𝐆𝐚𝐦𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞 ▬▬ 𝐾𝑜𝑧𝑢𝑚𝑒 𝐾𝑒𝑛𝑚𝑎 𝑋 𝐹𝑒𝑚!𝑂𝑐

-006

Después de cenar, hacer sus deberes y darse un baño. Sai estaba lista para irse a la cama.
La luz apagada y el televisor con la repetición de su desastroso último partido en silencio y su teléfono pegado a su oreja.

—es bueno volver a hablar, pero no pensé que sucedería, Rui—habló en voz baja.

—te hable porque escuché que entraste al Shiratorizawa. Quería saber si—

—estoy en el Nekoma. —Sai corto lo que sabía que iba a ser Rui pidiéndole favores.

—¿que? Tu dijiste que habías aplicado para el Shira-

—lo hice. Pero al final decidí entrar al Nekoma. Me pareció mejor.—explicó con sus ojos negros mirando fijamente la pantalla del televisor, como la pelota calló al suelo y su mano apenas estaba lejos de llegar a ella al intentar salvarla.

—tch...

—¿era todo?—Las cosas entre Rui y Sai no habían terminado bien.

—¿estas bien?—Rui estaba sentada en la banca, una toalla humeda en su cuello y la cabeza gacha. El entrenador las estaba regañando, pero Sai se acercó a ella.—¿que pasó, Rui?

—...fue tu culpa, Sai...—los ojos oscuros de Rui la miraron. —eres la líbero, por mas que quieras ser la armadora, no lo eres. Y con esto espero te des cuenta de porque—se levantó.

Rui que media 1.70 en aquel tiempo frente a Sai que media 1.59 fue intimidante.

—oigan chicas, no es tiempo de buscar culpables. Sólo estábamos cansadas.—Tamaki la armadora del equipo se metió a intentar calmar el ambiente entre ambas.

—no te metas, Tamaki-chan—Sai la miró de reojo, yendo detrás de Rui.—¿que te pasa? No te pongas así, Rui—Sai tenía miedo, pero se sentía herida por las palabras de la pelinegra.—perdimos, y no pasa nada. ¡podemos volverlo a intentar! ¡una y otra vez!

—no podemos. No puedo. Este es mi último partido.—Rui la encaró.

Cuando la ceremonia de premios termino, el ambiente no estaba tan pesado. Pero ahora que estaban de regreso a su escuela todas habían dejado la adrenalina del momento a un lado. El cansancio físico y mental más la decepción de haber perdido de aquella forma tan deshonesta había golpeado muy fuerte al equipo femenino del Kitagawa Daiishi.

—…Rui tienes una beca para irte a otra escuela fuera del país. ¡la que no volverá a jugar soy yo!—Sai apretó los puños y explotó. Sentía que su compañera estaba siendo demasiado egoísta. ¿No podia entenderlo? ¿Era ella la única consciente de su situación? ¿O sólo estaba siendo demasiado dramática?

—¿Tú? ¡Tú sanaras!—Rui también comenzó a gritar.

—¡no sanare! Aunque así fuera el hueso esta roto y podría volver a estarlo en cualquier momento y ser peor… ¡Maldita egoista!

—¿Por qué golpearte a Rui?—su madre la sostuvo de los hombros. Estaban en los pasillos de la dirección de la escuela.

Frente a ellas estaba la familia de Rui. Su padre, su madre y ella la miraban con molestia. Como si fuera todo su culpa.

—Rui... te odio—fue lo último que dijo antes de entrar a la oficina del director para ser regañada.

—no lo puedo creer. Mi hija no es así, es una buena niña— su madre se tapó el rostro.

—el golpe y las lesiones ya están causadas por esta niña buena.—el director la miró. Sai no era la gran estudiante ni era la gran atleta. Sai era fácilmente eclipsada.

—no volverás a ese club. Entraras al Nekoma. Tal vez tu abuelo pueda diciplinarte...—su madre la miró decepcionada. Su hija siempre había sido una buena niña. Ningún solo error.