( 002 ) ━ death walks among the living.

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No le temas a la muerte

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No le temas a la muerte.
Solo se muy, muy cuidadoso
con ella. - consejo de Dagda
a Rowena Sorrengail en su
primer año como jinete.

Rowena había sabido desde una temprana edad que era diferente a sus hermanos.

Mientras utilizaba algunos pasadizos secretos que solo los muertos conocían, Rowena se deslizó entre las penumbras para volver al Colegio de Guerra de Basgiath sin que nadie supiera exactamente a donde había ido, porque sabía que su ausencia sería demasiada notoria, así que por lo menos nadie tenía que saber el sitio exacto al que había ido. Y sin poder evitarlo, mientras caminaba entre aquella pared rocosa, húmeda y oscura, su mente revivía la plática que había tenido con su madre, la ira y la frustración la había inundado ante su última orden. Porque para su madre, mientras Brennan siempre fue su cielo, Rowena era su infierno.

Brennan había sido cálido como el sol, un alma noble y cariñosa. Por otro lado, Mira era una guerrera nata, mordaz, feroz y protectora. Violet su dulce hermana menor, tenía un cerebro curioso y analítico que siempre estaba activo, mientras tanto Rowena... siempre había sido... más oscura que sus hermanos. Rowena siempre había creído que había nacido dañada, rota tal vez, porque desde que tenía uso de la razón una ira inagotable e infinita la consumía. Era una cascarrabias, siempre enojada, siempre molesta, era una ira que cuando niña no sabía controlar y que siempre terminaba metiéndola en peleas, siempre rompiendo algo, siempre creando conflictos. Pero ahora aquella ira era como un combustible infinito que le permitía seguir adelante.

Tal vez por ello había logrado llegar tan lejos.

Tal vez por eso un dragón como Dagda la había escogido.

Su vínculo, desde que el enorme dragón la había escogido en la Trilla en su primer año había sido demasiado poderoso e intenso. Rowena jamás había conectado así con alguien, de forma natural como si estuviera destinado a pasar. Pero con los dragones nunca sé sabia nada con certeza. Siempre llenos de secretos y enigmas y aunque Dagda le contaba las cosas que podía, habían temas que no eran para oídos humanos.

Cuando salió finalmente devuelta a un oscuro pasillo de la Escuela de Guerra de Basgiath, Rowena miro al fantasma que había dejado como guardia.

Y este le devolvió la mirada.

Su sello, le había quitado una venda de los ojos que ni siquiera sabía que existía y desde que este se manifestó Rowena era capaz de ver a los muertos vagando entre los vivos. Los fantasmas o los no muertos u espectros, como fuera que le digieran, estaban en todas partes y generalmente, estos incrementaba cuando ciertos eventos que atentaban contra la vida humana sucedían. Su sello parecía complejo, pero las cosas eran más simples de que parecía. Los difuntos existían en un plano, la raza humana en otro, y de algún modo (ya sea por un extraño accidente, por algún trastorno psicótico, intervención divina o por los dragones) ella existía en los dos. Simple. Nada de trances, nada de bolas de cristal, nada de canales que llevan a los muertos de un plano al siguiente. Y como Rowena los veía, ellos eran capaces de verla.

INFERNAL  ─── fourth wingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora