XII

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El castaño parpadeó ¿en que habitación estaba? Escuchó el agua caer al parecer alguien se estaba duchando, permaneció unos minutos ahí simplemente acostado hasta que la puerta se abrió, se quedó sin aire al ver al capitán salir solo con una toalla cubriendole de la cintura para abajo.

— ¿Te gusta lo que ves? —Preguntó el muy descarado y se acercó más al menor este simplemente le sonrió con malicia sentándose en el borde de la cama.

Momentos después Tony tenía el gran pené del capitán deslizandose entre sus labios, sintiendo el corazón acelerado y aferrandose a los muslos del mayor quien sujetaba su cabello con fuerza mientras lo embestia hasta sentir su cuerpo estremecerse y llenar su garganta.

— ¿No que no lo harías? —Preguntó Steve observando a Tony mientras limpiaba el rastro de semen de su boca.

— Callate... —Murmuró Él.

Steve soltó una carcajada y terminó de vestirse mientras Tony se levantó y se dirigió a su habitación donde se ducharia.

— Te espero en el comedor.

Media hora después todos estaban desayunando, el tema principal era la próxima boda y los próximos herederos de hydra, la discusión sobre quien sería el padrino del primogénito, Steve solo resoplo e interrumpió la conversación.

— Para que haya un primogénito Tony tiene que evitar tragar... —No terminó de hablar al sentir como su pie fue remachado, volteo a ver a Tony quien lo observaba con el seño fruncido por suerte nadie había captado eso o al menos no lo mencionaron.

Los días pasaron con rapidez la boda sería en menos de 24 horas, Tony se sentía nervioso observaba aquel hermoso traje blanco sobre la cama, sabía de calidad y ese pantalón, camisa y saco eran de lo mejor, incluso la corbata, se preguntaba como había hecho Sara para conseguir un traje de uno de los mejores diseñadores del mundo, se sobresalto cuando la puerta fue abierta e inmediatamente lanzó una sabana sobre el traje para cubrirlo.

— ¡Steve! ¡Mami Sara dijo que no podías ver mi traje! —Exclamó Tony apartando la mano del rubio antes de que quitara la sabana, el solo rodó los ojos.

— Vengo a entregarte tu regalo de bodas. —Hasta ese momento el castaño notó el sobre amarillo en las manos del rubio lo recibió con curiosidad, mientras el mayor aún observaba hacia la cama.— Que importa el traje, de igual forma lo romperé mañana en la noche.

— Definitivamente no te dejaré hacer eso. —Contestó el castaño sentándose en una orilla de la cama, abrió el sobre y sacó el primer documento abrió los ojos con sorpresa y miró al rubio quien le sonreía.

— Tus inventos vuelven a ti.

— Pero pero ¿como? Yo, yo firmé.

— En el momento que Howard te corrió y renegó de su paternidad, todo poder que firmaste perdió validez.

— Gracias, ¡gracias Steve gracias! —Exclamó emocionado y se lanzó a los brazos del rubio.

— Aun falta más. —Mencionó Steve, Tony se separó del abrazo y sacó otros papeles del sobre, entre más leía más sorpresa había en su rostro.— Antes de que digas algo, si, todo es legal, no solo recuperaste las patentes de tus inventos sino que ahora eres el socio mayoritario de Industrias Stark.

— Pero... ¿Como? Howard tenía el 60% y...

— De hecho ya solo tiene el 35% vendió las otras acciones durante los últimos meses aunque claro a personas diferentes y luego del desastre en la premiacion sus socios decidieron vender.

— ¿Y tu las compraste todas?

— Si y no los obligué... Bueno no a todos... —Murmuró lo último.

—Pero eso quiere decir que tu eres el dueño.

— Las compré para ti Tony, yo no soy hombre de oficina, además sabes que por derecho te pertenecen, Industrias Stark es lo que es gracias a ti.

— ¿Y si lo hecho a perder?

— Lo hará bien, CEO Stark. —Pronunció Steve y luego besó los labios del castaño, este sonrió enmedio del beso.

— Hágame el amor, capitán...

El día de la boda llegó el castaño caminaba del brazo del doctor Banner, Steve lo esperaba debajo de aquel arco de flores al lado de su madre, Tony sonrió al recordar lo del día anterior, la manera en que Steve fue alejado de él y sacado de la habitación por una molesta Sara, esa mujer daba más miedo que el mismo capitán, que suerte que aun estaban vestidos, al llegar donde estaban ambos rubios Sara lo abrazó y le dio un beso en la mejilla, luego le ordenó a Steve que debía cuidarlo, Sara estaba haciendo lo que deberían haber hecho sus padres.

—¿Estás bien? —Preguntó Steve al notar tristeza en la mirada del menor.

— Lo estoy... Es solo que, me habría gustado que mis padres... No olvidalo, tengo a mami Sara.

— Y eres su preferido... —Resopló Steve haciendo reír al genio.

La ceremonia empezó, ambos se prometieron amarse y protegerse, a pesar del miedo que podría llegar a demostrar el capitán ante Tony se mostraba diferente, el genio no veía al sanguinario hombre sino a un caballero que lo observaba como si fuera el mayor tesoro, sellaron su promesa con un tierno y profundo beso, la fiesta comenzó, no habían muchos invitados, solo la familia, algunos oficiales de Hydra, Bruce y una invitada sorpresa.

—¿Pepper? —Tony se sorprendió al ver a aquella elegante mujer, aunque ella era unos años mayor fue su compañera en la universidad.

— ¡Tony! Me alegra tanto de que estés vivo, tenemos mucho que hablar.

— Cierto, olvidaba que mi... Que Howard dijo que estoy muerto. —Ella solo lo vio con pesar.— Pero no pensemos en eso, hoy es mi boda. —El la sujetó del brazo y se sentaron empezaron a charlar sobre su vida, hasta llegar al tema de la empresa.

— La señorita Romanoff me dijo que cuando regreses de tu luna de miel, tomaras el cargo de CEO en Insustrias Stark.

—Si...

—Lo harás bien, nadie mejor que tú para sacar adelante la empresa.

—Espera, ¿tú informaste sobre la empresa? —La mujer solo sonrió.

— Natasha es mi amiga y Bruce me contó porqué tu padre te corrió, sabes, yo siempre supe que eras doncel.

— ¿Y no te parece... repugnante?

— ¿Qué? ¡Anthony!

—No me regañes... —Pepper dio un suspiro y colocó sus manos en sus mejillas.

— Eres una persona maravillosa Tony.

— Gracias... —Tony la abrazó.— ¿Vamos a bailar?

Steve observaba al castaño la forma en que sonreía, la felicidad reflejada en su rostro, bebió de su copa y sonrió.

— Pondré a todos los que te lastimaron de rodillas ante ti amor.

La fiesta continuó hasta al amanecer aunque los novios se retiraron a la media noche, se quedaron en una de las casas de seguridad y luego tomarian un vuelo privado hacia Italia, Tony quería visitar Roma, después Grecia y por último París.

Te pertenezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora