Señor del Infierno [Naruto x Hazbin Hotel]

Capítulo 7

Narra Naruto

Llovía ... era un torrencial de agua que caían constantemente contra mi, ¿podía hacer algo más que gimotear? Nada.

*escarbar* *escarbar*

- Grrr.

Ahí me encontraba yo, abajo del cuerpo colgado en un árbol de mi madre, muerta, aun tenía el cordón umbilical en mi ombligo. Recordaba bien aquella vez, naci en la guerra, en el dolor y sufrimiento.

Un oso me había atacado pero eso no bastaba para mi, de un momento a otro su cuerpo cayó muerto y yo fui directo hacia el para comerme la carne.

*pasos* *pasos* *metal*

- Grrr graaagh

- Mi señor, ahí esta.

- ¿Es el hijo de aquel hombre?

- Si, así es.

Recuerdo bien, intentaron apresarme a pesar de ser un bebe, je, supongo que era algo gracioso debido a la situación. No recuerdo bien que paso pero lo que si se fue que había matado a uno de los hombres de aquel sujeto.

Nunca olvidare su rostro.

Me apresaron como perro, me trataron peor que la escoria y me torturaban para ser fiel a Dios.

Mientras crecía, aprendía a leer y a escribir por mi mismo, incluso hablar. Si, yo era un salvaje pero eso no me impedia tener educación. ¿Verdad?

Cría cuervos y te sacaran los ojos.

Cuando apenas tenía 5 años mate a los guardias de mi ""cárcel"" y robe sus armas, no quería escapar, quería matar a ese hombre quien me secuestro de madre.

- Matar.

Era la única palabra que sabia, sin embargo no me importaba en lo más mínimo.

Muerte, sangre, caos y destrucción, era todo lo que yo causaba a mi paso. No importaba cuantas veces ellos intentaban pararme, los abría en canal y seguía y seguía hasta el salón del trono.

- ¡¡Ahhh!!

Mi cuerpo era escuálido, pero podía levantar la espada más pesada de todas, y como si fuera un papel lo había lanzado directo contra uno de los cancilleres de ese maldito.

Desgraciado, lo estaba apuntando al maldito rey.

Para mi desgracia se amordazaron con placas metálicas y a pesar de que intentaba hinchar mi mandíbula para romperla este era una aleación más fuerte.

- Señor debemos matarlo, es un peligro.

- No, es una bestia, y como tal debe ser tratada como tal. Para que sea el Adalid de Dios.

Cuando cumplí los 12 años esos bastardos me sacaron de la cárcel, me entrenaron y enseñaron el arte de la espada, me enseñaron el camino a seguir siendo un fiel devoto a la voluntad del estupido Dios.

Estupido. Dios no existe, y si fuera así entonces yo mismo lo deboraria

Año tras año iba aprendiendo la cultura humana, sus guerras, sus líderes, sus estrategias, su concepto de vida, todo. Ya no era un maldito salvaje, ahora era una persona normal y tranquila en aquel entonces pero en ese entonces yo era un maldito bastardo.

¿Porque?

- AHHHHH.

Delante de mi una madre y su hijo intentaban huir de mi, eran herejes me repetía constantemente en la cabeza mientras mi espada ansiaba sangre.