Capítulo 7

18 4 0
                                    

El problema estaba en el departamento de empaques, donde los pedidos estaban muy saturados debido a retrasos en envíos anteriores.

Al menos un problema resuelto, salí de la oficina y me dirigí a ver a mi papá. Estaba tan cansada, tanto física como mentalmente. No solo tenía que lidiar con el problema y comunicárselo a los clientes (algunos molestos, otros comprensivos), sino también tomar medidas disciplinarias con los trabajadores. Aunque no abordé el tema del dinero, los hice trabajar una hora extra.

Cuando llegué, mi padre estaba frente a la computadora, revisando algunos documentos. Me miró y me sonrió. Puede parecer un hombre intimidante para cualquiera, pero si alguien lo viera sonreírme así, se sorprendería.

—¿Nos vamos? —le dije a mi padre.

Me senté en una de las sillas cerca de su escritorio, exagerando mi cansancio. Suspiré y me llevé la mano al pecho como si me faltara el aire, luego me deslicé en la silla para recostarme un poco.

—No seas dramática, Eileen —me dijo en un tono que decía "ya sé lo que estás tramando". —Sí, nos vamos. Solo termino de ver un documento y listo.

—Bueno papá, yo espero —me volví a sentar correctamente y empecé a pensar en Zoilo.

Zoilo... ¿Qué tiene ese chico que me hace sentir así? Quiero tenerlo conmigo, hablar siempre con él, estar con él, hacer cosas juntos... tiene algo especial. Es demasiado guapo y atractivo; cualquiera diría que es un chico que llama la atención de muchas chicas. Espero que no sea así; quiero que sea solo mío, y lo será.

—¿En qué tanto piensas? —me preguntó mi padre. Ya había guardado sus cosas y se estaba preparando para irse; ni cuenta me di.

—Oh, nada importante, solo cansancio —dije algo nerviosa. ¿Se notará que estoy pensando en Zoilo?

—Desde que viste a ese chico, te he visto muy distraída —comentó mi padre.

—Pero si apenas te he visto —contesté.

—Tal vez no a mí, pero yo sí a ti.

—Ay, papá... —dije avergonzada.

—Vámonos —hizo una señal con la cabeza indicando la puerta.

En camino a casa, algunos trabajadores aún estaban en la empresa. Nos despedimos de algunos antes de subir al auto. Llegamos a casa y mamá aún no había regresado. Me fui a mi habitación para ducharme, cambiarme y recostarme en la cama mientras escuchaba música y leía.

Pasó un tiempo antes de darme cuenta de que mamá había llegado; fue entonces cuando mi padre me llamó para bajar.

Bajé y vi a mamá sentada en la sala con papá, hablando de su restaurante, el famoso "Defamily". Es un restaurante con un ambiente agradable y está ubicado en el centro de las ciudades más ricas del país, donde hay mucha población.

Cuando se dieron cuenta de mi presencia, mamá me saludó con una dulce sonrisa y se levantó para darme un beso en la frente. Me preguntó cómo me había ido en el día y si quería salir a comer o si ella haría la comida. Como sé que a mamá le gusta cocinar, es su pasión, opté por que ella cocinara.

Preparó la comida y cenamos juntos, estábamos en la sala compartiendo diversos temas y teniendo las típicas conversaciones familiares.

—¿Por qué estás tan contenta ahora, Eileen? —preguntó mamá.

—Siempre he estado así —le dije, ¿más contenta?

—Yo creo que sé por qué —respondió papá sonriendo como cómplice y volteándose hacia mí.

Rápidamente me sonrojé. ¿Será que se nota que paso pensando en un chico? ¿O no?

—Ah sí, cuéntame entonces —le dijo mamá a papá con curiosidad.

—Es por un nuevo vacante que acaba de ingresar a la empresa, ¿no es así Leen? —Me miraron los dos y rápidamente me sonrojé más, sintiendo los nervios a mil.

Solo los miré y dije: —Ya terminé, iré a mi cuarto.

Ambos soltaron unas carcajadas y mamá dijo: —¿A poco te enamoraste, Evangeline? —Es mi primer nombre y a ella le encanta ese nombre; lo vio en una película y ahora lo llevo yo.

Precisamente en la película de La Princesa y el Sapo.

—Mami, ¿por qué me pusiste Evangeline? —pregunté.

—Porque cuando te enamores, quiero que esa persona se enamore tanto de ti que cuando te vea solo piense en una canción de amor, que vea que eres única y especial, que no hay otra como tú —decía mi madre con amor—. Que cuando él mire la estrella que más brille en la noche se acuerde de ti, porque eso eres, brillante.

—Mi papi me dijo que Eileen también significa "brillante", mami —le dije tan contenta y dando saltitos de emoción.

—Es que lo eres princesa; eres nuestra Evangeline Eileen —y me besó en la mejilla derecha, después la abracé.

Mi padre dijo unas cosas que ya no logré escuchar. Terminé de subir las escaleras y me fui a mi cuarto. Me acosté y miré al techo. ¿Qué tiene ese chico para que solo verlo me haga sentir especial o motivada? ¿O quizás darlo todo por él?

Convertido en obsesión (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora