-Capítulo VII

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Tras cerrar la puerta, Yugi volteó a ver a su amigo Joey.

- Dejame adivinar que vas a decir "Es un Alfa, no sabes lo que haces, es una raza peligrosa"- dijo el oji-amatista imitando la voz de Joey.

- ¡Guau!, no sabía que tenías ese don - respondió el oji-miel en tono sarcástico.

- Ya basta Joey, si, es un alfa, ¡¿Y qué?!, mírame, ni siquiera me tocó, talvez no sean personas tan horribles como nos lo han contado - su amigo ya lo estaba hartando, todo el tiempo se la pasaba diciendo lo cuan peligrosos son los Alfas, y él se iba a encargar de demostrarle lo contrario.

- Si, no soy ciego, pero recuerdas aquella vez, no quiero que pases otra vez por lo mismo, entiende - al no escuchar un respuesta de Yugi continuó - Ash, sabes que Yugi, hagamos un trato, si ese tipo que llega a lastimarse en los prontos cinco meses, olvidate de que seré quien te protega, ahí verás como resuelves tus problemas - dijo el rubio alzando la mano para cerrar el trato.

- Está bien, pero si no me hace nada en esos cinco meses, me dejaras de molestar con lo de la pastilla para siempre y me tomaré unos meses para descansar, estoy cansado de esto - dijo Yugi tomando la mano de su amigo, muy bien, que inicie el juego.

Yami estaba tranquilo en su casa cocinando, el fin de semana había llegado, de repente, un sonido de una notificación llamó la atención del Alfa, por lo que dejó la sartén a fuego bajo para ir a ver su celular, que estaba en la sala, prendió su te...

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Yami estaba tranquilo en su casa cocinando, el fin de semana había llegado, de repente, un sonido de una notificación llamó la atención del Alfa, por lo que dejó la sartén a fuego bajo para ir a ver su celular, que estaba en la sala, prendió su teléfono y se dió cuenta que los mensajes provenían de un número desconocido.

Número desconocido.

Hola, soy Yugi, ¿Te gustaría conversar un momento?

Puso el teléfono en su pecho, no podía creerlo, una celebridad quería hablar con el, estaba emocionado, así que tan pronto leyó el mensaje se dedicó a contestar.

Yami: Claro que sí, ¿De que quieres conversar?

Yugi: Emm...la verdad nose, es que últimamente he estado peleando mucho con mi amigo y necesito charlar con alguien más.

Yami: Oh, y no tienes más amigos.

Yugi: No, el único que tengo es Joey.

Yami: Te comprendo, yo no tengo tantos amigos al igual que tú.

- Bien, vamos por buen camino - dijo Yugi en voz baja, tenía cinco meses para demostrar que el Alfa no era una amenaza, igual, que malo, podría pasar, Yami no era alguien que le importe, solo quería descansar, pues desde que comenzó su carrera solo hacía lo mismo todos los días: cantar, viajar y grabar, por lo está era oportunidad tendría que aprovecharla sí o sí.

Yugi: Oye, ¿te puedo llamar?

Yami: Está bien, adelante, llama.

Podría jurar que esa llamada fue la mas larga de su vida, pero fue increíble, solo se habían visto una sola vez, pero hablaban como si se conocieran de toda la vida, al terminar la llamada, el oji-amatista puso a cargar su celular, si muy bonita la charla y todo eso, pero de lo que se sentía feliz era el haber avanzado con su objetivo.

Podría jurar que esa llamada fue la mas larga de su vida, pero fue increíble, solo se habían visto una sola vez, pero hablaban como si se conocieran de toda la vida, al terminar la llamada, el oji-amatista puso a cargar su celular, si muy bonita l...

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Pov Yami.

Volvemos a la misma rutina, es Lunes, por suerte la alarma hizo el gran favor de hacer mulla como para querer tirar el celular al piso, me levanto de mi cama y hago mis actividades matutinas, ya estaba de camino al trabajo cuando me doy cuenta de que alguien me estaba siguiendo, ay no, sabía que tenía que haberme ido por el otro camino, empezé a caminar un poco más rápido, cosa que también hizo el desconocido, espero que me deje de seguir, pero para mi mala suerte eso no ocurrió, en eso me acordé, ¡EL SUPRESOR!, no me lo tomé, que tonto, de un momento a otro, alguien se me abalanzó, genial, una trampa, hubo un forcejeo entre el delincuente y yo antes de darle una patada en el estómago, fue entonces cuando me di cuenta que no solo era el, sino que era un grupo listo para darme la golpiza de mi vida, eran betas, ¿Cómo lo sabía?, pues porque tenían un tatuaje del Movimiento de Omegas y Betas, aquel movimiento que generó una guerra, que se llevó la vida de mis padres, estaba frito, este grupo era capaz de hacer cualquier cosa para matar a los Alfas, así como lo predije, me robaron y me dieron una paliza, me intenté defender, pero fue inútil, en donde más me pegaron fue el estómago y las costillas, me costaba respirar, escuché voces y una voz conocida me habló.

- Tranquilo ya estás a salvo...

𝐻𝑒𝑟𝑟𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑑𝑒 𝑠𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎 | Puzzleshipping | EDITANDO Y CREANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora