8

1.6K 91 10
                                        

Hans no podía entender qué hacía Keith con su hermano.

¿Desde cuándo se conocían? ¿Por qué está acá? Él nunca trae a nadie que no sea Lydia.

Como pudo se escondió detrás de su hermano, tratando lo más posible de cubrir su pañal y comenzando a lagrimear por la vergüenza.

-Oye, no vine a burlarme- dijo Keith tratando de calmar a Hans, haciendo un esfuerzo sobre humano para no ver las piernas de Hans.

-¿En serio?- preguntó Hans esperanzado sacando un poco de su cabeza de detrás de su hermano mayor.

-¿Crees que lo traería a la casa si supiera que te va a molestar?- dijo Ryan.

-Te estuve buscando todo el receso pero no te encontré por ningún lado, tuve que ser humillado por tu hermano para que se apiade de mí y pueda venir a hablar contigo.

-¿Qué le hiciste?- reclamó Hans mirando con enojo a su hermano.

-Oye no te alteres, solo lo aplasté en el fútbol- aclaró Ryan- aún le falta mucho como para estar a mi nivel, pero sin duda es mejor mi pequeño hermanito aquí presente- dijo rodeando con sus brazos a Hans y restregando su rostro contra el de su hermanito.

-Ew, apestas y estás todo sudado- se quejó Hans limpiando su rostro con el dorso de su brazo, lo que provocó que Keith inconscientemente se oliera disimuladamente.

-No puedo negarlo, es el olor de la victoria.

-Por eso, prefiero pasar desapercibido, si jugara en serio terminaría apestando a vanidad- se quejó Hans tratando de zafarse del agarre de su hermano quien finalmente lo liberó tras unos segundos más.

-Aw me hiciste acordar cuando quise enseñarte a jugar, no querías soltar a tu ovejita de peluche, te tropezabas con tus propios pies y creo aún usabas un chupón. 

-Era muy pequeño en ese entonces- se defendió avergonzado por la presencia de Keith.

-¿En serio? Si mal no recuerdo tenías como 10 años.

-¡Ry! - se quejó al borde del llanto, no quería que Keith tuviera más razones para considerarlo un bicho raro.

-Ok, ok, alguien está sensible hoy- bromeo Ryan- los dejaré a solas para que puedan hablar- dijo para luego irse a su cuarto.

-Entonces...¿la ovejita tenía nombre?- dijo Keith sin saber por donde iniciar.

-Dolly- respondió Hans.

-¿Como la oveja clonada? 

-Como la cantante country, le gusta mucho a mi hermano.

-Yo aún tengo a mi oso Benny- dijo algo avergonzado por la confesión, pero sentía que era lo correcto para que Hans no se sintiera mal.

-Genial, tal vez podrías traerlo para una fiesta de té- bromeó Ryan desde la sala, tenía muy buen oído y hambre por el chisme.

-¡Ryan! Ya no estás invitado a la siguiente- recriminó Hans sacándole la lengua  a su hermano.

-Rayos, y yo que tenía tanta ilusión- dijo con un dramatismo muy fingido.

-Uhm... puedes ir pero solo si te disculpas- dijo Hans preocupado y arrepentido de haber lastimado a su hermano, aunque no se espero que Ryan empezara a reír como desquiciado y al voltear a ver a Keith este tenía la mano cubriendo su boca para evitar hacer lo mismo que Ryan.

-Eres muy tierno- soltó Keith de la nada, desviando el tema y logrando que sus miradas se crucen de nuevo, sonrojándose de nueva cuenta, y haciendo que Ryan alce una ceja ante la escena.

Mimado por mis hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora