yuki lo interrumpió para concluir la frase.

-Así es, pero necesito que te portes bien ¿si? Yo se que ellos te darán una familia llena de amor, pero tu debes cooperar. Y cuando seas grande, Pierre será quien cuide de ti, puede que como un esposo o como un amigo, eso lo decidirás tú ¿Entendido? No quiero que te sientas presionado a amar a alguien y si en un futuro te casas, espero que sea con un buen hombre, que te ame y de todo por ti.-

-¿Qué me ame como Max ama a papá Checo?- Le preguntó. -¿Y qué me cuide como tu a mi abuelito?-

-Justo así, mi amor.- Afirmó el anciano. -Pero sobre todo, necesito que seas buena persona, prométeme que trataras bien a todos, que nunca harás sentir menos a alguien sea por la razón que sea. Tienes un enorme corazón y se que eso no será problema para ti, pero tampoco deseo que malas amistades o malas decisiones te lleven por mal camino; no todo será perfecto, porque eres humano, cometerás errores, llorarás, te sentirás culpable por acciones pasadas, quizá aprendas a superarlas o quizá se queden en tu consciencia toda tu vida, pero eso no significa que sea el fin.- Hizo una pausa para extender su meñique hacía el niño. -Recuerda que un mal día, no es sinónimo de una mala vida... y se feliz Yuki, vive tu vida, sonríe, ama, haz lo que desees sin dañar a alguien más. ¿Lo prometes? ¿Me prometes que vas a ser feliz?-

-Sí abuelo, te lo prometo.- Junto sus meñiques para cerrar el trato.

Latifi llegó justo cuando ellos terminaron su promesa, traía un portafolio con varios documentos, de los cuales sacó uno de adopción, el abogado había sobornado a un par de jueces, así como a trabajadoras sociales para que Yuki no pasara todo el tedioso proceso y tampoco fuera llevado a un orfanato, pasaría inmediatamente a ser adoptado por Max y Checo sin necesidad de burocracias. Los tres involucrados firmaron aquel documento, aunque también Lando y Daniel lo hicieron pues fueron ellos quienes quedaron como testigos del trámite, ya se podía considerar oficialmente a Yuki como parte de la familia Verstappen.

El mexicano se negó a que el apellido del menor fuera cambiado, aunque el anciano había expresado que no tenía molestia alguna si decidían cambiarlo, por lo que solo le fue adherido el nuevo apellido, siendo registrado como: Yuki Tsunoda Verstappen. Luego de eso, el mayor pidió nuevamente su portafolio, de donde sacó un par de papeles.

Bɑხƴ ᥉ɑıᑯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora