𝐆𝐚𝐦𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞 ▬▬ 𝐾𝑜𝑧𝑢𝑚𝑒 𝐾𝑒𝑛𝑚𝑎 𝑋 𝐹𝑒𝑚!𝑂𝑐

-11

Fin de clases. No había entrenamiento. El día era perfecto.
Todo era perfecto para tener una gran cita.

A pesar de su pequeño momento en el entrenamiento matutino ahora los nervios la tenían sonriendo.

—Igai-chan esta muy contenta— Yusuke llamó la atención de sus compañeros.

—ah…¡si! ¡hoy saldré con alguien! ¡deseenme suerte!—ella muy emocionada tomó su mochila y salio rápidamente del salón, de nuevo caminó al salón de kenma. Esperaba no estuviera enojado por lo del receso y todavía quisiera salir con ella.
En medio del camino se lo encontró.—¡ah! ¡Kenma! Aquí estás— le sonrió.

—ah-

—no estas molesto, ¿verdad? —lo interrumpió sin querer— espero aun quieras salir conmigo— ella se rascó la mejilla apenada.

Él suspiró—si tan solo me dejarás terminar de hablar— Kenma negó con la cabeza. Su mirada vagó un poco. Su cabello tapó su visión, dejando su visión frontal. Sólo podía ver con claridad lo que tenía en frente. Ella. Era ella solo lo que podía ver con claridad.

—ah…¿entonces…?

—vamos. Quiero ir a una tienda, ¿me vas a acompañar verdad?— comenzó a caminar, cuando la pasó volteo hacia atrás para mirarla. Quería ver su reacción.

Kenma dejaría de lado un poco su timidez. Necesitaba verla. Necesitaba analizar sus reacciones. Necesitaba ver como reaccionaba y se comportaba con él.

—¡ah! ¡por supuesto!— ella tardo un poco en reaccionar. Sus mejillas se colorearon de rojo. Su nerviosismo la tenía bastante tensa. Suspiró para intentar calmarse. Quería disfrutar de esa salida.

Fue un camino tranquilo. Extrañamente no se toparon a Kuroo por ningún lado.
De camino tuvieron una platica muy amena. Algo que pareció sorprender a Sai. Quien tenía miedo de que las cosas se volvieran incómodas.

—¿es acaso una tienda de videojuegos?

—si…¿te molesta? Lamento si esperabas otra cosa…—Kenma la miró de reojo. Sai era unos 5 centímetros más alta que él. Era la suficientemente diferencia para que tuviera que levantar la mirada al menos un poco.

—¡no! Nada de eso, de hecho era lo que me esperaba— Sai rió. Realmente las cosas estaban saliendo bien. Tal y como pudo llegárselas a imaginar —¿te parece si después vamos a comer? La verdad no pude terminar me mi almuerzo—ella pidió con algo de timidez.

—esta bien por mi…—se hincó de hombros. Él también se encontraba sorprendido. Realmente pensó que al estar solos las cosas se podrían volver bastante incómodas.

Cuando llegaron a la tienda favorita de Kenma él se despego de ella y comenzó a ir por los pasillos, se veía tan familiarizado.
Por eso mismo fue con tranquilidad y lentitud, dándole oportunidad a ella que explorará la tienda que si bien no era muy grande tenia varios pasillos con estantes llenos de juegos y figuras coleccionables o peluches relacionados.

Sai se quedó flechada de un llavero de dragón. Desconocía el videojuego al que pertenecía. Pero el llavero de peluche era tan lindo que no podía ignorarlo.

—¡mira! ¿No es lindo?— le mostró el llavero cuando el chico pudin se acercó a ella.

—ah, si… supongo que lo es— miró al pequeño dragón.

—¿que hay allá?— siguió caminando por los pasillos viendo los juguetes, portadas coloridas de los videojuegos.
—oh, este era el juego favorito de mi hermano— apunto a uno.—me daba el control desconectado…—murmuro con algo de rencor.

—¿tienes un hermano?— Kenma se acercó a verla de reojo. Le causaba curiosidad. Kuroo también tenía una hermana,  pero en cambio él era hijo único.

—¿ah? Si, es mucho más mayor que yo— sonrío de lado—¿kenma no tiene hermanos?

—¿eh? No, soy hijo único …— bajó la mirada. —aunque, conozco a Kuroo desde niños. Es como mi hermano— sonrió un poco.

—¡waa! Eso es muy lindo, yo casi no conviví con él porque él ya era muy grande— Sai tenía una expresión melancólica.

—…—él solo la miró. Después al videjuego. Era un videjuego de 8bit que era de un solo jugador, sobre algún astronauta que se perdió en el espacio exterior queriendo regresar a la tierra.

—¡vamos! Tengo hambre— lo tomó de la manga del uniforme y lo jalo con cuidado.

Pagaron lo que compraron y cuando salieron de la tienda ella tomó su teléfono. Kenma la miró con paciencia.

—mira, cerca de aqui…—buscaba buenos lugares en donde pudieran ir a comer—oh, acaban de abrir este, ¿vamos?— Kenma se acercó a ella para ver en su telefono.

—donde sea esta bien—después de haberla llevado hasta el centro de Tokyo para entrar a esa tienda, sentía algo de pena. Así que por esta vez, Kenma sería algo complaciente y la dejaría elegir.

Parecía un lugar común de ramen. Pero las imágenes de la comida se veían tan deliciosas que Sai estaba decidida a rogarle a Kenma si él se negaba a ir.
Afortunadamente no hubo necesidad.

Cuando llegaron tuvieron la suerte de que no estaba tan lleno. Mientras su comida llegaba Kenma sacó su consola para poder meter el cartucho del videojuego nuevo.

Al estar sentados frente a frente Sai pudo verlo. Disimulo un poco (o lo intentó)usando su teléfono dándole leves miradas.
A Kenma lo conoció cuando ambos entraron en primer año al Nekoma. Fue pura coincidencia que estuvieran en el mismo salón incluso sus asientos estaban cerca y la actitud seria y tranquila de ella fue suficiente para que Kenma no tuviera grandes problemas con ella. No habían hablado mucho en la primera mitad del año.
No hasta que Sai se metió en problemas con una estudiante de tercer año, con quien se peleó. No salió herida, pero si con un reporte. Kenma fue el elegido a llevarle los apuntes hasta su casa.

Se recordaba a sí mismo bastante nervioso. Cuando ella abrió la puerta, pudo ver la molestia en su cara. Pero más que molestia había una enorme curiosidad. Pero kenma no pudo evitar ver el moretón en la mejilla de ella. Dijeron que no estaba herida.

—¿ah? ¿Esto? Ella me golpeo primero—

Fue lo que ella había dicho. En ese entonces su cabello era corto hasta los hombros. Su cabello que usualmente era ondulado ahora estaba algo enmarañado y lacio. Ella quien siempre se veía totalmente arreglada ese día estaba en pijamas que le quedaban algo grandes.

No solo era su apariencia. Sai se sentía distinta que en la escuela. Ese día le sonrió y molestó, aunque solo estuvo parado en la entrada de su casa por menos de 10 minutos. Sai logró ponerlo rojo.

—¿te teñiste el pelo? ¿Lo hiciste tu solo?
Quedo mejor que el mío jajaja—

Incluso se atrevió a tocar su cabello. Al menos tuvo la decencia de pedir permiso. Pero igual. Prácticamente no se hablaban de nada.
Kenma recuerda que desde ese día Sai comenzó a aparecer más seguido en su campo de visión.

—… es como… como si hubiera desbloqueado
a un nuevo personaje…—achino los ojos intentando explicarle a Kuroo.

—¿como-? JAJJAAJ—
recuerda con desagrado las risas que Kuroo soltó ese día.