Yongbok miró a su madre y a su padre, los tres estaban comiendo bajo un intenso silencio que comenzaba a marear a la menor.

De alguna manera, la niña había convencido a su tía para que la secuestrara un par de días. Dos míseros días en los que al menos pudo dormir un poco tranquila en compañía de Innie. Sus pesadillas no la despertaron a mitad de la noche sin embargo, su escape se vio entorpecido porque al tercer día, su padre la buscó.

Entonces, ahora en el presente, Yongbok no podía pasar desapercibida la tristeza en los ojos de su madre y la conmoción en los de su padre. Entendía que todo entre ellos estaba revuelto porque ella sabía algo que ellos no, o bueno, uno de ellos no. Así que no podía evitar pensar en tomar cualquier momento para confrontar a su madre y darle punto final a todo su drama, pero ni siquiera tenía idea de cómo hacerlo.

«¿Lo digo y ya? ¿Debería enseñarle la bandeja de Chat? ¿Uso a Kyuyoung para poner el ejemplo?». Pensó.

Suspiró una vez más, sintiendo el nudo en su garganta que le exigía hablar y soltarlo. Sus dedos se aferraron más al frío metal de la cuchara y sus dientes se clavaron dolorosamente en su labio inferior.

—Llamaron del colegio... —avisó su padre, cancelando toda posibilidad de confesión.

Yongbok dirigió la mirada por completo al hombre. Los ojos cariñosos de hace unos días no estaban ahí. Quiso pensar que se debía a un mal día en su trabajo, pero aquello no quitaba el hecho de que se sintiera espeluznante.

—... Es fin de curso y reprobaste cinco materias, Yongbok-ah —bajó los palillos—. Estoy decepcionado...

Los ojos de la niña se aguaron y el nudo en su garganta le impidió siquiera disculparse, quedándose únicamente en silencio mientras esperaba por la continuidad de aquellas palabras.

—... Presentarás los exámenes de recuperación y por esta semana tu tía no vendrá a casa... —declaró.

Sus cejas se arrugaron, incomprendida, miró hacia su madre, pero esta simplemente volteó la mirada y se levantó de su asiento para ir a la cocina.

En otro escenario, Lina se habría puesto a discutir con su esposo para defenderla y los dos llegarían a un acuerdo donde todos terminarían felices y contentos. Pero ahora Yongbok había creado un muro con su madre que iba a ser imposible de tumbar, sólo porque le convenía.

—... No habrá vacaciones y asistirás a clases extracurriculares para nivelar tus conocimientos con el resto de tu clase —explicó—. Sí tienes alguna queja o te sientes en desacuerdo, no me importa, tienes que comenzar a madurar.

—S-sí, papá.

Su mandíbula tembló, pero se resignó a la derrota. Para ella, la situación en la que estaba envuelta, era una completa injusticia. No podía mantenerse concentrada en clases y buscar mantener el equilibrio de la vida de sus padres. Era una tarea muy difícil y la pequeña de cabellos celestes era demasiado inocente como entender que no tenía ese poder que ella pensaba era poseedora.

—Iré a mi habitación.

Recibió el asentido de su padre y se marchó. No se puso a llorar como había imaginado que sería, contrario a ello, sólo se vio envuelta en un lagrimeo fastidioso que no la dejaba ver con claridad el camino frente a ella.

Se tiró en su cama y tomó su teléfono. Al menos no se lo habían castigado y si era necesario, estaba dispuesta a volverse mansa y atender a todo lo que se le pidiera con tal de poder mantenerse en contacto con la única que la entendía en ese momento, su tía Innie.

Su viaje hacia el chat de su tía se vio interrumpido cuando la notificación de un recuerdo se desprendió de la parte superior de su pantalla. Deslizó su dedo y el cuadro de notificación se notó por completo.

"Recordatorio: visita al spa con mamá"

—Oh.

Recordó hace unas semanas atrás. Ella y su madre habían salido a pasear. Lina la había llevado al centro comercial, la llevó a una estética y se hicieron las uñas iguales. Habían pasado un maravilloso día madre e hija por cortesía de Seungmin que había olvidado su billetera en la casa. Y habían prometido visitar un spa luego con el único propósito de quejarse sobre el Kim y organizarle una fiesta por simplemente existir.

Pero ya no iba a ser posible.

Se tensó cuando escuchó el motor del auto de su padre y sintió la tensión del denso silencio de la casa. Parecía que era la única y aunque por un momento lo agradeció, también se llenó de temor. No estaba acostumbrada a la soledad, es más, no le gustaba, así que rápidamente se dirigió al contacto de su tía y la llamó.

—Bokkie, me tenías preocupada.

—Me tienen castigada, al menos tengo su atención —bromeó.

—Oh, cielo, no digas eso... Tu padre me puso al tanto de tu situación, ¿es por lo de Lina? —indagó.

—Sí —murmuró—. ¿Sería prudente preguntarle a Channie cómo le hace para soportar la infidelidad de su padre?

Escuchó la risa de su tía y sonrió de la misma manera miserable, aliviada de saber que al menos aún tenía un poquito de sentido del humor.

—No lo hagas, Bokkie, oye, hagamos un trato —sugirió—. Te llevaré a comer helado y te compraré ese teléfono que quieres si pasas tus exámenes con buenas notas, ¿qué dices?

—Digo que papá y Lina... mamá, terminarán mandándote a los Estados Unidos, de regreso... Pero acepto —sonrió.

Oy, mi pequeña es tan inteligente como yo —fingió tener la voz llorosa.

La menor continuó riendo ante las nuevas ocurrencias de su tía. Había pasado un largo tiempo desde la última vez que rió y ahora tenía un dolor de estómago soportable, pero incómodo. Afortunada o desafortunadamente, su tormento terminó cuando el timbre horroroso volvió a sonar en la lejanía de su escritorio.

—Le llegó un mensaje —avisó.

—Bokkie, no creo que sea buena idea que sigas viendo esos mensajes.

—¿Y si terminan y Lina decide volver con papá?

Bokkie...

Su intervención no funcionó, claramente. Yongbok se levantó de la cama y se dirigió al escritorio. Encendió la pantalla y abrió directamente la bandeja de mensajes donde, como era de esperarse, el único chat activo era con el "Bebé".

"No me gusta verte triste.
Deberías intentar arreglar las cosas con tu hija".

"Bokkie me odia ahora mismo y no sé qué estoy haciendo mal.
Quizá debería darle espacio.
¿Habré sido muy sobreprotectora?"


"No lo creo.
Eres la mejor mamá que he conocido en mi vida, ella es afortunada de tenerte".

"Oh, por dios, no seas tan cursi, me voy a empalagar".


"Te gusta, lo sé.
Por cierto, todo es aburrido por aquí, ¿no quieres venir? Mi esposa no está".

"Uuuh será la próxima vez, bebé, no pienso abandonar a mi hija ahora".


"Bien, volveré a mi aburrida vida.
Te amo".

"Mantente fuerte.
Te amo".

Yongbok apagó la computadora y volvió a su cama, presionando los dedos en su teléfono. Se dio cuenta de que había colgado la llamada con su tía, pero en lugar de llamarla de nuevo se dedicó a escribirle, sintiendo nuevamente esa brisa de celos y molestia. Fueron aproximadamente cinco minutos cuando su puerta fue tocada. No respondió, pero igualmente la misma se abrió y su madre se asomó. Ambas se miraron a los ojos por un rato, bajo un silencio agotador. Lina finalmente reaccionó y dejó una bandeja de panecillos de chocolate sobre la mesita de noche. Caminó de vuelta a la salida, pero se detuvo un instante, aclarando la garganta.

—Te amo, Bokkie.

EL AMANTE DE MAMÁ [skz family universe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora