Se aleja un par de pasos y observa la construcción en la que ha estado trabajando por semanas finalmente terminada, escuchando la felicitación de Soarinng mientras Natalan guarda silencio otorgando un par de palmadas en su hombro. Debería estar feliz, tiene un lugar donde quedarse, personas que le quieren y ahora una casa para ya no molestar más a Mictia; sin embargo, mira su construcción con neutralidad, sin sentir esa emoción que nació al empezar a construirla, no siente absolutamente nada.
Ese no es su hogar en primer lugar.
— Deberíamos hacer una fiesta por tu casa — la propuesta del castaño de ojos de diferente color era buena, si tan sólo tuviera los ánimos de celebrar; no querría arruinarle la emoción a sus amigos, pero no puede fingir algo que no siente justo en ese momento.
— Hoy no, amigo — se gira para mirar a ambos y ofrecerles una pequeña sonrisa cansada, ellos le miran confundidos por unos segundos, pero lentamente parecen comprender — Quiero descansar un poco antes de poder celebrarlo — rascó su nuca de forma distraída, con ambos contrarios asintiendo antes de dispersarse y continuar con sus actividades diarias.
Limpia el sudor de su frente y llega a la conclusión de que podría estrenar su nuevo hogar tomando una buena ducha —procurando ante todo ahorrar el agua— para relajarse, así que se adentra y se pone a trabajar en ello. Dos horas después, está saliendo de casa con su cabello húmedo y ropa fresca, observando a todos entrar en el comedor para cenar, siguiéndolos en silencio, agradeciéndole en voz baja a Michu por la comida y dirigiéndose a la mesa donde sus amigos se encuentran.
Escucha la conversación que tienen con Lucasta y Cejo, es algo relacionado con el alcalde del pueblo y su salud mental, siendo el primer mencionado el que saca teorías descabelladas que no cree que sean ciertas, después de todo el joven médico no estuvo en el pueblo cuando el alcalde decidió encerrarse en su residencia y limitar sus interacciones al Sheriff, al oficial y a su prometido. Al final no termina prestando mucha atención al no tener nada que aportar, es una de esas conversaciones donde simplemente no puede involucrarse al ser la carne fresca del lugar.
Picotea su comida con algo de desinterés, algo aburrido de su monótona vida mientras fuera hay un mundo que necesita su ayuda, sin percibir como el bullicio se desvanece con el paso del tiempo y el único que queda en el comedor es él junto al dueño del lugar; comparte una pequeña conversación con Michu cuando este último se anima a acercarse, dejando de lado su cena y colocándose de pie para marcharse cuando cree que ya lo ha molestado demasiado.
Tose un poco en lo que se encamina a su próximo destino, el lugar en el cual ha pasado los últimos días encerrado investigando durante gran parte de la noche, la comisaría. Sus pasos siguen el familiar camino y abre la puerta de la oficina del Sheriff sin siquiera preguntar, mirando dentro como el castaño portador de la estrella dorada se gira a mirarlo, con un gran tablero lleno de anotaciones, dibujos algo apresurados e hilos conectando cada cosa en una especie de orden que desde su punto de vista, es un desastre.
— ¿Qué tienes? — se deja caer en una de las sillas para tomar su cabello ya algo largo para este punto, deseando poder atarlo para que dejara de molestarle en el rostro, pero termina dejándolo caer cuando tose una vez más, cubriendo su boca antes de sentir la ya conocida humedad en esta, limpiando la sangre contra una pañoleta que se encontraba descuidada en el escritorio; no le toma importancia a la mirada asesina del Sheriff por su acción.
— Tengo mis teorías, pero luego de releer un poco mis libros sobre magia, creo que ya pude confirmarlo — se acerca a su tablero para poder tomar algunas notas y dibujos y sentarse prontamente en su escritorio, donde ordena cada hoja, procurando alejar el tintero y la pluma para evitar un desastre en caso de tropezarlo — Dijiste que tu Aquino te lanzó a un portal y así apareciste aquí, ¿no?
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The Sheriff | WBNSxMC
FanfictionDuxo despierta en un universo que no es suyo, por segunda vez en su vida, y debe encontrar como salir de allí, refugiándose en un pueblo habitado por personas que poseen el rostro de sus amigos. Ante la falta de piezas importantes en sus recuerdos...