extras IV

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CONVIVENCIAS YERNO/DRAGÓN Y SUEGRO
Era un día más en la casa del jefe de la aldea, y como cada mañana
desde que derrotaron al terror de todos los dragones, la Muerte Roja, el
dichoso hogar estaba de lo más “animado”.
-Deja ahí demonio, ese es mi pedazo de carne-
-Grrrr-
-Pero Stoick, ese le toca a…-
-No, yo lo aparte primero-
-Grrr-
Si, nada como comenzar bien el dia como la primera pelea de Praxedes
y Stoick de la mañana, esta vez en la hora del desayuno.
-Papá…-
-No lo defiendas esta vez Hiccup-
-Papá… ese pedazo de carne es el mio-
-Oh… eh… si por eso decía que lo había apartado… para ti jejejeje-
-Claro-
El pelirrojo agarra el pedazo de carne, que cabe aclarar no era muy
grande y se lo sirvió en el plato a su hijo, solo había estado peleando
por él ya que el dragón había mostrado interés en él, lo cual de nuevo
había derivado a una pelea, cosa que se estaba volviendo más
frecuente debido a la presión de que el día del parto se acercara cada
día un poco más, ya estaban en el octavo mes si los cálculos de la
curandera y de Hiccup no fallaban y dentro de nada Stoick seria abuelo
y el dragón y el joven vikingo padres.
-Yo quería pasártelo- dice con tono de reproche casi resultando infantil
el dragón.
-Ya ya Prax- Hiccup sabe que unas palmaditas en el hombro no son
suficientes para volver feliz al dragón, pero lo calman un poco y no
enfada a su padre esa demostración de afecto.
Después del desayuno, y ser ayudado a pesar de sus protestas, Hiccup
esta nuevamente en su cuarto, odia admitirlo pero ahora es
completamente inútil en su estado, o al menos es así como se siente,
nunca fue muy diestro y siempre fue algo torpe, ahora sumándole a
esto una enorme barriga que nada encaja con su delgado y pequeño
cuerpo, dificultando cada acción que realiza y a la vez agotándolo, es
mejor quedarse quieto, no puede ayudar en la casa, ni en la herrería o
tan siquiera a Praxedes en la nueva casa, ganas no le faltan, es que
todos tratan de evitar que haga el mínimo esfuerzo debido a su estado,
eso solo causa que se sienta más y más inútil, las únicas cosas que
sirven para entretenerlo son pedazos de tela, agujas e hilo, muy a su
pesar se comporta cada vez más y más como una mujer pero eso deja
de importarle cuando piensa en que hace con las manos será para su
bebé.
Tejer, coser y dibujar, porque también una libreta y carbón lo
acompañan, son las únicas cosas que lo entretienen en sus momentos
de soledad, eso y pensar, cuando su padre, tío y Praxedes no están, no
puede evitar pensar y reflexionar, no es necesario ver por su ventana
para saber que tanto ha cambiado la aldea en la que vive, parece que
el ambiente es más alegre, más ligero, y saber que su futuro bebé
nacerá en un ambiente así le alegra, aunque sabía que aun tendrían
una que otra dificultad, si Praxedes estaba a su lado, y su familia
también, no tendría temor.
Mientras Hiccup descansaba en su habitación, tanto Praxedes y Stoick
fueron citados por la anciana y sabía curandera de la aldea, y el de
ojos verde vida ignoraba este hecho.
-¿Para qué nos mandaste llamar?- quiso saber de inmediato el pelirrojo,
algo le decía que no le agradaría lo que sea que le dijera la vieja y
sabia mujer.
-Bueno, como ya se dijo antes, el caso del embarazo de Hiccup es
único y extraño, la magia del dragón es milagrosa y misteriosa, por lo
que hay cosas que tal vez salgan de nuestro control-
-¿Qué quiere decir con eso anciana?-
-Más respeto Stoick, podrás ser el jefe de la aldea y todo eso pero me
debes respeto-
-¿Podría explicar qué quiso decir con lo que dijo?-
-Aprende un poco a tu yerno que es más respetuoso cuando me habla…
¿en qué me quede?, ¡Oh sí!, aunque me cueste un poco decirlo, mis
solos conocimientos no son suficientes-
-¿Acaso no podrá seguir ayudando a mi hijo?- casi estalla el pelirrojo
vikingo, golpeando la mesa que se encontraba delante de él, siendo que
ella era la curandera más sabia y con experiencia de la aldea e incluso
aldeas cercanas, era muy, muy preocupante.
-Claro que puedo, solo que… necesitare un poco más de ayuda-
-Los otros curanderos la pueden ayudar-
-Ellos saben todo lo que saben gracias a lo que yo les enseñe, necesito
otra ayuda-
-¿Quién entonces?-
-Pues un… celta de las islas del sur-
-¡TAN LEJOS!- grito el corpulento pelirrojo, y no era para menos, la
distancia de esas tierras a la isla de Berck era inmensa, y la relación
que se tenía entre los vikingos y las tribus de esos lares no era muy
estrecha, además el tiempo se les hacía corto si tomaban en cuenta en
qué etapa del embarazo estaba Hiccup.
-Toma semanas ir en barco… pero en dragón…-
-Entonces iré yo… ¿Cómo es uno de esos celzas?-
-Celtas… me temo que no puedes ir solo si ni siquiera sabes cómo es
uno, menos si tomamos en cuenta que eres un dragón, te atacaran con
solo verte, e Hiccup no puede acompañarte debido a su estado- la
anciana hiso una nueva pausa, esperando que entendiera a la
perfección lo que intentaba decir cierto cabeza dura que tenían por
líder en la aldea.
-Iré yo entonces- sentencio Stoick sin darse tiempo a reflexionar, su
cabeza dura podía ser desesperante para la anciana sabia.
-Irán juntos- le corrigió la anciana mujer, en un tono que decía que no
aceptaría negativas.
-¿Tendré que ir con él?- ambos se miraron incrédulos al contrario y
luego a la anciana que seguramente ya había perdido la razón, decir
que ambos irían juntos era seguro una forma para que ambos se
atacaran hasta matarse entre ellos, dejando a Hiccup huérfano o viudo.
-¡Sí!, tendrán que ir juntos, tú- la pequeña anciana señalo al fiero
guerrero vikingo que se encogió un poco en su lugar –no puedes ir en
barco, se tarda mucho, y tú- dijo esta vez señalando al dragón –te
atacaran con solo verte, eres un dragón, y muchas otras aldeas piensan
que son aun unas bestias peligrosas, tienes que ir con un humano para
convencer ayudarte y acompañarte e Hiccup no puede acompañarte
para eso-
A regañadientes aceptaron, porque sabían que esa vieja muy a su pesar
tenía razón, rayos, sí que la tenía, y para fastidio de ambos tendrían
que convivir más tiempo de lo que quisieran.
Esa misma noche, después de cada uno terminar con sus deberes,
Gobber en la forja, Praxedes adelantar el nido y ayudar en unos
asuntos en la aldea que tenía que ver con dragones, y Stoick
arreglando sus deberes como líder de la aldea antes de su viaje, todos
regresaron a la casa donde Hiccup los esperaba con la cena, al menos
era una de las pocas que aún le permitían hacer y lo ayudaba a
entretenerse.
-¿Qué? ¿Hablan en serio?- Hiccup está desconcertado, y tal vez un
poco asustado.
-Sí, tendremos que partir mañana mismo-
-Pero… pero…-
-Lo dijo la anciana esa, soy el dragón más veloz y no tardaremos
mucho a pesar que él es muy pesado-
-¡Oye!-
-Podre con él con lo pesado que es y el celza-
-Celta, vez, ni siquiera sabe cómo se pronuncia, seguro si fuera solo
bajaría en picada y agarraría a cualquier otro para traerlo aquí sino se
muere del susto primero-
-Eso no lo haría-
-Claro que si-
Y ahí iban con una nueva discusión, y se suponía que tendrían que
viajar junto por quien sabe qué tiempo y tratar de trabajar en equipo,
preocupante, realmente preocupante.
-Apuesto tres ovejas a que se intentan quitar la cabeza en el primer
día- comento por lo bajo Gobber mientras comía otro pedazo de
pescado, últimamente comían muchos platillos de este en la casa.
Por Odín, seguramente eso pasaría de buenas a primeras que
empezaran a discutir y sin tener a alguien que los detuviera.
-Chicos cálmense, ¿es realmente necesario que vallan ustedes solos?-
pregunto lanzándole una mirada a su rubio tío, pidiéndole con la mirada
que dijera algo, que se ofreciera a ir al menos, dejarlos solos lo dejaba
realmente preocupado.
-Pues… ¿Qué tal si los acompaño?-
-Lo siento Gobber, pero tenemos que hacer este viaje lo más rápido
posible, entre menos mejor y más rápido-
-Pero… ¿Por qué?-
-Es…-
-Una misión que la anciana sabia quiere que cumplamos con urgencia-
Ambos acordaron, cosa extremadamente extraña entre dragón y
vikingo, quizás la primera vez desde que se conocieron, que lo mejor
era no decirle de que se trataba lo que tenían que hacer para no
preocupar y estresar a Hiccup al menos de momento debido a su
estado.
Después de la cena, y que Hiccup se resignara a que no podría hacer
nada para hacer desistir en su viaje a su pareja y padre, cada quien se
fue a descansar, necesitaban guardar energías para el viaje.
-Cuídate por favor-
-Soy fuerte, regresare pronto-
-Lo sé, lo sé, solo… cuídate, y por favor, tenle paciencia a mi padre-
-No es mi culpa que sea tan gritón y fastidioso-
-Sé que puede parecerte así la mayoría del tiempo debido a sus roces y
peleas, pero es un buen hombre-
-Tratare… de no tirarlo mientras vuelo-
-Jajajaja eso es ya algo-
A la mañana siguiente ambos hombres se despidieron de su familia,
con la clara preocupación de dejar tanto tiempo a Hiccup en su estado,
lo quieren tanto que saben que lo extrañaran mucho, uno por que es su
todo, y en esa etapa es antinatural y doloroso el separarse tanto
tiempo, otro porque es su hijo, al que por fin lo ha comprendido un
poco mejor, y es una situación delicada, además que conocen a Hiccup
y lo torpe que puede llegar a ser, realmente no quieren dejarlo por
tanto tiempo.
-Cuídate papá- abraza a su padre, siente los fuertes brazos y unas
palmadas en su espalda, a mejorado en sus muestras de afecto –tú
también Prax- estos son otros brazos, que lo aprietan con una
intensidad diferente, cálida, reconfortante y embriagante, extrañara en
desmedida aquel calor en los días y noches que estén separados, será
la primera vez que estén separados por tanto tiempo desde que
vencieron a la “muerte”.
Saben que si prolongan más la despedida será más doloroso, pero no lo
pueden evitar, nadie dijo que estaba prohibido, la pareja se queda un
rato más juntos, en un abrazo intimo en que se dice mucho sin
palabras, al verlos Gob no puede evitar sentirse enternecido, y Stoick
no puede evitar pensar en su difunta esposa.
-Volveré pronto- es una promesa, aunque Praxedes no sabe con
exactitud que significa esa palabra, el cumple lo que dice, y lo que no
también.
Se separa un poco y el fuego cubre su cuerpo dejando ver de nuevo su
enorme cuerpo de escamas negras, acerca la cabeza y acaricia el
vientre de su todo, a su pequeño también lo extrañara.
En su lomo son colocados y atados sacos con provisiones junto a la
silla que normalmente utiliza para que Hiccup vuele con él con mayor
comodidad y seguridad, Stoick pesa más, mucho más que Hiccup,
embarazado o no, es extraño tener un peso diferente al de él, pero si
es por el bien de su todo dejara que su “suegro” viaje con él, así como
un extraño que podría ayudarlos.
Esta será la primera vez de Stoick al volar, no cuentan las veces en
que algún dragón lo arrojo por los aires en batallas pasadas o cuando
salto sobre el lomo de uno y ese dio saltos y revoloteo un poco al
tratar de evitar que se comieran y raptaran al ganado.
Esta nervioso, pero es un guerrero, es un adulto, y líder de su aldea,
por eso se aguanta y no lo demuestra, aprieta el borde de la silla con
una mano, con la otra el hacha, quien sabe, es bueno estar preparado
por si se enfrenta algún inconveniente, aprieta ambos manos, manos
capaces de estrangular y romper huesos enemigos, pero que se aferran
tratando de evitar mostrar su nerviosismo, y porque no, también algo de
miedo.
No hay mayor preparación para la furia nocturna para volar que un salto
potente hacia arriba con sus fuertes piernas, y con un par de aleteos
está al alcance de las nubes y con la velocidad inigualable que lo
caracteriza, se dirige al sur donde esas tierras extranjeras los esperan.
Son horas, más de una docena de islas han pasado, muchas conocidas
y otras no, los músculos los siente entumecidos, las manos cerradas
en puños muestran sus nudillos blancos, esa velocidad es asombrosa,
jamás imagino vivirla alguna vez, lo llena de adrenalina y lo obliga estar
atento a los cambios que muestra este viaje, un par de veces el dragón
cambio el curso cerca al oeste o al este.
Las horas siguen pasando, la anciana tenía razón, el trayecto que se
hubiera llevado a cabo en días, quizás semanas por el mal tiempo, se
estaba llevando a cabo en cuestión de horas.
-Hey tú, es hora de descansar- ya está atardeciendo, y sabe por
experiencia propia que los dragones son muy buenos volando de noche
como de día, pero hasta él sabe que los dragones necesitan descansar.
Praxedes lo mira irritado, ¿descansar ahora?, ni hablar, entre más
pronto lleguen a esas tierras más pronto estará cerca de su todo de
nuevo.
-Escúchame bien… tú…- trato de reprimirse para soltarle uno de sus
típicos insultos de buenas a primeras –el viaje es muy largo hasta
nuestro destino, y hasta un best… un dragón necesita descansar, y si
en medio del vuelo te colapsas jamás podremos traerle el médico celta
a Hiccup-
Tenía razón, pero eso no quería decir que le hacía muy feliz que
digamos el que la tuviera, gruñendo por lo bajo se dispuso a buscar una
isla y aterrizar en el bosque que la cubría, al volar no había visto una
población de humanos, por lo que no tenía que preocuparse en donde
aterrizar específicamente.
El bosque no era tan diferente como el de Berck, tal vez con más
helechos, fuera de eso era muy familiar.
Stoick bajo de su lomo y le quito la silla para luego preparar un
improvisado campamento, mientras lo hacia el dragón se perdió dentro
del bosque y no regreso hasta que había logrado prender una fogata,
en su hocico había varios pescados, para su sorpresa el dragón le
arrojo un par cerca y procedió a comer el resto.
-Uh… gracias- tardo quizás tardo un buen rato en procesar la acción del
dragón y más el tragar un poco de orgullo y agradecerle.
Praxedes lo miro sorprendido, no esperaba que se lo agradeciera, y
según los modales o formas de ser entre los humanos que Hiccup se
había la molestia de enseñar, más para que se evitaran conflictos
incensarios con su padre que porque realmente le importara que tuviera
modales humanos, tenía que devolverle el gracias, y claramente el
peludo pelirrojo no entendía de rugidos.
Fue un segundo en que las llamas lo envolvieran y la imagen del joven
hombre de cabellos negros y con apéndices de dragón apareciera ante
los ojos de Stoick, ciertamente ya lo había visto varias veces, eso no
quería decir que ya estuviera acostumbrado a este poco común
fenómeno.
-De nada- dijo apenas en un susurro, que apenas y el padre de su todo
pudo percibir, pero era suficiente para él.
Y en ese silencio, aunque no hayan hablado, cosa que les parecía mejor
para ambos porque sabían que muy probablemente si lo hicieran
terminarían con otra riña, no solo de gritos/gruñidos, sino también de
golpes, acordaron en trabajar en equipo y tratar de llevarlo de la forma
más tolerable posible, ya que no lo estaban haciendo por ellos, sino por
la persona más importante en sus vidas, lo hacían por Hiccup y
también por el fruto en su vientre.
Paso un rato más en que el silencio los gobernó, mirando el fuego
pensando cada quien sus cosas, uno en su hijo y en su futuro nieto,
otro en su pareja y su futura cría, pero pensaban una misma cosa, sino
fuera por Hiccup, esto, TODO esto, hubiera sido jamás posible.
Descansan, así la noche debería pasar más rápido, pero para Praxedes
alejado de su todo le es difícil conciliar el sueño, es una tortura no
estar a su lado, sentir su aroma y su calor, solo en las pocas horas de
sueño que logra olvida que no está en su presencia, y lo sueña, o tal
vez solo, simplemente saben que no importa la distancia, el uno está
pensando en el otro, y que se verán pronto, ahora deben conformarse
con sueños.
A la mañana siguiente se levantan temprano, el dragón no ha dormido
mucho pero eso no le importa, entre más pronto se marchen mejor,
pero no importa su impaciencia, su suegro le insta a tomar el desayuno
con amenaza de metérselo en el hocico el mismo sino come algo antes
de partir, el mismo experimento la impaciencia a la hora de viajar lejos
de casa, de su esposa y familia, pero la impaciencia no ayuda, y
descuidarse a uno mismo tampoco.
Sin darse cuenta se empezaban a llevar mejor, o al menos tolerarse lo
suficiente para no saltar el uno del otro y terminar más magullados a
más no poder.
Guardando las provisiones el vikingo de melena roja volvió a montar al
dragón que ahora compartía vida con su único hijo, que extraño era
pensar esas palabras, esa situación y todo.
La segunda vez no era tan malo, hasta podría decirse que se estaba
acostumbrando a este nuevo método de viaje, claro, había veces en
que el dragón tomaba sus propias decisiones y de repente se movía de
manera repentina y brusca lo cual se ganaba un zape. Lo que Stoick no
sabía ni se molestaba en reflexionar era que como en la superficie del
mar las brisas eran cambiantes y debías cambiar la dirección y posición
de las velas, en este caso las alas, aunque también, había veces en
que el dragón se vengaba de los zapes y de repente hacia sus
movimientos bruscos.
Volaron todo el día, habían avanzado mucho más de lo que Stoick
hubiera esperado, literalmente ya estaban sobre las costas de aquellas
tierras tan lejanas en la que se hubieran tardado semanas en barco si
hubiera habido mal tiempo.
Islas al sur, muy cerca de aquellos continentes lejanos a la tierra natal
de los vikingos, eran conocidas por tener una mescla heterogénea de
gente, había tanto algunos asentamientos de tribus vikingas como otros
pueblos que provenían de los grandes continentes, así como también
personas originarias de sus tierras.
Eh ahí donde encontrarían al celta amigo de la vieja sabía, estas tierras
también eran una isla, pero era mucho más grande que Berck, y si no
fuera por las indicaciones que les había dado ella, habrían perdido
mucho tiempo precioso.
Stoick ya había estado por esas tierras en varias ocasiones,
exploración, tratados y comercio, pero ninguna de las veces anteriores
le pareció tan importante como la misión que estaban llevando a cabo
ahora.
Para su buena suerte la aldea en que supuestamente vivía el viejo
conocido de la anciana sabia se encontraba en las costas que los
recibieron, aunque claro, no podían llegar así como así ya que podían
espantar a los residentes de aquellas tierras, los vikingos de Berck por
fin vivían en paz con los dragones, y la noticia de que no todos los
dragones eran enemigos y la gran aventura de Hiccup empezaba a
circular por las islas y tierras lejanas, aun había muchos que les temían
y/o aborrecían, así que para evitar problemas.
Había un espeso bosque cerca de las costas, un perfecto escondite
para el dragón que en medio del secretismo de la noche surco los
cielos y aterrizo en ese lugar.
-Por fin hemos llegado…-
El vikingo pelirrojo bajo del dragón, a pesar de que ya estaban en el
lugar, cerca del lugar, no podían simplemente ir, o al menos no podían
ir ambos, de nuevo, no todos reaccionarían de manera muy “amigable”
al ver un dragón, o a un humano con alas y cola con habilidades de
inhalar fuego por la boca, así que ir a buscar al celta era trabajo del
vikingo del equipo de esa misión.
-Ahora, ¿Cómo dijo esa anciana que se llamaba ese curandero?- se
preguntó Stoick tratando de hacer memoria, lo tenía en la punta de la
lengua, solo no sabíacómo pronunciarlo.
-Niels-
-¿Qué?, no, claro que no-
-Ella dijo Niels-
-Estoy seguro que no dijo eso, era algo mas como… ¿Nert?-
-No, no dijo eso-
-Mira dragón, de los dos yo soy mejor en el lenguaje humano, por
obvias razones, además, como líder de la aldea también tengo mucha
experiencia teniendo que recordar nombres-
Se quedaron mirando por un largo, ambos irritados, ya había sido rato
considerable el que no habían tenido una riña, aunque sea una de las
menos violentas en todo su historial.
-Grrr… lo que tú digas- cedió el de escamas negras, se lo había
prometido a Hiccup, o al menos intentarlo, no era su culpa que ese
barbas rojas resultara ser tan insoportable en ocasiones.
-Bien, descansaremos esta noche, mañana en la mañana empezare a
buscar a ese tal Nert-
-Pero…-
-Descanso primero, tú debes empezar a reunir fuerzas desde ahora para
el viaje de regreso, ahora no solo tendrás un solo pasajero, somos
forasteros en estas tierras y simplemente no podemos llevarnos a uno
de sus curanderos a la fuerza así como así-
Razonablemente estaba en lo correcto, pero para la impaciencia de un
padre primerizo… era detestable admitir que estuviera en lo correcto.
Decir que el dragón descanso bien aquella noche seria mentir, la
impaciencia y la ansiedad de apenas un par de días separado de
Hiccup era una tortura, en las pocas horas que durmió esa noche soñó
con su todo, y el consuelo de tenerlo en sus brazos y con el regalo de
su descendencia al fin entre los brazos de su todo era una cosa
increíble, solo ese pensamiento le renovaron sus energías.
A la mañana siguiente, con un nuevo e improvisado desayuno, conejos,
no eran los favoritos del dragón pero era lo que tenían más cerca de
conseguir, empezaron el día.
-Iré a buscar a ese tal Nert, quédate en el bosque, y no te metas en
problemas-
-Lo mismo-
Así que el dragón se quedó en el bosque, un día de ir y venir de un lado
a otro, ya había hecho varios surcos sobre la tierra, y el día seguía
avanzando, ¿Por qué se tardaba tanto el peludo rojo?
Oh dragón de escamas negras, tu suegro tampoco las tenía fáciles,
primero es presentarse correctamente como líder de su propia aldea al
jefe a la que está visitando y mostrar sus motivos de visita para evitar
ofensas y obtener la cooperación en su búsqueda, las formalidades
pueden llevar mucho tiempo, pérdida de tiempo para que al final tu
tengas que buscar por su propia cuenta al Celta ya que este no rendía
realmente cuentas a nadie, y no tenían paradero de este, tenía una
casa en la aldea pero bien podía estar en otra aldea atendiendo a otras
personas.
De eso sigue recolectar información que le dan indicaciones para
buscar al viejo, y cuando piensa que por fin sabe dónde está, le dicen
que este se acaba de ir a alguna parte diferente.
Las ventajas de vivir en una isla es que no hay muchos lugares a
donde ir, esta es una isla, pero mucho más grande que su hogar natal.
Tiempo, tiempo, tiempo, es algo que no tiene el lujo de desperdiciar, no
quiere y no debe, pero ese viejo no aparece, no es hasta que las nubes
tapan el cielo, y toma un pequeño descanso recargándose en una roca
del camino, que pasa un viejo pintoresco delante de él, largos cabellos
blancos atados en una trenza, una barba igual de larga en otra trenza,
y túnica gris desgastada, hubiera pasado desapercibido si no fuera por
el canasto rebosante de plantas y hierbas que está cargando, tener un
hermano curandero le ha enseñado que las hierbas no solo son
alimento de ganado, sino también ingredientes para ungüentos y
medicina.
Solo basta la mención de la anciana sabia para que este acepte
acompañarlos, es más de medio día, entrada la tarde, y el viejo dice
que no necesita mucho para atender un parto delicado, que es lo que
le dice que necesita su ayuda ya que, bueno, es algo difícil de creer la
historia verdadera que ha hecho que haya tenido que ir a buscarlo, se
lo ira diciendo en el camino, o cuando lleguen a su hogar.
Se adentran en las profundidades del bosque después de empacar
algunas cosas, equipaje ligero, le ha dicho que tiene un compañero de
viaje y que su medio de transporte no es de lo más… ortodoxo.
Cuando llegan a un claro es cuando vislumbran una figura alta, con lo
que parece una capa negra, el celta se detiene primero, algo le dice
que ese compañero del vikingo… es inusual.
-Así que ya pudo encontrar a ese tal Nert-
-Oh, en realidad mi nombre es Niels- corrige el anciano, acostumbrado
a que se confundan con su nombre.
-No digas nada- dice rápidamente el vikingo, mientras que el
compañero de negro sonríe divertido.
-Bueno, como ya le dije, emprenderemos viaje ahora mismo, la anciana
sabia nos dijo que usted es muy bueno en lo que hace-
-Hace mucho que no escuchaba de mi vieja amiga, ¿aún le gusta que
le den masajes en los pies?-
-Heeee… si-
-Oh si, recuerdo cuando éramos un par de décadas más jóvenes y…-
-Ejem, disculpe señor, pero, realmente tenemos que comenzar el
camino de regreso a nuestro hogar por el parto de mi hij… emm
Hiccup-
-Curioso nombre para una chica-
-Hiccup n…-
-Shhh Si, si… si no tiene más equipaje, podremos comen…-
-¡Maestro! ¡Maestro!- un grito resuena de repente cerca del claro, los
extranjeros miran extrañados a un muchacho que aparece, no tendrá
más de veinte veranos, es alto pero escuálido, tiene ropas similares al
Celta, cabellos enmarañados y ojos azules son sus únicas
características destacables.
-Oh pero si es mi discípulo-
-Al fin lo encuentro, me dejo muy preocupado, desapareció de repente,
y dijeron que lo vieron con un extranjero con cara de salvaje y… oh-
-Mervin, muchacho, tranquilo, una vieja amiga envió a por mí para que
la asista con un parto, aunque creo que es una excusa para revivir
viejos momentos entre nos jejeje-
-Eh, ¿podríamos dejar para después sus anécdotas por favor?- pidió sin
rodeos, como alguien que ya hubiera vivido una infinidad de veces esa
clase de situaciones el pupilo.
-De acuerdo, ¿en que estábamos?-
-En que ya nos vamos, ahora-
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?-
-Ya te dije muchacho, voy a ir a asistir a una amiga en un parto, la cual
vive lejos de estas tierras-
-Pero maestro, ¿así de repente?-
-Bueno, es un favor a una vieja amiga-
-Pero, pero…-
-Si quieres puedes acompañarnos-
-¿Qué?-
-Así no desatenderás tus estudios muchacho, y claro, adquirirás más
experiencia-
-Ya, como sea, puedo con todos, pero larguemos ya- dice exasperado el
de capa negra, ya se le ha agotado la paciencia.
-Si él no tiene inconvenientes, yo tampoco, y entre más rápido nos
larguemos-
-Pero las costas se encuentran muy alejadas, tendríamos que ir por
provisiones primero y saber cuánto durara el viaje-
-Creo que tienes razón muchacho-
-Nos ocuparemos de las provisiones en el camino-
-Pero, pero…-
-¡Ya, de una vez!- grita y ruge el de la capa negra, y extiende su capa…
que en realidad son sus alas que se extienden para sufrir esa
metamorfosis que siempre causa asombro a su todo, en este caso
provoca un grito al pupilo del Celta.
-¡Haaaa!- grita el muchacho mientras tropieza mientras retrocede
temblando como una hoja con lo que acaba de ver.
-Oh, eso sí que no me lo esperaba- comenta el anciano, está
sorprendido pero no hay miedo en su voz, al menos saben que no sufre
del corazón para no caer muerto con semejante… primera impresión de
su transporte y compañero de viaje.
-Bueno, como ya se habrán dado cuenta mi colega es un dragón, y uno
no muy paciente… y también nuestro transporte-
-¿Está loco?, ¡no subiremos en esa cosa!- protesta el pupilo, aterrado
de estar tan cerca de esa bestia tan temible.
-Oh muchacho, ¿Qué te he dicho?, crea experiencia, mucha experiencia,
¿y qué mejor experiencia que esto? Jamás me hubiera imaginado que a
mi edad montaría sobre un dragón-
Al menos no tendrían problema en convencer a ese celta en subir en el
lomo de Praxedes, en realidad tenía una mirada emocionada que les
recordaban a los niños de la aldea que reaccionaban alegres y
extasiados por volar en los lomos de los dragones por primera vez. Su
pupilo era todo lo contrario.
A este bien podían dejarlo, solo necesitaban al anciano.
-Muchacho, tranquilízate, yo confió en mi amiga, y si envió a estos dos
estoy seguro que no nos harán mal-
-Pero maestro, es un dr-dra-dra…-
-Si muchacho, un dragón, ¿y recuerda lo que te dije?, ve másallá de la
simple apariencia, este dragón es un claro ejemplo que las apariencias
engañan-
-De acuerdo maestro-
-Bien, ya estamos listos-
-Sí, sí, bueno, suban y agárrense bien, al principio puede ser algo…
¡turbulento!-
Ni bien se habían montado al lomo del dragón acomodándose apenas,
debían ir muy pegados ya que ahora eran dos pasajeros más uno
inesperado, que este se impulsó con un fuerte salto y alzo vuelo.
Los gritos no se hicieron esperar, no por parte del anciano sino por su
aprendiz, quien sin lugar a dudas tenía unos pulmones muy potentes.
Si no fuera porque ya se había cansado, y tubo el pequeño accidente
de tragar un insecto después de unos minutos de gritar, hubiera
continuado gritando durante el resto del viaje, dragón y vikingo se lo
pensaron seriamente en tirarlo al mar o abandonarlo en una isla en el
camino.
El sol se oculta y no han avanzado tanto como cuando es solo un
pasajero, es más difícil y pesado por obvias razones, además del
tiempo en que partieron ese día, así que acampan en la primera isla
que encuentran.
Ya asentados en un improvisado acampamento el anciano no deja de
tratar de sacar la mayor información al vikingo y al dragón sobre este
mismo, ¿Cómo lo hace? ¿Qué siente cuando lo hace? ¿Cuándo
descubrieron que podía cambiar? Es absolutamente fascinante… es
algo agobiante para los interrogados.
El joven aprendiz no la paso tan bien, al menos esta más silencioso y
algo mareado por el viaje, alimentos esa noche no prueba y estámás
preocupado de no expulsar sus entrañas con tanta vomitadera que
lleva, a Praxedes le recuerda a su pareja en algunas mañanas de sus
primeros meses de embarazado.
Qué tiempos aquellos.
El sol se alza a la mañana siguiente y es hora de partir nuevamente,
sino antes un ligero desayuno, sabio consejo del celta, nadie quiere que
en medio del viaje ocurra un accidente que involucre pintar el paisaje
de manera drástica, en otras palabras que el pupilo expulse las tripas
en pleno vuelo.
No recorren la misma distancia que fue cuando solo era un pasajero,
aun así es mucho másrápido de lo que hubiera sido un día en barco, el
Celta encuentra realmente agradable esta nueva forma de transporte, y
este animo se ve reflejado en todo el viaje ya que no ha parado de
hablar aun cuando en una de esas trago un insecto por accidente y
casi le choca en la cara una gaviota, curiosamente en la parte de su
anécdota donde contaba uno de sus viajes con su vieja amiga en
verano, la noche era cálida y se empezaban a dar las cosas, y el
dragón se inclinó justo en el momento en que esta historia iba a un
rumbo que los demás viajeros no querían escuchar justo cuando
pasaba un grupo de gaviotas.
La noche llega y acampan de nuevo, la rutina es la misma, incluido la
parte del aprendiz expulsando lo poco que lleva en el estómago.
Tardan un par de días más para ver aquella tierra que aloja al ser más
importante de su mundo, es lo que piensa el dragón y el vikingo al
mismo tiempo justo cuando ven los riscos de Berck, los barcos
pesqueros y el verde de los bosques en la lejanía, cada vez más cerca
con cada aleteo de la bestia que ama apasionadamente como el fuego
al humano-héroe-hijo que salvo a Berck.
Con la alegría a flor de escama, con la ansiedad de por fin ver a su
querido por fin después de tan largo viaje, aumenta su velocidad como
si en realidad no llevara a tres en su lomo y vuela tan rápido como en
todas las leyendas de antaño que contaban los vikingos para asustarlos
de sus ancestros, aunque no tan sigiloso, hay que recordar que tiene
un joven aprendiz de celta que no para de gritar cuando algo le parece
un poco aterrador.
Casi una semana, ha contado lo minutos, las horas y los días desde
que vio partir a su pareja y padre, y cada minuto, hora y día le parece
mucho más largo que el anterior.
Nunca se pensó del tipo que mira al firmamento esperando encontrar a
los que partieron a lo lejos y suspirar cuando no los viera, aunque se
encontró un par de veces haciéndolo, como esposa primeriza con
marido de viaje y embarazada… rayos, era justamente eso.
Eso no quería decir que siempre se encontraba haciéndolo, ya que se
encontraba ocupado, ya que su padre y dragón se habían marchado,
éltenía que atender algunas de sus responsabilidades junto con Gob,
aun había uno que otro problema entre tratos entre dragones y
vikingos, una que otra cosa como travesuras de dragones y vikingos, la
forma en cómo tratarse entre dragón y vikingo, curiosamente los
dragones presentaban menos problemas que los tercos vikingos a la
hora de dialogar con ellos.
Alguien siempre estaba pendiente de él, dragón o vikingo, o era Gobber,
alguna de las mujeres del pueblo como su tía o el grupo que tan
“amablemente” le había dado la plática, o incluso alguno de su
generación, excompañeros de entrenamiento, principalmente chicas, no
sabía si decir que si el sexo femenino tenía la mente más abierta y
aceptaba mejor su “condición”… o era otra cosa que prefería no
indagar.
En cuanto los dragones, algunos al parecer se habían autoproclamado
su guardia personal, sabía que lo estimaban a él y a Praxedes por
haber derrotado al malévolo dragón que prácticamente los tenia
esclavizados desde generaciones… bueno, tal vez si era normal que
estuvieran muy agradecidos, solo que él no estaba acostumbrado a
tanta atención, casi quince años siendo invisible prácticamente en la
aldea y de repente todos esos cambios y atenciones hacia él, eran
cosas que le descolocaba un poco.
Regresando a lo de su guardia personal, no es que todo y cada uno de
los dragones lo vigilaban de sol a sol desde que su pareja se fue a esa
misión , bueno, tal vez un par hacia eso, como el pequeño terrible
terror que siempre se la pasaba cerca de la casa desde que aceptaron
a los dragones en Berck, después de perdonarlo por haber ayudado al
pesadilla monstruosa en el atentado antes del ataque de la “muerte”,
era simpático y buena compañía, también el terrible terror que ataco su
antigua casa después de tratar un rato con él.
En realidad de los dragones esos dos eran lo que más pendiente
estaban de él. Tal vez una combinación de agradecimiento,
arrepentimiento, amistad y respeto, mas amistad y respeto hacia su
persona, había veces en que esos dragones y Praxedes se peleaban,
nada grave en realidad, un rozón por ahí y por allá, nada como para
que se saltaran a la yugular y tuvieran que lidiar con heridas graves.
Desde su ventana se puede ver casi toda la aldea, pero su atención
está en el firmamento, en el mar y en el cielo sobre este, hay docenas
de figuras volando, de nubes a gaviotas y dragones de diferentes
formas y tamaños, los dragones ya no atacan y los vikingos a su vez
ya no los atacan a ellos, trata de ver una figura familiar pero no la ve,
ninguno de escamas negras como la noche, ninguno como Praxedes.
En esta clase de situaciones agradece la compañía de ese par de
dragones, ya que la soledad es deprimente y lo hace anhelar
demasiado la llegada de su dragón de escamas negras.
Piensa en distraerse en alguna cosa, cualquiera que distraiga su mente,
últimamente ha encontrado entretenimiento en realizar adornos y
juguetes para su bebé, la anciana sabia le enseño a hacer móviles de
conchas, son bonitos pero para hacerlos más entretenidos les agrega
figuras de dragones, más específicamente pequeñas figuras de furias
nocturna, tal vez haga otra figura de trapo, ya ha hecho algo parecido a
un gato, pero Gob ha dicho que la cabeza era más parecida a la de
Prax que la de un gato, el color negro de la tela no ayuda mucho a
distanciar el obvio parecido, pero no importa, ese será uno de los
primero juguetes que tendrá su hijo, está bien que se parezca a su
padre.
Esta dispuesto a dejar de observar por la ventana cuando capta una
figura negra por el rabillos de su ojo, ¿Acaso es una gaviota? No, ¡Es
Praxedes!
No es el único en enterarse de la llegada del dragón y su líder, una de
las principales razones es la fácilmente reconocida silueta negra por
los cielos despejados, pero los gritos ensordecedores de cierto
pasajero.
Aterrizan en un claro cerca de la casa donde Hiccup inmediatamente
sale por la puerta para recibirlos, sus pasajeros apenas y tienen tiempo
para bajarse cuando el dragón sale corriendo a su encuentro, Stoick ya
se esperaba esto, más los celtas miran un poco extrañados la reacción
del dragón.
Por un momento el aprendiz entre las náuseas y ver las reacciones del
dragón vio a la chica de cabellos cortos y vestido café salir de la casa
corriendo como si volara, y el dragón literalmente abalanzándose a
esta, ¡oh por los dioses! ¡Se la iba a comer y nadie estaba haciendo
nada!
El dragón se levantó en sus patas traseras mientras que Hiccup
saltaba y le abrazaba por el cuello, el encuentro es una explosión de
afecto y amor, Praxedes arrulla a su pareja abrazándolo con sus patas
delanteras y ronroneando de dicha, o cuantos días le ha faltado este
calor de su todo.
-Oh, veo que le tiene mucho afecto a ese dragón- dice el celta
limpiando sus ropas, tropezó mientras bajaba del lomo de la bestia y
callo de sentón, no es una de sus peores caídas pero ya por la edad le
duele un poco el trasero.
-Eh, si, podría decirse… tal vez se me paso decir algunas cosas de este
caso-
-¿Qué cosa seria esa señor Stoick?-
Antes de que el pelirrojo pudiera responder delante de ellos el dragón
cambiaba a su figura humana y atrapaba entre sus brazos de nuevo a
la figura de lo que los celtas habían confundido con una chica, una
chica que en esos momentos estaba recibiendo un apasionado beso del
dragón, una chica que le estaba respondiendo gustosamente.
-Oh por…- el joven celta apenas y se lo podía creer, primero un dragón
transformándose en humano, ahora el dragón besándose con una
humana, o eso creía, a ella no le veía cola o las para decir que era
como el de escamas negras.
-¿Esto es a lo que se referia?-
-En parte si-
-¿Qué te dije chico? Una experiencia para tu aprendizaje irremplazable-
el anciano celta palmeo la espalda de su aprendiz, este sería un caso
de lo más interesante, o y eso que aún no sabían que la “chica” que
estaba siendo besada por el de escamas negras no era precisamente
una “chica”.
Oh bueno, más tarde se enterarían.
Por ahora que se quedaran sorprendidos por lo que estaban viendo, el
aprendiz parecía que le faltaba poco para que se le rompiera la quijada.
En esos momentos llegaba Gob, que como muchos otros ya estaba
enterado el regreso de su amigo y líder.
-Bienvenido amigo, ¿Cómo estuvo su viaje?-
-Sin muchos contratiempos… y, el dragón no presento muchos
problemas-
-Claro… o quizás eres tú el que no presento problemas-
-¡Gob!-
-Solo decía, solo decía… es bueno tenerte de regreso amigo, a los dos-
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Bien aquí están los extras number 4 si, si se que he tardado pero mi mama me juro quitarme la tablet, teléfono y la computadora si tenia que hacer un solo extraordinario y créanme que pase muy apenas matemáticas ¡cuanto las odio!.
Je je creo que mañana subiré el otro extra o puede que sea en una hora o dos
Chao Chao
ah una cosa más, me alegro todo el apoyo que le dan a la historia aunque el crédito sea para su verdadera autora, me alegra que haya otras personas como yo que les guste esta historia y yo por eso se las traigo ^_^.
Ahora si sin más remedio T_T Chao

Amo a un dragon (yaoi hiccup x Chimuelo) Autora MinimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora