Prólogo

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—Siento como si no hubiera tocado mi cama en años— Comentó perezosamente Eunhyuk, restregándose los ojos mientras caminaba. 

—Ok, ok, ya estamos acá— Le respondió Leeteuk, también denotando cansancio, ingresando la llave para abrir la puerta del dormitorio que los alojaba. 

Corrían los primeros meses del año 2012, y los dos regresaban de un extenuante horario nocturno. 

—¡Hyungs, buenas!— Oyeron que decía Kyuhyun al entrar, a lo que ambos alzaron sus miradas—¡Únanse!

A continuación, los recién llegados descubrieron que el maknae, Sungmin y Donghae se hallaban sentados en el suelo, con un botellón de vino a medias ubicado en el centro. 

—Cortesía— Agregó Kyuhyun, golpeándose en el pecho con el puño cerrado y una expresión presuntuosa, haciendo alusión a que él había comprado el licor. 

Leeteuk negó con la cabeza.

—Es tarde ya, y mañana debemos comenzar desde temprano, lo saben— Recordó a modo de regaño. 

Era cierto. Al día siguiente, Super Junior estaba programado para practicar sus formaciones y coreografías. 

Kyuhyun rodó los ojos, en tanto Sungmin y Donghae intercambiaron miradas de preocupación ante un posible regaño del mayor. 

—No es tan tarde— Refutó el maknae, y le echó un vistazo al reloj de pared—Apenas las una.

—¿Apenas?— Cuestionó Leeteuk.

—... Teukkie hyung, es solo esto y nos iremos a dormir, no necesitas preocuparte— Acotó Donghae, algo torpe. 

Sus mejillas estaban rojas debido al vino. Eunhyuk sonrió con sus dientes al darse cuenta, y captando su gesto Donghae rio hacia él. 

—Tú ya estás mareado— Le mencionó el líder. 

Kyuhyun y Sungmin rieron, Donghae también, aunque sonrojándose en aumento.

—Solo ha tomado una copa— Aseguró Sungmin. 

Y era verdad. Nadie dudó de ello. 

Leeteuk rodó sus ojos.

—Como sea, estoy cansado, me iré a dormir. Más vale que todos estén despiertos a la hora— Advirtió, apuntándolos—Vamos, Hyukjae.

Sin embargo, el aludido permaneció quieto. 

—Ah...— Inició, titubeante y compartiendo contacto visual con Donghae—Me quedaré un rato, hyung.

El líder se mostró extrañado.

—¿No estabas tan exhausto?— Le enrostró. 

Hyukjae se rascó la cabeza.

—Solo un poco... será mejor que me quede a cuidar de Donghae. 

Los tres que estaban sentados soltaron una risa, especialmente el que acababa de ser nombrado. 

Leeteuk resopló.

—Tú verás que haces— Farfulló, pronto desapareciendo del lugar y metiéndose a su habitación. 

Entonces todos rieron como niños traviesos. Hyukjae procedió a sentarse junto a Donghae. 

—Oye, ¿a qué te refieres con que te quedas a cuidarme?— Lo interrogó éste, sin perder su buen ánimo—No me pongas de excusa.

El mayor suspiró.

—No lo es. Si se trata de ti y alcohol, hay que ponerte un ojo encima— Explicó. 

Y en realidad no era una excusa, sí sentía que era mejor quedarse junto al menor cuando este bebía si estaba la oportunidad, aunque no podía negar que el vino también le apeteció. Olvidarse un rato de hacer el tonto en TV (que vamos, le gustaba, pero incluso él a veces se agobiaba de ello) y simplemente beber relajado. Eso le apeteció.

No podemos ser amigos (Eunhae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora