un reencuentro amargo

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¿A caso mis ojos me engañaban?, ¿En verdad era ella?.

TN: ¿M-Merlin?...

La mujer que recién hizo aparición desvió la mirada por unos segundos hacia el chico

La mujer que recién hizo aparición desvió la mirada por unos segundos hacia el chico

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Una mirada que rápidamente hizo que sintiera un ligero dolor en mi pecho...
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Una mirada de desconcierto.

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Lo sabía, se que ella no me recordaba, Pero... Duele, Duele saber que la mujer que amas no te recuerda.

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Y peor, que si lo hacía, nuevamente volvería a olvidarme.

La hechicera sin algún interés extra regresa su atención a la otra mujer.

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Merlín: responde Viviane, ¿En dónde está la princesa Elizabeth.

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Vivian estaba inmóvil como si una fuerza la estuviera sosteniendo, volviendo inútiles sus movimientos.

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Vivian: ¡En el cuarto de rey!, ¡Está en el cuarto del Rey!...

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Merlín baja la mano haciendo que Vivían sea soltada por lo que sea que la detuviera, para luego caer al suelo y salir corriendo.
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Merlín: ahí tienen, ahora ya saben dónde está.

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Arturo: ¡ella está escapando!.

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Meliodas: ella, no importa, lo importante es rescatar a Elizabeth de inmediato.
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Merlín: entonces no perdamos más tiempo.

Con un chasquido Merlín trono los dedos para luego todos ser teletransportados hacia una gran puerta, correspondiente a la habitación del Rey.

Meliodas: ¿En dónde estamos?.

Margaret: afuera de la habitación de mi padre.

Merlín: intenté teletransportar nos dentro Pero nos desviaron, este hechizo debe ser obra de esa aprendiz.

Meliodas: muy bien, alejense un poco.

TN: ¡Espera Meliodas!.

TN lo jala de la camisa hacia atrás para ser el quien intente abrir la puerta.

Merlín: tu también deberías esperar, aún con los poderes del capitán no podría derribar está barrera es el cubo perfecto, es un hechizo del mundo demoníaco y puede anular cualquier poder, y tampoco se quién eres Pero puedo asegurar que tú tampoco podrías...-

TN se acercó como si nada hacia la puerta para luego abrirlo sin esfuerzo.

TN: ya está.

Maldita MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora