Capitulo 1

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— ¡No pueden obligarme! —gritó un joven muchacho de hebras castañas claras, casi rozando a lo dorado.

—Claro que podemos—sentenció el hombre mayor con autoridad a su hijo menor, levantándose del sofá individual.

Esa pequeña disputa se debía a que la familia Jung, estaba confrontado el asunto que todo padre debe sobrellevar algún día; el compromiso de su hijo.

Pero, ¿Cómo este asunto se transformó en una discusión?, bueno, permítanme explicarles los detalles.

La familia Jung, antes estaba compuesta de dos integrantes, que eran el señor Jung Sungil y su único hijo, Jung Hoseok, quienes habían sufrido la pérdida de la señora Jung Jihye, debido a una enfermedad tan mortal como lo era el tétanos. Posteriormente, el mayor se enamoró perdidamente de la señora Jeon Seoyeon, convirtiéndola en la nueva señora Jung.

Soyeon tenía un hijo también, Jeon Jungkook, que se convertiría en el hermanastro de Hoseok.

Los Jung vivían en el campo a las afueras de la ciudad y sobrevivían, de las mercancías que vendían a emprendedores que se encargaban de distribuir por las diferentes fábricas agropecuarias.

Y si, ellos eran agricultores, no obstante, los últimos años no habían sido tan prósperos y su pequeño negocio, del cual dependían, se estaba yendo a la quiebra.

El señor Jung era un alfa que siempre había estado orgulloso de su hijo, presumiendo que sería un gran alfa y tomaría su herencia, hasta que se presentó como Omega.

Era obvio que su padre esperaba un alfa que se hiciera cargo del pequeño negocio y sentara cabeza, no a un Omega inútil, como él lo había apodado.

Aunque, Hoseok no se consideraba como tal. Él era muy capaz de hacer las tareas de un alfa; él podía trabajar y cuidarse por su cuenta, pero, su padre no tenía los mismos pensamientos y esa era la razón de sus seguidas disputas, que siempre terminaban fatal.

A veces, a Hoseok le dolía el desprecio de su padre, nunca se imaginó que fuera tan prejuicioso. Él prefería a Jungkook, que era un alfa, para hacerse cargo de los negocios familiares, en vez de a él, su propio hijo.

En parte lo agradecía, ya que él no estaba interesado en la agricultura, más bien, le gustaba el derecho, aunque su padre no le permitía estudiar lo que quería, ya que lo tachaba de inútil, suficiente vergüenza tenía con tener un omega varón y eso era demasiado que cargar sobre sus hombros.

Sin embargo, a él poco le importaba, así que siguiendo los consejos de su madre fallecida de que siguiera sus metas, ingresó a una universidad en la ciudad de Seúl, sin que su padre se enterara.

Su hermanastro Jungkook, lo ayudaba a escabullirse la mayoría de las veces. Sabía que no podría ocultarlo por siempre, pero, solo sería hasta cumplir los veinte, que era la mayoría de edad en Corea y se largaría de esa casa. Faltaba poco, solo dos meses y dejaría de ser un estorbo para su padre.

Y ahora le salía con esto.

—No voy a casarme con un alfa cualquiera, no es justo, solo por el hecho de ser un omega.

—No tienes la potestad para reprochar, Hoseok—su padre se acercaba con cada palabra—, Mientras vivas en esta casa, seguirás acatando mis órdenes, ¿Me entiendes? —lo sujetó de los hombros, apretando su agarre.

—Mamá estaría decepcionada—habló con la voz casi quebrada, pero, no desistió.

—No es algo que puedas saber—lo estampó contra la pared sin soltarlo. El menor simplemente gimió en respuesta—. Te casarás con el hijo de la familia Kim y es mi última palabra. Eso te pasa por haber nacido omega.

Matrioshka - VhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora