𝐄́𝐋

•14•

Cuando ChangBin despertó de su siesta post-orgasmo, la cama a su lado estaba vacía. Él gimió y tomó su teléfono. Ya era mediodía. Debía haber estado exhausto por haber dormido tanto tiempo, y tenía ganas de acurrucarse en su manta pesada por el resto de la eternidad para no tener que enfrentar el complicado desastre en el que se había convertido su vida.

Suspiró, luego se preparó y salió de la cama, se puso unos pantalones deportivos y una camiseta y se dirigió a la cocina, esperando que, por algún milagro, Gisselle todavía estuviera en casa. Era hora de poner fin a su marchita relación, hora de soltar el caparazón vacío al que se había estado aferrando. ChangBin parpadeó sorprendido al descubrir que ella estaba allí, sentada en la mesa revisando su teléfono.

Miró a ChangBin cuando escuchó la puerta.

-Buenos días -dijo suavemente- ¿cómo dormiste?

-Sí, está bien -ChangBin se encogió de hombros.

Los ojos de Gisselle recorrieron la habitación nerviosamente, sin encontrarse nunca con los de ChangBin. Se aclaró la garganta. 

-ChangBin, tenemos que hablar.

-Sí

Fueron interrumpidos por el sonido del pomo de una puerta, y la cabeza de ChangBin se giró hacia el ruido para ver a Tn salir de su habitación. Cuando sus ojos se posaron en la más joven, su cerebro se hizo papilla. No podía formar pensamientos coherentes ni obligarse a hacer nada, solo mirarla de manera bastante cómica. Vagamente registró a Gisselle diciendo algo, pero no escuchó una palabra, hiperconcentrado en la mujer que tenía delante. Tn parecía completamente jodida. Estaba sin camisa y con moretones en parches cubrían su pecho. Las marcas de arañazos recorrieron sus brazos y olía a sudor y semen. Su cabello estaba erizado en ángulos extraños, su rostro enrojecido y sus labios hinchados. Ella y MinHo debieron haber follado de nuevo mientras ChangBin dormía, se dio cuenta el mayor con incredulidad.  Animales, pensó mordazmente, incluso cuando la imagen de Tn jodida se grabó en su cerebro junto a la de Tn desnuda, formando parte de una colección prohibida pero ineludible.

-¿ChangBin? -Gisselle lo estaba mirando interrogativamente.

Sacudió la cabeza y se volvió hacia ella.

-Lo siento Gisselle, ¿qué dijiste?

Pero Tn estaba caminando hacia ellos y la mente de ChangBin se perdió nuevamente.

-Buenos días Unnie, ChangBin -Tn asintió hacia ambos, recogiendo una manta del sofá y cubriéndose con ella.  Mierda. ¿Había notado la mirada de ChangBin? ¿La estaba haciendo sentir incómoda?

-Buenos días Tnnie -Gisselle le sonrió.

ChangBin logró un pequeño "hola" antes de mirar hacia abajo, avergonzado.

-¿Quieren que me vaya para que puedan hablar? -Sugirió Tn suavemente- Ya sabes, ¿sobre la cena?

-¿Cena? -repitió ChangBin, la confusión confundiendo su ya confusa mente.

-¿La cena? ¿Anoche? ¿Gisselle te dejó plantado? -Tn lo miraba con incredulidad- ¿Estás bien?  Pareces raro

-Oh sí. Tenemos que hablar. -ChangBin negó con la cabeza. Júntalo, caray.

-¿Quizás deberíamos almorzar primero? Pareces un poco fuera de lugar -Gisselle se encogió de hombros y lo miró interrogativamente. ChangBin asintió- ¿Quieres panqueques Tnnie?

-Sí, gracias Unnie

Mientras Gisselle se disponía a preparar la masa, Tn se sentó junto a ChangBin en la mesa.