Siete

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El mes transcurre rápido para él cuando su tiempo está ocupado en completar sus tareas y practicar sus tiros; no era nada comparado a un arco y flecha, pero tampoco era muy bueno con dicha arma, por lo que su aprendizaje había comenzado desde cero. El oficial se sorprende de la facilidad con la que maneja un arma al poco tiempo, murmurando frustrado que su comienzo no había sido así de sencillo, pero Duxo aún piensa que va un poco lento cuando sólo consigue reventar tres de las cinco botellas de vidrio.

Pendejo, yo sólo consigo darle a dos — lo ánima el oficial, acercándose a las botellas para cambiarlas y barrer los trozos de cristal del suelo; pero a pesar de sus palabras sigue sin estar convencido, eliminar todas las botellas es el objetivo y no estaría satisfecho hasta que cumpla con ello.

En cuanto a su estadía en ese lugar, ya parece un habitante más del pueblo. Su castigo no ha sido levantado, pero confían en él lo suficiente como para salir sin la supervisión de Natalan. Pasa la mayoría de su tiempo en el comedor o en los establos donde Soarinng trabaja, y durante las tardes están sus prácticas diarias con el arma. Además, recientemente ha comenzado a notar que el nombre de "forastero" está dejando de escucharse, siendo reemplazado por su nombre real; no sabe que pasara cuando el Sheriff lo escuche, pero en su defensa, nunca le mencionó a nadie que se llamaba de esa forma.

Se está apegando al sitio lamentablemente, pero no tiene muchas opciones cuando el camino de regreso a casa parece no existir. La magia es algo real que podría usar para encontrar su hogar, pero no le sirve de mucho si no tiene conocimiento alguno de esta y pedirle ayuda a Estailus es un no rotundo.

Tose un poco bajo la mirada preocupada de Natalan, pero ignora el gesto mientras prepara el arma y apunta a los nuevos frascos a los que debe disparar, tomándose su tiempo para asegurar los tiros. Su dedo reposa suavemente en el gatillo y cuando siente que es el momento perfecto, ejerce la presión suficiente para disparar, actuando rápido para darle a los cinco frascos; sin embargo, cuando el ruido cesa y queda el olor a la pólvora en el ambiente, puede ver que sólo alcanzó a darle a dos frascos, quedando tres intactos.

Diablo — el tono gracioso en la voz de Michu llama su atención, girándose a ver al pelinegro apoyando en la valla con una sonrisa divertida, una diversión a la que corresponde con una sonrisa ligera que se desvanece a los segundos, reemplazada por la decepción a sí mismo.

Abre su boca para decir algo, pero termina por cerrarla al instante cuando el sonido de un galope se escucha provenir de la lejanía. Todos se acercan a la calle para mirar de que se trata y Duxo no será la excepción, por lo que deposita el arma donde va y sale a la calle para juntarse con el gentilicio. A los lejos se puede apreciar la silueta de alguien en caballo entre toda esa capa de tierra, y conforme pasa el tiempo dicha figura se hace cada vez más reconocible.

¡Es el Sheriff! — el grito resuena entre todos, y por consecuencia el pueblo festeja, tomando sus sombreros para lanzarlos al cielo y abrazarse como si sus vidas han sido salvadas, lo cual no está muy alejado a la realidad lastimosamente.

Hace una mueca en lo que retrocede un par de pasos para no interponerse en la celebración, decidiendo mantener distancia en lo que Aquino llega y atiende a múltiples personas que lo saludan. Cuando lo ve bajarse del caballo con un gran saco de lo que muy posiblemente sea el oro, sabe que la cuota ha sido cumplida a pesar de lo complicado que se mencionó que seria, pero al echar una mirada a sus ojos cafés, percibe las bolsas oscuras bajo sus ojos y un pinchazo repentino lo aturde.

Se queja en voz baja mientras su mano toca su frente en un inútil intento por contener el dolor, pero se mantiene constante, trayendo consigo otros malestares como las repentinas nauseas que casi provocan arqueadas en su cuerpo. Hay una voz en su cabeza que le pide correr a su cama y pasar el resto del día allí, y honestamente no piensa nada mejor que en hacerle caso, tosiendo un poco antes de marcharse a la comodidad de su pequeña habitación, sin percibir la mirada azul del oficial siguiéndole.

The Sheriff | WBNSxMCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora