XV

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El castaño estaba revisando aquella montaña de documentos, se sentía estresado, lo que necesitaba ahora era un masaje de su esposo, dio un suspiro cansado cuándo vio a alguien entrar a la oficina.

— Qué se te ofrece Hanmer.

— Quiero invitarte a almorzar.

— Ya almorcé.

— No estés a la defensiva conmigo Tony, solo quiero que nos llevemos bien. —El genio levantó su vista observando a Justin quien le sonrió.— Puedo ayudarte a ponerte al corriente con la empresa.

— Bien, entonces dime, ¿Quien es el Barón de Sokovia y porque le venden las armas tan baratas? —Hanmer trago en seco.

— Howard es quien hacía los tratos.

— Tú eres el segundo al mando, ¿no te informaba?

— No.

— Entonces tampoco sabes porque los descuentos al ejército.

— Pues ellos nos protegen.

— ¿Enserio? ¿El ejército, los mismos que salen a la calle a oprimir a los que no están de acuerdo con el gobierno?

— Tony...

— Haremos una junta mañana, les informaré las decisiones que tomé, ya puedes retirarte.

Justin salió de la oficina mientras Tony siguió en lo suyo, cuando llegó la junta reunió a cada uno de los jefes de departamento, todos estaban espectantes, sabían que tenían un nuevo jefe, pero aun no lo conocían, se escucharon los murmullos cuando Pepper entró, pero luego todos vieron con confusión al joven que ocupó la silla del CEO.

— Buenos días dama y caballeros, como ya se imaginan soy el nuevo CEO, mi nombre es Anthony Edward Stark.

Hubieron sonidos de asombro, mientras Howard solo rechinó los dientes.

— ¿Stark? —Preguntó el director del departamento tecnológico.— ¿Eres el hijo de Howard? Creí que estabas muerto.

— Solo tuve unas pequeñas vacaciones. —Mencionó Tony sonriendo.— Pero eso no es lo importante, los reuní para informar sobre unos cambios.

Todo permaneció en silencio, Pepper se sentó al par de Tony, este abrió una carpeta y leyó en voz alta los estados de cuenta de la empresa, dando a conocer la situación, algunos se quedaron admirados al darse cuenta que estaba por caer en quiebra.

— Es nuestro deber lograr que Industrias Stark vuelva a la cima. —Pronunció Tony.— Así que aparte de las armas trabajaremos en proyectos sobre energía renovable.

Se escucharon algunos murmullos, Howard bufo molesto.

— Señor Beck. —Tony se dirigió al recepcionista, todos se habían preguntado el porqué estaba el ahí.— Estarás a cargo del departamento de tecnología, el señor Stark estará bajo tu cargo.

— ¿Qué? —Howard se levantó molesto.— Aun soy accionista de esta empresa.

— Lo sé, por eso trabajarás en la fabricación de armamento, eres un genio ¿no? —Dijo con algo de burla.— Señor Osbord usted también apoyará a Quentin y señor Doom estarás en el aérea de empaque.

— Espera un minuto yo soy el director de la fábrica porque...

— Porque un desarmador no cuesta 2 mil dolares, agradece que te doy otra oportunidad.

— Tony y que hay de mí? Sigo siendo el vicepresidente no?

— No, mi segunda al mando es Virginia así que si quieren consultar algo conmigo, primero es con ella. —Mencionó sonriendo, todos lo vieron con disgusto.— Bueno eso es todo... Oh no cierto, Hanmer estarás en el parking.

Una vez terminó Tony se levantó ignorando las protestas de los presentes, la condición era obedecer o los despedía.

— Estúpido doncel. —Murmuró Howard.

— ¿Doncel? —Preguntó alguien.

— Si, Anthony es un anormal.

Uno a uno abandonaron la sala de junta con diferentes pensamientos y planes, mientras Tony estaba en la oficina junto a Pepper, quien le ayudó a redactar el correo para sus clientes, donde les notificaba sobre la desicion tomada, ese día se sintió un poco más agotador, al salir Happy ya lo esperaba en el auto, subió ignorando la mirada con odio de cierta persona.

— Howard que haremos. —Preguntó Justin.

— ¿No dijiste que ibas a lograr que Anthony te cediera el control?

— Lo haré, pronto tendré a Tony comiendo de la palma de mi mano, no creo que el anciano con él que esta sepa satisfacerlo como se debe. —Howard solo hizo una mueca de asco.— ¿Pero que hay del Barón? Por medio de un correo Tony le dijo que ya no le vendería armas.

— ¿Qué? —Howard reviso su celular, encontrando algunos mensajes.— Tony no tiene ni idea del enemigo que se ganó.

Una semana pasó desde la junta, muchos aun estaban disgustados, hubieron algunos despidos y nuevas contrataciones, el castaño estaba tranquilo en su oficina hablando por video llamada con su esposo quien últimamente estaba sensible, una vez el castaño lo encontró llorando en la habitación solo porque él le dijo que no dormirían juntos esa noche ya que debía trabajar en su nuevo proyecto, el cuál había atrasado por la insistencia del rubio de follar en el taller. Su llamada fue interrumpida cuando alguien entró.

— ¿Anthony? —La mujer se sorprendió al ver al joven detrás del escritorio, este cortó la llamada.— ¿Qué haces aquí?

— Mam... Señora Stark... ¿No le informó su esposo? Soy el nuevo Ceo.

— Tú... ¿Como?

— Mi esposo compró las acciones, digamos que salvó la empresa. —Dijo con tranquilidad, mientras la mujer lo veía incrédula.— Por cierto, te recomiendo que mermes tus gastos, porque las tarjetas de Howard han sido canceladas, le debe mucho a la empresa y como no quiere cederme sus acciones, la deuda se descontará de su sueldo.

— No te saldrás con la tuya, Anthony. —Dijo la mujer amenazante. — Y pobre de ese hombre que se casó contigo, porque los donceles son de lo peor, no está en su naturaleza tener una sola pareja.

Dicho esto la mujer salió golpeando la puerta, Tony dio un suspiro y observó con tristeza.

— Tony lo siento, vi a la señora Stark salir... Yo estaba en el...

— Descuida Pep, no importa... —Contestó sonriendo forzadamente.— Puedes retirarte.

Al terminar el día el genio se sentía estresado, se apresuró a salir eh ir al estacionamiento, pero antes de subir al auto se topó con alguien.

— Anthony.

— ¿Qué se le ofrece sr. Doom?

— Solo dime Víctor, solo tengo 25 años, solo te llevo como...

— 6 años Víctor, ya di que quieres.

— Escuché que estas casado con un anciano...

"No llega ni a los 40"

— Y que eres un doncel, he leído sobre eso... —El pelinegro se relamio los labios y se acercó.— Tienen un libido que sobrepasa a cualquiera, dime, ¿tu esposo te complace?

— Vete al carajo. —Mencionó Tony para después subirse al auto.

— ¿Se siente bien? —Preguntó Happy.— Hay una bolsa ahí si quiere vomitar.

— Estoy bien Happy, es solo un pequeño malestar.

— Debería ir con un médico, hace algunos días que esta con esos malestares.

— Seguramente son las verduras que Steve me obliga a comer.

— Oh el exceso de comida chatarra.

Tony solo rodó los ojos y sobo su estómago, la verdad es que hace varios días se despertaba con bastante náusea y unas ganas terribles de comer hamburguesas, dio un suspiro y miró por la ventana justo en el momento que otro auto se impactaba contra ellos provocando que giraran hasta estrellarse contra un árbol.

Te pertenezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora