Treinta

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CAPÍTULO TREINTA: SIEMPRE

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CAPÍTULO TREINTA: SIEMPRE

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Willow acarició su cabello con cuidado, ella era la de las caricias. Siempre dando afecto físico, siempre dando besos en la mejilla, tomando su mano mientras caminaban y, con noches como estas dejaba que Remus se recostara sobre su regazo mientras leían. 

A Will se le había pegado un poco el hábito. 

Apenas habían terminado de pintar las paredes de lo que sería su nuevo hogar; cuando podían los merodeadores ayudaban un poco. Pero en realidad, era cosa de Remus y Willow elegir el color de las paredes y cómo irían acomodados los sofás. Había sido un día largo considerando que aunque ambos se querían mucho cuando se trataba de gustos era casi imposible coincidir. 

Para el final del día estaban tan cansados que se sentaron en el sofá que estaba prácticamente botado en medio del salón principal. Se miraron.

—Supongo que las paredes de la habitación podrían ir amarillas —dijo Remus, dando una pequeña sonrisa tímida. 

Ella suspiró y lo miró con ternura.

—Y yo supongo que podríamos buscar la forma en la que no sea tan llamativo, quizás las paredes en tonos neutros no suenan tan mal.

Así fue como terminaron bebiendo una taza de chocolate caliente juntos, era pleno otoño. Y por primera vez se sentía esa sensación de calidez y de hogar en lo que sería su casa por los siguientes años. Fue un poco después cuando cansados empezaron a leer —habito que siguió por los siguientes años—, Remus dejó caer su cabeza sobre las piernas de Will y ella empezó a acariciar su cabello.

Eso era lo que más que gustaba de estar con Remus: la tranquilidad. Era muy consiente de que eran demasiado diferentes, pero eso no afectaba. Parecía que estar juntos hacía que todos los días aprendieran del otro. 

Willow tuvo un pinchazo de tristeza, había aprendido a vivir con su secreto, pero eran noches como esas que empezaba a pensar que era algo que no podía evitar. Ocultarlo no cambiaría el hecho de que era más propensa de morir que cualquier otra persona. 

Observó con cuidado su nuevo hogar, con todas esas cajas de cartón por el salón, la ventana que daba al pequeño jardín en el que habían prometido plantar, las tazas con chocolate caliente sobre la única mesa de centro en la que lograron coincidir que era linda, y por último el hombre que estaba con ella. 

Era perfecto y le dolía pensar que terminaría... 

—Rem... —susurró.

Remus alzó un poco la mirada, la miró con atención. Remus siempre hacía eso.

—Dime.

—Soy muy feliz contigo, ahora mismo. Pero no siempre será así, ¿cierto? Tendremos discusiones, habrán... tropiezos... Las cosas cambian, y terminan... ¿Estarás conmigo sin importar qué?

Cualquiera se habría preguntado qué era lo que pasaba, pero Remus no era así. Tomó una mano de Willow y la apretó sobre la suya. 

—Claro que sí, Willow. Siempre. 


• ☻ •

26 / mayo / 2024

26 / mayo / 2024

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WILLOW; remus lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora