Berlín Oeste, Alemania, 1961.Después de aquel día lleno de casualidad en donde nuestras vidas comenzaron a entrelazarse, fue el inicio de una gran historia para John y para mí.
Los meses pasaron de prisa y nuestra amistad iba en ascenso. Ya era 10 de marzo, nosotros todos los sábados nos juntábamos en la biblioteca, este lugar se había convertido en nuestro punto de encuentro, un lugar lleno de historias leídas como de nuevas historias contadas. Simplemente era el lugar perfecto en el que un chico podía declararle su amor a su chica como me pasó a mí.
John y yo estábamos en la biblioteca cuando él me mostró un libro y me convenció a que lo leyera.
La historia era muy hermosa, haciendo que no pudiera quitar la vista del libro. Cada página era emocionante.
Podía notar la mirada de John fijamente en mí cuando volteé la página. En esta había una carta que decía «para Eloise». Yo miré a John y este insistió a que la abriera.Al comenzar a leerla no podía entender de que se trataba, pero mientras más leía todo comenzaba a tomar forma. Era una carta donde John me expresaba sus sentimientos hacia mí. Yo quedé atónita, no esperaba aquella carta.
En una parte decía: «no importa si no me correspondes en este momento, pero quiero que sepas que estaré aquí para ti y que siempre te esperaré, porque no me enamoré de una chica que tiene ojos azules o grises, sino de ti Eloise, una chica de ojos color café, un café que desvela y hace que mi corazón vaya a toda velocidad».
Lo miré, de mi ojo derecho brotaba una lágrima, no era una lágrima de tristeza, a lo contrario, era de felicidad. Porque desde el primer momento en que nuestras vidas se cruzaron jamás imaginé que esto sucedería.
Lo abracé de inmediato y comenzaron a brotar más lágrimas de mis ojos. Sin dudarlo, acepté su corazón con un leve beso que lo dijo todo.
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Tan Cerca y Tan Lejos
RomanceDicen que es imposible e inimaginable el pensar que un día estamos viviendo una vida normal, y al siguiente, conocemos a esa persona que nos hace dar mil vueltas la cabeza, que llena nuestros días grises en bellas constelaciones y, de repente en un...