Capítulo 5

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Hoseok no se sorprendió de no encontrar a Jungkook al siguiente día, tampoco era oportuno tenerlo aquí sin que Jimin estuviera al tanto de la verdadera situación en la que estaba envuelto. Tomó su celular para eliminar las llamadas más recientes, parece que toda la noche intentaron contactarlo por la enorme cantidad que desechó. Solo espera que no cometan la estupidez de armar un escándalo o buscarlo en la escuela.

Se alistó en un tiempo récord para ir directamente a la cocina, si estará viviendo aquí un par de días se tomaría la molestia de preparar un buen desayuno para ambos como compensación de su presencia inesperada. Pero Jimin en realidad no tenía muchas opciones para lucirse, entonces optó por la canasta de los huevos y un poco de tocino. Puso la cafetera mientras se ponía manos a la obra.

En casa no lo dejaban entrar a la cocina porque les gustaba consentir tanto a él como a su hermana en sus gustos. Y Hoseok en realidad adoraba meter las manos a la cocina, sentía que era útil en su vida acomodada. Tarareó una canción que le gustaba mucho, bailando al compás de su mente reproduciéndola.

Jimin entró en la cocina tiempo después con un gran bostezo, su rostro tan adormilado que creería que era capaz de caerse en cualquier instante. El menor se acercó para olfatear el rico aroma del desayuno, aprobando el platillo de hoy.

—Esto apetece un jugo de naranja, hay una tienda cerca —dijo tomando un poco de dinero de su bote de ahorros en la alacena —Iré rápido por un cartón, no te arrepentirás de haberlo probado.

Su amigo recogió las llaves de la mesa, se colocó su sudadera y escuchó como azotaba la puerta. Si hubiera estado en casa hoy sería él quien probablemente iría a la tienda en busca de víveres, o atendiendo al cartero que seguro lo miraría con esa horrenda cara llena de arrugas y lo llamaría mounstruo. Y sería muy irónico que lo hiciera, ya que bueno, será esposo de uno.

Buscó en el refrigerador un par de manzanas para llevarlas de merienda, pero justo cuando cerró la puerta se encontró con un raro animal. Le arrojó una de las frutas por el susto. Parecía ser un perro pero tenía los ojos totalmente oscuros, su pelaje era casi nulo en todo su cuerpo a excepción de la cabeza, la espalda estaba hinchada en carne podrida y el collar que traía era hecho de púas con alambre. Esa cosa podría ser un experimento fallido de alguna base científica o cualquier resultado de una mutación mal calculada.

Estaba totalmente confundido porque Jimin no tenía mascotas en casa, no le gustaban los perros ni los gatos o cualquier tipo de animal doméstico, y supuso que debe haberse colado cuando Jimin salió a la tienda. Y por el aspecto de ese ser era más imposible que fuera de alguien totalmente consciente.

El perrito revoloteó contento sacudiendo su cola, aunque le pareció horrososo ver que cada que se movía dejaba gotear sangre de sus colmillos no pasó por alto la placa con un símbolo muy conocido. Su tatuaje destelló junto a la figura del collar, así que concluyó de quien se trataba esta peculiar especie de can. Aquel que veía al horrible perro con un inmenso cariño.

—Consideralo mi regalo de cumpleaños —el demonio acomodó los pies sobre la mesa del comedor, sentado en una silla. —Fue muy difícil elegir a este o el que era un esqueleto total, y me hubiera encantado traerte al otro pero opté por uno mas apegado a lo normal.

Hoseok no preguntó nada sobre el perrito de huesos, no necesitaba saber esa información con uno real en su casa que debe estar extrañándolo. Jungkook acarició al animal con alegría, el cual ladraba muy entusiasmado de tener un nuevo dueño. No sabía que en el infierno había mascotas para los demonios.

—Es un perro del infierno, se alimenta normalmente del miedo y la agonía del humano pero logré que pueda hacerlo de tu amor o lo que sea que haces con el que tienes —explicó.

My Demon||JunghopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora