Capítulo 7

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—Jung Jungkook—contestó el alfa, devolviéndole la sonrisa y siguiéndole la corriente al omega.

—Lindo nombre.

—Y, ¿con quién tengo el placer de hablar?

—Kim Jimin.

Ambos se miraron directamente, sin quitar las sonrisas de sus rostros. Sus lobos internos se atrajeron mutuamente, aullando con emoción para llamar la atención de sus humanos.

Jimin reprendió a su omega internamente, aunque ¿A quién quería engañar?, el alfa le había gustado un poco, si no fuera porque estarían en el mismo lugar laboral, habría tratado de ligar con él.

Por su parte, Jungkook había despertado un interés en el omega rubio, queriendo conocerlo más a fondo y quién sabe, en un futuro entablar una amistad.

—Bien, Jungkook. Te mostraré el lugar, sígueme por favor.

Y así salieron de la oficina del Kim mayor, caminando por los pasillos hasta llegar al vestíbulo. Jimin le mostraba las instalaciones al azabache, explicándole un poco acerca del terreno y lo que se hacía allí.

El menor escuchaba atentamente al blondo, asintiendo de vez en cuando, aunque se concentraba más que todo en su voz, dulce y melodiosa para sus oídos.

Su alfa se deleitaba gustoso, le encantaba el omega, pero, Jungkook no debía precipitarse, además, sería su compañero de trabajo y era familia de Namjoon, su por ahora, jefe.

Bajaron las escaleras, hasta el séptimo piso, donde se detuvieron—. Este es mi piso, aquí se encuentra mi oficina—señaló la puerta de cristal frente a ellos.

—Espero que te sirviera de algo el pequeño recorrido. Me hubiera gustado mostrarte más a fondo, pero, debo volver al trabajo—dijo Jimin, encogiéndose de hombros. Jungkook asintió decepcionado, quería pasar más tiempo con el lindo omega.

—Comprendo, para otra ocasión será—le sonrió, mostrando su dentadura. Jimin se quedó un poco embobado con la sonrisa del alfa, hasta que fue interrumpido por el sonido del celular, sacándolo de su embobamiento.

El azabache sacó su teléfono de su saco color negro, haciendo una mueca al ver el contacto que le marcaba. Se disculpó con Jimin, antes de contestar.

— ¿Sí, mamá?... No, apenas hoy fue la entrevista—hizo una pausa, escuchando las quejas de su madre, haciendo que colocara sus ojos en blanco—. Me harán las pruebas, no desesperes... Como sea, voy para allá—dijo para finalizar la llamada, encontrándose con los iris azules de Jimin.

— ¿Todo en orden?, desde aquí se escuchaban los gritos—fue directo, Jimin solía ser muy indiscreto.

—Sí, algo así—hizo una exhalación forzada—. Bueno, fue un gusto, Kim. Debo retirarme, espero poder verle más seguido, disfruté su compañía—Jungkook siguió con su formalidad, al contrario de Jimin que lo tuteaba.

—Seguramente, trabajaremos en el mismo edificio. Además, estas bajo el mando de mi hermano y normalmente me la paso más allí que en mi propia oficina. Por cierto, no soy Namjoon, así que, puedes tutearme—el mayor parpadeó un par de veces, cohibido.

— ¿Seguro?

—Claro, solo mientras no haya nadie del personal cerca—se próximo a Jungkook, quedando lo suficiente cerca para que lo escuchara.

—Ya sabes, debemos mantener las apariencias frente a los trabajadores o podrían malinterpretarlo y empezar con sus habladurías—susurró Jimin, a la vez que posaba su mano cerca de su boca, para que nadie más los escuchara, aunque eran los únicos en el piso, pues era la hora del almuerzo.

Matrioshka - VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora