Capítulo 2.

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[Centro de Kuoh – Mediodía]

Rías, Akeno y Koneko  estaban paseando por la ciudad, aprovechando el domingo antes de volver a clases.

Las dos adolescentes llevaban bolsas pequeñas en las que tenían algunas cosas que habían comprado, mientras Koneko llevaba dos bolsas de una dulcería, ambas totalmente llenas.

El grupo atraía miradas de todos mientras caminaban, sea de hombres o mujeres y niños.

“Gente rara… Solo somos personas caminando”.

Akeno se rió suavemente de las palabras de Koneko, que se veía molesta ante tantos ojos sobre ella. En especial las miradas lujuriosas de varios hombres.

Rías miró en una dirección, y golpeó suavemente a Akeno con el codo. Ambas giraron sus miradas, una por instinto y la otra por lo que veía.

Koneko miró en silencio como ambas se detenían y miraban en una dirección. Tuvo que taparse la nariz ante el fuerte olor a lujuria que sintió repentinamente.

“¿Ese no es Naruto?”

El mismo estaba sentado en una barra, hablando con un chico de su edad que parecía oírlo atentamente. Las mujeres alrededor lo veían a el, precisamente a Naruto, con clara curiosidad y leve deseo.

No entendían como hacía para atraer a la gente así.

Las tres enfocaron sus oídos para oír de lo que hablaba.

“No debes tener miedo de las mujeres, sabes. Son humanos, personas como todos aquí. Si las tratas como diosas de otro mundo, vas a parecer necesitado. Lo mismo si muestras que te la quieres llevar a la cama sin antes darles confianza de que pueden ser buenos para eso”.

Akeno desvió la mirada y empezó a caminar, al igual que Rías y Koneko.

Debido a eso, ninguna notó que esos ese chico era miembro del trío pervertido.

…....

[Academia Kuoh – Lunes]

Sona miró la hora en su celular, notando que ya habían pasado más de 10 minutos de las 8. Su pie golpeó el suelo con impaciencia.

Tsubaki, a su lado, suspiró molesta.

“Primer día y ya dejando esta impresión…”

Ambas sintieron el rugido potente de un auto, y a los lejos vieron un Ford Mustang Shelby GT-500 de color negro con dos líneas doradas pasando por el medio del auto, desde el capó hasta el techo y la parte trasera.

Llegamos los dueños de la guardería….

Sona y Tsubaki abrieron los ojos levemente ante la música potente que no eclipsó al rugido del motor de ese auto, pero llamó la atención de la mitad de la academia, si las miradas que sentían a lo lejos eran por eso.

Cuando el auto se estacionó, la música paró, al igual que el auto se apagó.

La puerta se abrió, al igual que los ojos de muchas personas en las ventanas, sean hombres o mujeres.

Naruto bajó del auto, vistiendo el uniforme masculino de la academia, aunque con algunos detalles.

Su camisa de vestir estaba arremangada en los antebrazos, revelando algunos nuevos tatuajes que los rodeaban, como una calavera siendo atravesada por una daga y una serpiente, y en el otro brazo billetes de 100 dólares, dados y cartas de póker.

Los botones de su cuello estaban desabrochados junto a otros en el pecho, revelando brevemente un tatuaje en su pectoral izquierdo con un símbolo que tanto Sona como Tsubaki no reconocieron.

Luz de Lujuria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora