𝐆𝐚𝐦𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞: al inicio era para saciar la curiosidad de ella sobre el chico adicto a los vídeojuegos, pero ahora, no podía sacarlo de su mente. Sai estaba decidida a averiguar cómo ganarle en ese extraño juego que hacía que sus sentimientos nu...
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—¿que dijiste Kuroo?— el entrenador tenía una vena sobresaliendo de la frente.
—Igai-chan quiere aplicar para ser manager del equipo— respondió terminando de ponerse la camisa.
—¿Igai? ¿Esa Igai?— los miembros del equipo se miraron entre sí.
Kenma acababa de llegar, parecía estar bastante confundido. Esa era una buena oportunidad para que Kuroo explicará.
—pienso que necesitamos una manager, ¿quien mejor que la dulce Igai?— sonrió sentándose en el suelo para comenzar a calentar.
—dicen que trae mala suerte— Yaku murmuro aquello que había escuchado. No estaba seguro de eso. Pero los rumores sobre el caos que llevaba con ella eran de conocimiento general en el Nekoma.
—¡es una busca problemas!— El entrenador explotó. —¡no puedo permitir que esa revoltosa esté en el equipo!
—déjela en tiempo de prueba, una semana será suficiente para probarse, ¿no cree?— Kuroo realmente estaba interesado en tenerla en el equipo.
—buenas tardes.— una vocecilla interrumpió el inminente regaño del entrenador.
—¡buenas tarde, Igai-san!— el maestro se acercó con nerviosismo.—¿es cierto que desea ser la manager del equipo?
—si, ¿no puedo?— miró al entrenador. Lo miró retandolo.
—mocosa malcriada, identica a tu madre— el hombre mayor bufo mientras murmuraba y negaba con la cabeza. —tendrás una semana de prueba— hablo alto y claro —ahora preséntate a los muchachos — se sentó en la banca.
Igai se acercó a él y le sonrió —muchas gracias, abuelo— le murmuro mientras recibía una sonrisa derrotada del hombre mayor.
—muy bien muchachos, hagan una fila— Naoi aplaudió y les llamo la atención.
Cuando el equipo se formó y la miraron con curiosidad. Demasiada curiosidad. Tener al gato de la mala suerte frente a ellos, que sería su manager. Eran sentimientos encontrados.
—buenas tardes, mi nombre es Igai Sai, soy de segundo año. Espero poder pasar el periodo de prueba, por favor cuiden de mi esta semana— hizo una reverencia.
—¡bienvenida Igai-chan!— Kuroo fue el primero en hablar. Todo el equipo después de eso comenzó a hablar y a hablar.
—buenas noches…— cuando abrió la puerta y dejó sus zapatillas en el recibidor no espero tener respuesta.
—buenas noches querida, ¿como te ha ido hoy?— su abuela la recibió con una sonrisa tranquila.
—ah...— se sorprendió. —no pensé que estaría aquí, ¿como esta mi padre?— pregunto cuando se acercó a abrazarla.
—se encuentra bien, volverá la próxima semana.— le sonrió acompañándola hacia el salón.
—me alegro…— se sentó un momento.
Su padre, Igai Hōki; hijo de su abuela. Se casó con su madre, Nekomata Shiyō.
Su padre un hombre de pueblo que se casó con una mujer de ciudad. Su madre una mujer acelerada y su padre un hombre tranquilo y lento.
Su padre solía irse algunas épocas del año a Miyagi. Cuando eso sucedía Sai se quedaba con su madre y su abuela paterna.
—¿donde esta mi madre?
—dijo que visitaría a sus padres. Volverá en un rato a cenar— acarició su cabello que había crecido a la mitad de su espalda, ondulado artificial al igual que su color de cabello.—¿como te fue hoy en la escuela?
—bien… si me porto bien el abuelo me dejara ser la manager del equipo de voleibol — contó con algo de entusiasmo. Estaba emocionada por volver al voleibol, aunque fuera de esa forma.
