〃El erizo de ojos color adamita siempre busco una compañía, alguien que le recordara que nunca iba a estar solo, quería saber que se sentía tener un poco de calidez en su corazón.
❝Aquí estamos de nuevo shadow... Tu, buscándome, diciéndome que lo la...
❝When you spoke to me the words are like a flowing star.❞
El cobalto trabajaba en una pequeña florería despues de la universidad y solo habia una razón por lo que lo hacia, habia conocido a un erizo azabache con una actitud seria y fría, aunque muchos le decían que no debería seguir hablando con él, al menor no le importaba.
El es alguien bueno y amable en el fondo, ¡lo se! Era lo que siempre respondía hacia esos comentarios negativos ante ese erizo de ojos granate.
Su corazón palpitaba por el, su mirada siempre estaba posada en el, todo su mundo giraba ante el aunque el contrario no se diera cuenta en absoluto y el azulado cansado de que el azabache no se diera cuenta de sus puros y dulces sentimientos decidió una simple cosa: declararse.
Y ese día habia llegado despues de algunos meses.
—¡oh! Tikal, ¿donde están las lavandas? —dijo apurado el cobalto, pues casi era hora de ir a su universidad.
—las buscare dame un momento. —algunos momentos despues la chica le dio lo que el contrario le habia pedido y noto como con delicadeza este hacia un pequeño ramo. —¿de quien es el pedido?
—mio... —dijo con una sonrisa. —¿recuerdas aquel chico que te conté? le he dado tantas indirectas... Y no se a dado cuenta de mis sentimientos así que... Decidí declararme de una vez por todas.
—¿enserio? —dijo sin creerlo.
—si... Ya no puedo guardarlo por mas tiempo tikal... Es momento de que sepa la verdad. —contesto con valentía y terminando aquel ramo, tomo su mochila, acomodo su ropa y antes de salir volvió a hablarle a su amiga. —¡deséame suerte!
—¡suerte sonic! —dijo con una gran alegría su amiga.
El menor con una leve respiración, elimino cualquier pensamiento negativo y se dirigió a paso rápido a su universidad.
꒰ ˶💐˶꒱
Al terminar las clases, busco al azabache con la mirada y al encontrarlo escondió las flores detrás de el para que no viera su sorpresa, se acerco y podía sentir que su corazón iba a salir de su pecho por los increíbles latidos que estaba haciendo.
—hola shadow. —le saludo con una dulce voz. —¿tienes un momento?
El azabache lo miro y le contesto de una forma seca y seria, algo típico de el.
—eres tu de nuevo... ¿que quieres ahora?
—juro que solo sera un momento, por favor.
—esta bien...
El mayor siguió al cobalto aun lugar mas privado y noto como este escondía algo detrás de su espalda algo que lo hizo sentir curiosidad al instante.
—shadow... Hoy... Quisiera decirte algo demasiado importante para mi. —dijo mientras su colita se movía de felicidad. —yo... Aun recuerdo la primera vez que nos conocimos y aunque se que... Por algunos rumores que has escuchado de mi... Aun sigues hablando conmigo.
El mayor solo lo escuchaba.
¿rumores? oh si, los cuales dicen que no te tomas nada enserio y solo juegas con la gente, solo juegas con los sentimientos de todos, penso con molestia el azabache ni siquiera sabia por que le habia hablado.
—yo... Solo quiero que sepas que... Me gustas shadow. —dijo y con un movimiento rápido mostrarle aquel ramo de girasoles y lavandas. —te amo shadow. —dijo mientras sentía sus mejillas calientes y ser decoradas con un color carmín.
El azabache tomo aquel ramo entre sus manos, miro una vez mas al cobalto y sin mas rodeos tiro aquel regalo al suelo para de una forma cruda y sin corazón aplastarlo.
—¿crees que no te vi hablando con tus amiguitos? ¿crees que no vi como te reías? —dijo con seriedad en sus palabras. —¿crees que no se que esto es una broma? ¿tu y yo? por favor...
—no... No es una broma shadow... —contesto, sintiendo sus ojos picar.
—no quiero volver a escuchar tus estúpidas bromas sonic, ¿si? aleja tus retos de mi. —fue lo ultimo que dijo para irse.
El cobalto con un nudo en su garganta vio como aquel erizo poco a poco se desvanecía de su campo de visión, miro aquel ramo roto en el suelo y no puedo evitar llorar.
Pero algo era diferente esta vez, pues su lagrimas eran remplazadas por pequeños cuerpos de luz y pudo sentir un dolor mas fuerte que un corazón roto, se sentía mareado y no podía ver con claridad, algo que lo asusto.
La nueva enfermedad lo consumiría por completo hasta dejarlo ciego.
Y no pudo evitar correr de vuelta a su hogar, con la vista borrosa con el corazón roto y aunque estuviera mal, aun enamorado de aquel chico de ojos rojos como rubís.
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