Si tenía que decir con sinceridad,
ese día lo clasificaría como uno
de los peores de su vida, o sería
mejor decir noche.
Después de despedirse de
Praxedes regreso a la aldea como
siempre hacia cuando veía que
estaba por oscurecer, llegando a
los limites cercanos de su aldea
se dio cuenta que se encontraba
con mucho movimiento, más de
lo habitual como las otras tardes
o noches, y fue cuando miro al
cielo que se dio cuenta de su
descuido y se puso a correr tan
rápido como pudo hasta la
herrería.
Jadeante, sudoroso y cansado
llego y entro a ese lugar, donde
había supuesto, se encontraba
Gobber, y no se veía muy
complacido con su retrasó.
-¿Y bien?, ¿Dónde te habías
metido muchacho?-
-Yo… yo lo siento… estaba
pescando y me quede dormido-
se apresuró a decir, algo bueno
había venido de llegar fatigado,
así no se notaba si mentía o no,
aunque cierta parte era verdad,
ya que para poder traerle su
razón diaria a Praxedes habían
inventado una especie de corral
de peces, pero con redes, así
tenía acceso a pescado sin
levantar sospechas y darle de
comer al dragón, tal vez más
adelante le comunicaría a su tío o
padre de aquella pequeña
invención, tal vez ayudaría en
algo a la aldea.
-Y supongo que se te escapo el
pescado, típico de ti… ahora
ponte a trabajar muchacho, que
hoy es noche de luna llena-
-Sí, ya se-
Noche de luna llena, noche de
luna llena ¿Cómo es que estaba
tan distraído como para
olvidarlo?, atender al herido
dragón le había tomado mucho
tiempo y pensamiento, mal, muy
mal.
Sin necesidad que Gobber lo
mandara a cada rato empezó a
trabajar diestramente en aquel
lugar ayudando en todo a su tío,