Ep 6. Reflexión

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Nobita estaba caminando contento del día que había vivido, que aunque al principio había sido un día pésimo, el resto le salió bien: El proyecto iba a ser en base de la nave voladora de sus sueños, hizo un par de amigos nuevos e hizo un avance con la chica que le gustaba. Por fin llegó a su destino, su casa. (Que es casi como la del canon, pero el primer piso y la planta baja estaban dividido por una escalera mirador en medio y en vez de madera, era de acero, pero seguía siendo alquilada, además que en lugar de una pequeña bodega en el patio, tenían un pequeño taller de reparación)


El chico azabache llega a casa y se quita los zapatos en la entrada, pero su mamá ya lo estaba esperando "¡Ya estoy en ca....!" El chico se sobresalta al ver la cara de molestia de su madre "H-hola mamá" dice nervioso mientras juega con sus dedos.


"Doraemon me dijo que te habías ido al teatro en vez de venir directamente acá. Deberías haber venido y avisado sobre ello tú mismo, primero porque de seguro tienes deberes además de tu proyecto que para esta fecha ya debieron asignarte, sino por ese criminal de los carteles" Dice Tamako molesta, por cierto, ella tiene un vestido pantalón victoriano de color fucsia y negro que le facilitaba en sus quehaceres. "¡Recuerda que los deberes también son importantes, así que ve a tu cuarto y hazlos ahora mismo!"


La Señora Nobi solo suspira con tristeza "Y la próxima vez, ven directo a casa y avisa tú mismo a donde irás. ¿Está claro?" Era obvia la preocupación de ella hacia su hijo sabiendo de la existencia del Barón Kurai. El chico asintió nervioso "Iré a ver como vas más tarde, tu padre tiene trabajo pesado que hacer hoy en el taller, le han encargado un motor de nave personal, así que iré a ayudarlo, cuando termines baja también a ayudarlo"


En cuanto su madre se fue por la salida del patio a través de la sala, Nobita subió por las escaleras metálicas parándose por un momento a mirar el atardercer en el punto medio donde está, no pudo evitar quedar embobado por la vista que aunque estaba lleno de casas y edificios metálicos que casi tapaban el horizonte junto con el fuerte, eran inundados por el tono naranja de la hora, el chico se asomó por el balcón del mirador poniendos los brazos sobre este mientras que se preguntaba "¿Qué había más allá del muro?" Claro, aunque no era prohibido salir de Sutirushiti, era un poco complicado salir a otras ciudades del continente ya que se necesitaba de un permiso parecido a una visa para poder salir de la ciudad y entrar a otros por medio de los dirigibles y naves voladoras, eso, porque había ciertos territorios hostiles entre estas.


Por un momento, se sintió como el protagonista de la historia que vio en la obra de teatro, aunque... No quería terminar con el final trágico, Nobita tenía una mezcla de nostalgia y alegría mientras que miraba el atardecer, Doraemon bajaba del cuarto de Nobita por medio de la escalera metálica para ver como su amigo se perdía en sus pensamientos. "¡YA SÉ!" Grita el chico mecánico mientras se pone los goggles de su gorra sobre sus lentes "¡Seré un aviador autónomo, volaré lejos en una nave voladora que crearé y viajaré a muchos lugares que me indique el viento, no recordaba esa idea desde que estaba con mi abuela! Y creo que es una buena idea" dice el muchacho orgulloso


"Nobita, para ser un aviador, no solo requiere de tener tu propio barco volador" Doraemon baja de la nube al chico mientras se acerca a este "¿Cómo ganarías dinero para alimentarte y mantener tu nave voladora? Sé que estás estudiando para ser un mecánico como papá, pero solo te salen bien las reparaciones cuando no estás prestando atención a tu entorno, por ello estás aprendiendo para poder reparar y crear sin necesidad de perderte en tus pensamientos" el gato azul se asoma al balcón a lado de él.

Doraemon: Nobita y la Ciudad VaporDonde viven las historias. Descúbrelo ahora