Isabel volvía a su segunda sesión de terapia con la sicóloga María Dolores García en la hermosa calle Príncipe de Vergara número 208. Nuevamente llegó puntual, pero esta vez no la llamaron puntualmente.
Isabel– dijo la recepcionista. Lamentablemente tenemos un retraso en las horas, si quiere la reprogramo para otro día.
–¿De cuánto retraso se trata?– Preguntó Isabel.
–Máximo media hora–. Respondió la recepcionista, algo avergonzada.
–Bueno, no se preocupe, ya estoy acá–. Respondió Isabel. Entre ir y venir otro día, perderé más tiempo.
No sabía Isabel que esa media hora, sería como un tiempo extra, en donde recorrer sus paisajes interiores y madurar dudas y temores. El ambiente de la consulta era agradable, se sirvió un café y se puso a pensar en la sesión primera con la sicóloga. Ésta terminó relativamente bien.
En esa ocasión María Dolores le pidió crear un tiempo de esperanza, insistiéndole que tenía más a su favor que en contra de ella, que de ninguna forma estaba loca o en camino de serlo.
De lo conversado, un pensamiento le daba vueltas: No podemos cambiar nada hasta que lo aceptemos, ya que la buena vida es un proceso, no un estado permanente de la persona. Es como la alegría, no es un estado, sino son momentos, pequeños relámpagos en la noche oscura.
Recordó el encuentro con el fraile en la biblioteca. Era como una película, como algo que no era de ella, sino una historia de otra Isabel, parecía tan lejano. Pero no, era ella quien visitó al fraile, era ella quien pagó al chico uber los sesenta y cinco euros que tanto dolieron en su bolsillo. Era ella quien corría en la biblioteca tras el fantasmal fraile, tratando de saber quién era realmente.
Reconocía que en su vida había tomado algunas malas decisiones y se sentía un poco desanimada por ello, pues tuvo que asumir y enfrentar las consecuencias. Pero también recordaba haber disfrutado cuando había tomado decisiones acertadas y sin duda pudo ver los beneficios de ellas.
Ahora nuevamente se enfrentaba a un conjunto de decisiones, que podrían marcar su vida y que podrían ser equivocadas. Pensaba también en lo complejo de tomar determinaciones y el riesgo de que estas fuesen equivocadas. Tenía dudas de las historias, tenía dudas de tomar ese vuelo para conocer en Louvre esa famosa espada Joyeuse.
¿Cómo podría confirmar que la lanza sagrada, también conocida como lanza del destino, lanza de Longino o lanza de Cristo, era realmente sagrada?
¿Cómo esa enorme historia, con grandes personajes, se podría involucrar con ella?
¿Y si todo esto fuesen situaciones casuales, coincidentes, pero nada más? Las dudas iban y venían.
No quería sentirse de nuevo como inútil tras la derrota de una mala opción. No quería ser como el hijo pródigo, que tomó una mala decisión, se rebeló con terquedad, egoísmo y codicia. Perdió todo, pero también ganó al valorar su legado espiritual, el amor del padre por él, que fue infinitamente mayor que solo las cosas que antes parecían más importantes. Pese a todo algo bueno ganó, logró madurar por medio del sufrimiento.
Quería proponerse nuevos esfuerzos, para hacer las cosas lo mejor y tomar determinaciones acertadas, por eso había buscado ayuda con esta sicóloga, la que le daba gran confianza. Sabía que con esfuerzo y dedicación se podría ahorrar muchas dificultades si elegía con acierto ¿Y si fallaba en la búsqueda de MIGARA? Todos fallamos, debería ser un nuevo derecho humano, que acojan nuestra vulnerabilidad y debilidades.
Isabel, luego de estas reflexiones, estaba por tomar una resolución: seguir con el proceso al que la invitaba el fraile. Pero las dudas saltaban como insectos en la noche ¿Y si todo era un engaño muy bien orquestado? Si fallaba, había concluido que lo tomaría con santa paciencia, simplemente porque el error es parte de la razón por la que estamos aquí en esta vida: aprender y crecer.
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El Misterio de Migara
AléatoireEste libro no es una novela, no está centrada en una narración literaria de carácter ficcional, con el con el fin de entretener y brindar placer estético al lector, sino que es una experiencia Novelada. Es de alguna forma una experiencia novelada ps...