Yongbok casi se puso a llorar cuando vio al personal de las tiendas llevándose los obsequios de regreso. Y se culpaba a sí misma por no poder controlar sus nervios y terminar confesando la verdad cuando su padre no dejó de mirarle durante la cena.
Ahora veía con tristeza el ramo de rosas en medio de la mesa de la sala de estar. Agradecía que al menos ese regalo no pudo ser devuelto y pudo quedarse satisfecha porque su padre no la regañó con el salvajismo que imaginó, no obstante, no pudo evitar sentirse mal cuando los escuchó hablando sobre su repentina rebeldía desencadenada.
El timbre de la notificación sonó en el teléfono de su madre que estaba cercana a ella. Su padre ya estaba en el trabajo y ella debía irse a las clases extraordinarias en un par de horas, así que no le supo descabellado que aquella hermosa sonrisa ajena se debiera al fulano insufrible del que ya conocía su identidad y que empezaba a odiar mucho.
Se levantó de su sitio con el pretexto de ir a su habitación. Se encerró y abrió la computadora tan rápido como se sentó para ver aquello que tanto hacía sonreír a la mujer en la sala.
"Yo no habría devuelto los regalos.
¿Quieres algo? Dímelo y te lo compraré sin rechistar"."Entonces cómprame un edificio y una isla".
"Lo haré, cariño, espera las escrituras a tu nombre".
"Dios, vuelve a tus asuntos".
"¿Aún están en pie los planes de vernos el sábado?"
"Sí, te lo prometo, esta vez no se nos arruinarán los planes, tu esposa es un poco insolente por venir tan de repente".
"Lo sé, dijo que realmente no podía retractarse.
Igualmente, pronto le pediré el divorcio, estoy harto de ella"."Y yo de mi esposo.
Nos vemos el sábado.
Te amo"."Te amo, Lina".
Reaccionó cuando sintió la punzada dolorosa en la punta del dedo. Yongbok se miró y distinguió la línea de sangre que empezaba a chorrear a causa del mordisco bravo e inconsciente que terminó por desprender parte de su uña. Cerró la pantalla de la computadora y se dirigió al lavabo del baño para enjuagarse y lavarse.
Su pecho estaba oprimido y el nudo en su garganta era espantoso. Sus anhelos sobre la resurrección del amor entre sus padres se había arruinado por completo y ni siquiera había comenzado bien. Podía recordar y entendía las palabras de su tía Innie sobre el hecho de que no era correcto forzar algo que ya no estaba destinado a seguir. Era doloroso aceptar la derrota, pero se volvía muchísimo peor porque no se trataba de un simple juego de patio, si no, la estabilidad de su propia familia.
No quería crecer en un hogar roto. Quería tanto a su madre como a su padre. Los quería juntos y quería vivir junto al calor de ambos, porque le resultaba un martirio asfixiante cuando su padre se iba de la casa. Se negaba al hecho de que no los vería a los dos diariamente y se le rompió el corazón cuando de nuevo los mensajes llegaban a sus recuerdos.
—Bokkie, ¿por qué... ¡Oh, dios! ¿Qué pasó?
Sus ojos estaban ahogados en lágrimas y lo único claro para ella fue la voz llena de preocupaciones de su madre. Sintió que le tomó la mano y enjuagó con delicadeza como cuando llevaba una herida común.
—Oh, mi amor, ¿te duele mucho?
—S-sí.
Los sollozos empezaron a salir sin filtro alguno, volviéndose luego un llanto desconsolado y deprimente. Lina tragó duro y se dio cuenta de que aquel brameo no era para nada a causa de la herida puesto que su linda niña sólo siseaba y rechinaba los dientes cuando la trataba.
Terminó de lavar, colocó un poco de merthiolate y le puso una curita. Ni siquiera tomó en cuenta que su relación no era la mejor desde hace unos días. Lina simplemente la abrazó y se dejó ser aplastada por los debiluchos brazos de su hija.
La encaminó hacia su habitación matrimonial y acomodó la cama sin dejar de ser abrazada por la menor. La acostó y se acostó con ella comenzando a dejarle mimos como cuando era una bebé a la que le dolía el estómago.
Había pasado un buen rato desde la última vez que Yongbok sufrió de esa manera y habría sido más llevadero si tan sólo su madre supiera por qué lloraba, pero la niña muy apenas podía respirar entre su llanto.
Eventualmente, Yongbok se vio atacada por el cansancio. Poco a poco su brameo bajó su intensidad y sus ojos se fueron cerrando hasta que se quedó dormida sin intenciones de soltar a su madre. Lina le acarició los cabellos y alcanzó su teléfono, sintiendo el nudo en el pecho y el estómago revuelto por la condición de su bebé. Le desesperaba no entenderla y pensar en la posibilidad de que aquellos cambios se debieran a un mocoso, la molestó.
Alcanzó su teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón y ni observó detenidamente la pantalla. Sólo marcó aquel número conocido para ella y esperó paciente a que fuera correspondida.
—¿Hola?
—Cariño, trae helado de Choco menta cuando vuelvas a casa, por favor.
—¿Está bien?
—Comenzó a llorar con mucho sentimiento y ahora está dormida —explicó.
—De acuerdo, voy en camino.
—Gracias, cariño.
La llamada terminó y Lina ni siquiera buscó la posibilidad de soltarse. Se mantuvo junto a la pequeña por un buen rato hasta que escuchó el ruido de la puerta principal. Luego las pisadas sonaron más fuertes hasta que la presencia de Seungmin se asomó. Sus cejas se arrugaron cuando vio la escena en su cama y se acercó para dejar un casto beso a su mujer.
—¿Qué pasó? —se interesó.
—No lo sé, tuvo un accidente en la mano, pero luego comenzó a llorar desconsoladamente.
Kim suspiró. Se quitó la chaqueta y rodeó la cama hasta acostarse en el otro extremo, dejando a la pequeña en medio de los dos. Yongbok ya era grande, tenía su propia habitación y ya no necesitaba de sus padre como cuando tenía tres años sin embargo, en ese momento, la de cabellos celeste era tan frágil y débil a los ojos de sus padres.
—Salgamos los tres el domingo —sugirió Seungmin—. Podemos ir al parque de diversiones.
Lina le miró con duda. Notando como la mano de su esposo buscaba a la suya. Lo pensó un rato y le dedicó una suave sonrisa antes de tomar la mano ajena y asentir.
—Está bien, cancelaré mi asistencia a la clase el domingo... Todo sea por Bokkie.
Seungmin le regresó el gesto y besó sus nudillos con calma. Sus anillos rozaron cuando entrelazaron sus dedos y se quedaron en calma mirándose a los ojos mientras su hija seguía dormida, mostrándose mucho más calmada.
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EL AMANTE DE MAMÁ [skz family universe]
Fiksi PenggemarDonde Yongbokkie -ya una estudiante de secundaria-, se ve envuelta en una loca travesía cuando recibe el mensaje de un desconocido a través de la cuenta de su mamá. ∆ Historia originalmente mía. ∆ Sólo entretenimiento. ∆ Capítulos cortos. ∆ Universo...